- Una molécula es un conjunto de átomos que comparten electrones para lograr una mayor estabilidad. Las moléculas que se encuentran en constante movimiento, se le conocen como vibraciones moleculares... sus átomos se mantienen unidos gracias a que comparten o intercambian electrones. Las moléculas pueden ser neutras o presentar carga eléctrica, por lo cual...
Elián me arrojó una bola de papel.
- ¡Aburrido! ¿Por qué no salimos a explorar el bosque? Se ve más interesante que hacer esta mierda de tarea, ¿qué dices?
Cerré el libro con cuidado de no perder la página, y me volví hacía él con una mueca de cansancio. Era la tercera vez que insistía en salir.
- No puedo -. Respondí mientras volvía a revisar las notas que teníamos hasta ahora.
- ¿No tienes curiosidad por saber que hay más allá? -. Dejé los papeles a un lado y volví a tomar el libro.
- Árboles -. Volví a responder mientas subrayaba un par de ideas que poníamos incluir en nuestro resumen, luego tomé otra vez los papeles. Quería terminar esto de una vez, de ese modo Elián se iría pronto.
- ¡Vamos, será divertido!
Suspire.
- No...
- ¡MORGAN!
Me levanté.
- Quédate aquí -. Fue lo único que le dije a Elián antes de correr al cuarto de mi mamá. A medida que avanzaba podía sentir la ansiedad que empezaba a recorrer mi cuerpo. Mi madre nunca me llamaba por mi nombre.
Cuando por fin estuve frente a su puerta, quise abrirla. Pero sorpresa, tenía seguro. En un desesperado intento por ver que mi madre estuviera bien, me hice para atrás, y con mi pie golpee tan fuerte la puerta que la bisagra se quebró. Mi impresión sólo duró unos segundos, jamás había poseído tanta fuerza.
- Morgan... -. El cabello pelirrojo de mi madre se encontraba desparramado por la alfombra, cubriendo varios frascos de pastillas que estaban al rededor. Se me hizo un nudo en la garganta al verla de esa manera, estaba totalmente devastada -. Ellos vendrán... -. Susurró. Me acerqué a ella con cautela, sabía exactamente lo que tenía que hacer, no era la primera vez que ella trataba de intoxicarse.
- ¿Cuántas tomaste? -. Me agache junto a ella, y le quite un par de mechones del rostro. Mi madre miró algo más allá de mí, y comenzó a murmurar cosas sin sentido.
Hice una mueca, nunca me gustó verla en estado semi-inconsciente, y mucho menos verla como si fuera alguna clase de mujer que se escapó del manicomio. El poder de las drogas era enorme, tanto, que habían trasformado la mente de mi madre en una máquina que sólo dependía de esa cosa blanca, y del alcohol.
- No, no... -. Murmuró cuando intenté levantarla. Logré que se sentará en el suelo y alejé la pequeña botella de ron que sus manos intentaron alcanzar.
- Venga, tengo que sacarte lo que tienes en el estómago -. Tiré de ella con cuidado. Esperaba que colaborará en esto, porque no era nada fácil intentar levantar a una persona que no ponía de su parte.
- ¡Se la llevan! ¡Se la llevan Jules! Se llevan mi creación, mi pequeña creación... -. Término por arrodillarse y tomar con fuerza mis brazos mientras me miraba con sus enormes ojos mieles inyectados en sangre.
Me congelé.
Jamás había mencionado ese nombre, al menos no en mi presencia. Claro que conocía quién era el hombre al quién mi madre llamaba. Era mi padre.
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Lost
FantezieElla sólo deseaba escapar, incluso aveces quería escapar de su propia madre. ¿Quién podía culparla? Su madre era una alcohólica que se aprovechaba de sus cualidades; sin embargo, ella amaba a la señora que parecía despreciarla. Lo que no sabía era...