Capitulo 11 : Sospechas

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"No juegues conmigo, te dije que no intentaras averiguar quien soy y lo hiciste. Ahí están las consecuencias Alex en el hospital, ¿ahora quien sigue? Tu eliges.

Atte: Anónimo"

Eran las diez y media de la noche cuando estaba decidida a llamar a la policía, estaba cansada de esta situación. Se suponía que Anónimo ya no estaría, el solo aparece a las diez en punto. Era el momento perfecto para acabar con todo esto

Tome mí celular y marque al 911, estaba decidida a acabar con todo esto y confesar los hechos para recibir ayuda. El móvil sonaba, cuando la operadora atendió, un fuerte golpe hizo descolocarme de todo, una piedra había caído sobre mi ventana, sin romper el vidrio.

Él estaba ahí, él me estaba espiando.

Terminé la llamada de inmediato y corrí hacía la sala, aterrorizada. La idea de que el estuviera viendo todo lo que hacía era realmente macabra. Me senté a un lado de Jorge en el sofá, temblando de miedo, él no comprendía, solo me observaba. Necesitaba a mis padres, no a él.

—Alex salió del hospital —dice mirando la televisión

—¿Como sabes? —pregunté

—Pues, lo vi cerca del jardín hace media hora.

¿Que? ¿Alex? Corrí por las escaleras hacía mi habitación de nuevo, Jorge me miraba como si estuviera loca y tal vez si lo estaba

Me arme de valor y me escape por la ventana otra vez, cruce la calle y caminé unos metros hasta la casa de Alex, quien curiosamente se encontraba sentado en la entrada. Cubierto por una capucha negra que al principio me hizo dudar si realmente era él.

—¿Que hacías en el jardín? —pregunté mirándolo a los ojos.

Él no respondió, seguramente ni siquiera sepa qué.

—¿Acaso tu eres él? —pregunté con la voz entrecortada.

—¿El quien? —preguntó indiferente mirando al suelo

Creo que iba a terminar en un manicomio luego de esto. Hasta ahora iba culpando a tres personas que probablemente no tengan nada que ver. Pero que más podía hacer, estaba desesperada y cansada.

—Nada perdón, tengo que regresar a mi casa. Me alegro que te hayas recuperado —Sonreí falsamente, aunque en realidad si me alegraba que estuviera bien.

***

El despertador sonó y lo aplace cinco minutos más como de costumbre. Me vestí demasiado rápido, no soy como esas chicas que pasan horas para escoger la ropa, soy más sencilla. Me recogí el cabello y salí a la universidad.

07:30.

Esto es una tortura, ¿por que nos hacen levantar tan temprano? Mi cerebro no puede pensar a estas horas, quizá por esa razón mis notas eran tan malas, debería estar durmiendo, el estudio y las responsabilidades no eran para mi.

Caminé por el infinito pasillo junto a Clint quien me abrazaba por la cintura. Muchas personas creían seriamente que tenía alguna clase de relación con él y Lou, algo así como un triangulo amoroso, pero a decir verdad, teníamos una relación tan buena, que teníamos la suficiente confianza como para ir incluso de la mano por todas partes, sin importar nada, lo que sentíamos era una gran amistad y nada más que eso.

—¿Kathe y Rayan son novios? —pregunto confundido al verlos pasar a ambos de la mano

—Al parecer... —respondí

—¿No te molesta?

—Eres creo la novena persona que me pregunta lo mismo ¡No! No me importa! —exclamé

Me enfadaba que creyeran eso, incluso últimamente he llegado a pensar que los chicos no me gustan tanto como antes. Es raro.

Continué caminando junto a Clint, cuando de lejos pude visualizar a Katherine, llorando a lo lejos. Me aparté de él y comencé a caminar hacía ella.

—¿Puedes hacerme un favor? —preguntó antes que pudiese decir nada

—Si claro, dime —dije sentándome a un lado

—¿Puedes quedarte a dormir esta noche en casa? Mis padres se van a una fiesta y no quiero quedarme sola.

—No puedo —respondí

—¿Por qué no? Tu nunca haces nada. Te hecho miles de favores ¿puedes venir?

Pensé dos veces esa opción, tenía algo muy importante que hacer a las diez. Era una muy mala idea ir, pero acepté. Solo quería desafiar a Anónimo, aunque la última vez que lo hice, termino pésimo.

No tenía por qué seguir con esto, tenia una vida, no podría vivirla recibiendo cartas y amenazas de un idiota.

***

No dejé la ventana abierta no tenía por qué, ya no me preocupaba lo que pudiese hacer. Guarde mis cosas en una mochila y salí.

La casa de Kathe no quedaba muy lejos de la mía, así que no tarde más de diez minutos en llegar.

Desde que llegue no ha parado de agradecerme por haber ido hacerle compañía. Ella era muy divertida, la pasaba bien con ella, solo que había veces que nadie la soportaba creo que ni ella misma.

Eran ya pasadas las once de la noche. Normalmente cuando me quedaba a dormir en su casa mirábamos películas de amor comiendo helado y llorando juntas, luego hacíamos un karaoke, escuchábamos música bailábamos y casi no dormíamos en toda la noche, lo típico de las adolescentes. Pero esta vez fue diferente, terminamos de cenar y nos fuimos a dormir.

—¿Estas segura que quieres irte a dormir? —le pregunté confundida mientras tendía la cama.

—Si ¿Por que?

—No se, nunca me quedo y una vez que si lo hago nos vamos a dormir temprano.

—Estoy cansada y ya no somos unas niñas para quedarnos toda la noche mirando películas estúpidas ¿Que quieres hacer? —dice —No estoy bien, pero por favor no me hagas preguntas.

Me sorprendió su comentario, ella estaba muy extraña desde que esta saliendo con Ryan, ella no era así. ¿Para eso me había invitado? ¿Para decirle hola, comer y irnos a dormir? Ni siquiera tuve tiempo de preguntarle como estaba, que es de su vida, no lo se.

—Ok, que duermas bien —dije con cierto sarcasmo.

Era muy fácil enojarme para mi, tenía muy poca paciencia.

***

Desperté por un ruido que no tenía claro por donde provenía, observé el reloj y eran las cuatro de la madrugada, me quejé al verlo.

—¿Oíste eso? —pregunta Katherine —Creo que fue en la cocina —dice, pero pronto vuelve a voltearse y volver a dormir

Nos despertamos ambas por un ruido que había desaparecido.

A la mañana desperté con los rayos de luz entrando por la persiana, mis ojos dolían como de costumbre, voltee hacía un lado de la incomoda cama, pero Katherine no estaba a en su cama, probablemente haya ido a prepararme el desayuno, como siempre lo hacía así que fingí dormir hasta que regresara a la habitación, pero no lo hizo.

Eso era completamente extraño

Atte. Anónimo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora