Capitulo 6: ¡Déjenme en paz!

2.8K 264 23
                                    

"Estabas hermosa. Creo que no hace falta aclarar que lo del restaurante, fui yo. Mis advertencias fueron claras, eres inteligente, no entiendo por qué tomas decisiones tan arriesgadas. En fin, esto es solo el comienzo.

Atte. Anónimo"

Arrugué la carta con mis manos, llena de furia y luego la arrojé al suelo, seguido, me senté en el suelo. Esta situación era terriblemente abrumadora, el acoso que estaba viviendo era demasiado serio y si no tomaba cartas en el asunto urgente, esto se iba a poner peor. Las lágrimas no paraban de caer por mis mejillas, ya no sabía cuánto tiempo iba a soportar esto.

***

Opté por ir caminando hacia la academia, eran aproximadamente las diez de la mañana, había dormido muy poco por la noche, mi cuerpo estaba agotado y casi sin energías. No tenía ánimos de seguir. Necesitaba volver a tener paz. Pero en vez de eso, solo conseguía que las cosas empeoraran. La calle estaba desierta, ni siquiera vehículos transitaban por allí, lo cual me hacía sentir un poco de temor. Aceleré el paso cuando comencé a oír el sonido de pisadas de zapatos, aproximándose a mí. No volteé a mirar hacia atrás, solo me apresuré.

Los pasos se volvían cada vez más encima de mí, yo me apuraba y esta persona hacía lo mismo. Entonces, comencé a correr lo más rápido que pude hasta que de lejos pude visualizar la academia. Subí las largas escaleras y entré por la puerta principal. Jamás miré hacia atrás. ¿Qué había sido todo eso?

—Ashley Griffin —dijo una voz a penas conocida y justo la voz que estaba esperando escuchar.

Levante mi mirada y pude ver a Joe parada detrás de mí, con una apariencia terrible, parecía que lo habían golpeado terriblemente, su ojo estaba morado y tenía algunos hematomas en sus pómulos.

—Joe —titubeé, mi respiración estaba demasiado agitada— ¿Qué te ha pasado? —estaba espantada ante lo que veía y casi podía reaccionar.

—Quiero explicarte lo que ha pasado ayer —Dijo casi susurrando.

—No tienes nada que explicar, ya déjame en paz.

—Supongo que has visto algo que jamás debiste haber visto, no te queda otra que escucharme —me intimidó con su mirada.

—Déjame en paz —me senté sobre uno de los bancos que estaban allí, para recuperar el aire.

Él me caía muy mal y lo que había pasado ayer era terrible.

—Ven a mi casa, vendrán unos amigos y podré explicarte todo con claridad

—Estas completamente loco —dije—. No nos conocemos

Evadí completamente que su rostro estuviese terriblemente golpeado, seguro eran cosas en las que no debía entrometerme, no otra vez.

—Es una buena forma de que nos conozcamos, ¿No lo crees? —volvió a sonreír, intentando convencerme

Su actitud era demasiado extraña, como si olvidara la extraña situación que habíamos vivido. El venía a mí de la nada, me habla con toda la confianza invitándome a su casa. Pero de alguna forma u otra, quería saber más de él, así que acepté, además, necesitaba una excusa para no entrar a clases.

Estaba haciendo mal, muy mal.

Ambos caminamos en silencio hacia la salida. Me sentía intimidada y no sabía por qué, observé a todos lados, pero nadie estaba mirándome. Justo antes de que siguiera mi camino, observé a una persona que vestía con ropa holgada y completamente negra. No podía llegar a ver su cara, tampoco descifrar su género, solo podía notar que estaba observándome, aunque no pudiese ver sus ojos, lo sentía.

Atte. Anónimo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora