Capitulo 30: Inesperada

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La gente corría por todos lados, se veían llorando desesperados, eran imágenes aterradoras, ver aquellos rostros que decían mil palabras, sin consuelo. Era una gran tragedia, cientos de muertos y más heridos. Familiares reclamando los cuerpos de las victimas, ya no quedaba nada de ese edificio, todo se había incendiado por la explosión, el testimonio desgarrador de la periodista en el lugar. Todo se volvía demasiado triste.

Apague la televisión y me largue a llorar.

-¡Es mi culpa -exclame entre lágrimas.

-Como va ser tu culpa Ashley, no digas tonterías -Responde Jorge

Regresé a mi habitación con la cabeza gacha, mi tiempo de paz y tranquilidad habían acabado. Le doy la bienvenida al calvario nuevamente.

Tome mi celular y marque el numero de Taissa, ella tenía muchas respuestas para darme y se que no lo haría, pero debía intentarlo. Su misterio me atrapaba cada vez más, conocerla es un viaje de ida sin vuelta.

-Taissa ¿como estas?-saludé.

-Bien ¿tu? -saludó amablemente

-Creí que habías aclarado tus dudas hoy -dice Taissa

-¿De que hablas? -pregunté

-¿Que ocurre?-preguntó ella.

-Ok. Necesitamos hablar urgente - Dije.

-¿Pero que pasa Ashley, estas bien? -preguntó.

-Mañana a las nueve , en cafe Station -respondí -ahí te veo.

Terminé la llamada, deje el móvil sobre la mesa, cerré la ventana, estaba aterrada, esto no podía estar sucediendo. Me tire en la cama, observando detenidamente mi alrededor, el sentimiento de culpa volvió a mi, el sentir qué cientos de personas habían muerto por mi culpa era aterrador. La vida de ellos y la vida de Natalia habían estado en mis manos, elegí salvar las dos, creyendo qué podía engañarlo, pero descubrí que nada podía cambiarlo.

Recordé qué Natalia sabía más de lo que aparentaba, que sin saberlo, al parecer desactivo una bomba que podría haber explotado ante nuestros ojos. Recordé también el pendrive qué Taissa me dejo al salir del hospital, que lo viera si algo le ocurría, el pendrive desapareció. La noche donde lo único que recuerdo es haber ido a una fiesta, luego Anónimo me ha dejado un sobre con fotos demasiado misteriosas sobre esa noche, y fotos de Lou en la preparatoria. No olvidaré tampoco, el pedido de mi madre, que busque a mi padre, se que eso era demasiado importante, tenía solamente su nombre. Mi cabeza ya no podría soportar tantas dudas.

Abrí el cajón de la mesa, donde se hallaban todas las cartas de mi madre, encendí una pequeña lampara que había encima y comencé a revolver entre ellas, buscando algo que sirviera, alguna pista más sobre él, sobre mi padre. Eran demasiadas cartas, era difícil diferenciar cuales serian importantes o cuales serian totalmente inútiles, perdería mi tiempo leyendo carta por carta

Una agenda naranja me llamo la atención, no la habia visto antes, camuflada entre tantas hojas era imposible.

La abrí cuidadosamente, fechas y recordatorios se encontraban allí, cosas sin importancia, cambie de paginas rápidamente, sabía bien que buscaba, la guía telefónica. Al llegar, pase directamente de la A a la N. No me sorprendió al ver su numero de teléfono allí, mi madre solía anotar todos los teléfonos allí, la cuestión era, realmente ¿Nicholas conservaría aun su numero de teléfono?

Sin dudarlo marque su numero.

El teléfono sonaba y sonaba, mis manos temblaban, no podría ser tan insensible de qué este momento no me conmoviese, no escuchaba su voz hace once años, ni siquiera sabia si quería hacerlo, tenia demasiadas emociones encontradas. Por parte lo odiaba por haberme abandonado, por otra, lo extrañaba y quería saber de él, contarle como iban las cosas, como era mi vida, en fin, que sepa de mi. Para mi sorpresa, el teléfono dejo de sonar y por fin escuche su voz, aquella voz suave qué recordé al instante, un millón de recuerdos llegaron.

Atte. Anónimo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora