Capitulo 37: Someterse

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Mi cuerpo desnudo se deslizaba por las sabanas blancas intentando salir del enredo de ellas, había caído en un sueño tan profundo que me costaba una infinidad abrir mis ojos, me queje al hacerlo, los rayos de sol que entraban por la ventana eran molestos. Me giré, a mi lado pude ver a Natalia, con su espalda apoyada en el respaldo de la cama, rodeando mi cintura con sus brazos, observándome con una mirada fría y desorientada.

Me senté a un lado, ella continuaba sin emitir alguna palabra, yo no tenía que decir, pero alguien debía romper con el silencio ahora. Tomó un cigarrillo, lo colocó en su boca y lo prendió, pronto el humo comenzó a invadir la habitación. Nos miramos fijamente con indiferencia, como si la noche de ayer nunca hubiese existido,acaricié su cabello con mis manos y luego besé su mejilla, lo qué habíamos vivido fue increíble, pero ella aún actuaba irreconocible y pude notarlo más cuando al acariciar su mejilla ella se alejo de mi.

-¿Que pasa? -pregunté

-Nada -responde ella al expulsar el humo.

-¿Te arrepientes? -insistí

-No Ashley, basta

-¿Para qué hiciste lo qué hiciste si ibas a arrepentirte? -pregunté indignada

-Ni siquiera lo pensé -respondió -La engañe -dice recriminándose

-Ahora entiendo, es por ella -afirmé

-Nosotras... No debimos -dice

-Si, claro qué no -dije enojada -Ni siquiera se por qué seguimos hablando -volví a decir levantándome de la cama

-Perdóname -dice -No puedo hacerle eso a ella

-Claro, haz lo que quieras, olvídate de mi -dije mientras buscaba mi ropa por todas partes

-¿Podemos olvidar esto? Dejarlo entre nosotras, hacer que nada paso -pregunta Natalia -La ropa la dejamos en la cocina -afirma cubriendo su cuerpo con la sabana

-Como quieras -dije -Ve a buscarla tú, tú fuiste quien me la quito

Natalia se retiró de la habitación. Me senté en la cama a esperar, pensando en lo cuanto me incomodaba el saber qué Matt y Elias encontraron la ropa allí, qué sabrían perfectamente que sucedió entre nosotras. Miles de recuerdos llegaban a mi mente de anoche y saber qué todo había sido un error, todo estaba arruinado, todo entre nosotras se había ido a la basura. Observé la cama, todo estaba hecho un desastre, llevé mi vista hacía la mesa de luz, cuando una carta encima de ella me hizo reaccionar y olvidar todos mis pensamientos, me acerqué a ella temiendo lo que era obvio.

Una carta de Atte: Anónimo se encontraba allí.

Mi cuerpo se sacudió de solo pensar qué había estado aquí, entre nosotras y eso era terrorífico, si bien estaba acostumbrada a que entrara a mi habitación, me observara y estuviese en todas partes, aún no superaba el pánico de tenerlo cerca. Tomé la carta, aunque no tenía donde guardarla, estaba desnuda y Natalia volvería con mi ropa pronto, ella no debía saber nada de esto.

No había tenido tiempo de esconderla en un lugar sutil cuando ella entro a la habitación de pronto, haciéndome sobresaltar, la oculté rápidamente detrás de mi, aunque era evidente que algo tenía, pero a Natalia no pareció importarle, lanzó mi ropa a la cama y ella comenzó a vestirse. Cuando ella se volteo, tiré la carta debajo de la cama.

Comencé a vestirme, mientras la chica me contemplaba con deseo, haciendo qué entendiera cada vez menos, me confundía. No entendía su actitud.

-No había visto antes tu cicatriz -dice Natalia observando mi espalda

-¿Que cicatriz? -pregunté despistada

Atte. Anónimo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora