Camino por el parque mientras escucho música. Acabo de ver a David y se tiene que ir 1 semana de viaje con su padre. Le enseñará eso del mundo de los "Negocios". Me sentiría triste, y lo estoy, pero otro pensamiento mucho más grande se ha apoderado de mi mente...
Si no hubiera sido porque ha parado la música, no lo escucharía. Alex me llama desde el otro lado del pequeño bosquecillo que tiene el parque.
Me quito los audífonos y saludo.-¡Hola!-. Digo alegremente.
-¿Como estas?-. Dice acercándose. Está sudando. Tiene uniforme de ejercicio, pero esta empapado con su sudor, lo que deja ver sus marcados abdominales.
-Muy bien, ¿Y tú?-.
-Genial. ¿Qué haces por aquí?-. Dice él.
-Oh, acabó de ver a mi novio y decidí caminar-.
El asiente. -Qué bien...-
-Si-. Digo algo incomoda.
-Estaba pensando, ¿Qué tal si vamos a comer pizza?-.
¡¿Qué?!, ¿No que tiene novia? Esto si me tomo por sorpresa. Y el parece notarlo.
-¡Oh!, no como tú crees. De amigos-. Dice él. Ha cierto, soy su amiga.
-Ah, claro-. Digo sonriendo.
-Excelente, te veo a las... ¿7:00 P.M?-.
-Vale-.
-Ok... Adios-. Se aleja.
Siento emoción. Me voy a mi casa y me doy una ducha mientras canto como loca.
Salgo, voy a mi armario y veo que tengo para ponerme... <<¿Qué le gustaría a él?>> Pienso.
¿Enserio estoy pensando en esto? Opto por un vestido azul claro que me llega más arriba de las rodillas con mis Converse. Mi pelo lo rizo y después, me cae en hondas de cabello rubio rizado. Me maquilló un poco, (Lo cual me incomoda mucho, ya que no soy de las que se maquillan) agarro un bolso pequeño color negro y miro la hora: 6:40. Aún me queda tiempo.
Salgo y busco a alguno de mis padres. Sorpresivamente, mamá esta en casa.
-Hola mamá-. Le digo.
-Hola cariño-. Dice escribiendo en su computadora.
-Voy a salir, mamá-.
-¿Con quien?, ¿Cuanto te demoras? ¿Ha que horas?-. Dice mirándome fijamente.
-Un amigo, no sé exactamente, en unos minutos-.
Se lo piensa un poco.
-Vale, pero te quiero a las 8:30-.
-¡9:00!-. Digo rápido.
-Bueno-. Dice. Nos reímos un poco. -Adiós hija-. Le doy un beso y me voy.
Espero en el sofá mientras miro mi celular. Suena el timbre. Corro como loca a abrir.
-Hola de nuevo-. Dice sonriendo me.
-Hola-.
Veo que vino en su coche: Un deportivo color negro. Nos subimos en él.
Vamos en silencio. Veo como recorremos las calles.
-¿Y como te ha ido?-.
-Muy bien-. Digo. -¿Y a ti?-.
-Algo aburrido, pero no me quejo-.
Miro por la ventana.
-Es aquí-. Dice él.
Nos bajamos y entramos. Pedimos sabores y esperamos. De la nada, estamos hablando de cosas que nos gustan, que nos desagradan y que nos encantan. Después, procedemos a comer.
-¡Que bueno!-. Exclama él con la boca llena. Yo río y sigo comiendo mientras el hace bromas sobre la pizza.
Luego de comer, me sorprende que vayamos al cine. Cogemos palomitas y entramos a ver una al azar. Apago mi celular. Es de comedia, por lo que en vez de comer, reímos y reímos como locos.
-¡Lo besó en los labios!-. Exclamo yo entre risas.
Luego de 1 hora, la película termina.
-Fue genial-. Digo.
-¿La pasaste bien?-. Dice él.
-¡Súper!-. Exclamo como niña chiquita.
El se ríe un poco.
Miro la hora. 9:20. Estoy muerta.
-Por dios... Debería estar en casa hace 20 minutos-.
-Yo te llevo-. Dice él.
-No, gracias. Ya has echo mucho por hoy-.
-Insisto, vamos y llegaras más rápido-.
Termino aceptando y nos subimos a su auto.
-¿Veloz o mucho más veloz?-. Dice.
-Lo más rápido posible sin matarnos-.
-Sera un honor...- Dice sonriendo maliciosamente.
El auto arranca y en vez de ver edificios o casas, veo manchas rojas o cafés. Se mueve tan rápido que no se cuanto duramos, pero en unos segundos más, estamos en casa.
-Llegamos-.
-Muchas gracias, Alex-.
-Fue un placer, Maggie-.
Nos miramos, sin saber que decir o hacer. Me pierdo en sus ojos y espero a que haga algo, pero el, aparentemente sólo mira mis labios.
-Adiós-. Le doy un rápido beso en la mejilla y me bajo del auto. Entro a mi casa y subo a mi cuarto gritando. -¡Volví!-.
Cierro la puerta y me tumbo en mi cama. Sonrió y me relajo. Me quito los zapatos, me doy una ducha, me lavo los dientes, me pongo la pijama y me acuesto, rendida, en mi cama. Consigo sólo pensar en Alex. Me río de las babosadas que hicimos hoy. De verdad, la pase bien hoy. Prendo mi celular.
¡31 llamadas de David! Me olvide de él por completo. Le dejo un mensaje y le pido perdón por no contestar. Estaba algo "ocupada". Me salto la parte en que me fui con Alex a comer y luego al cine.
Y sin darme cuenta, me duermo.
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Amor Rebelde.
Teen Fiction-¿Sabes por qué no te puedo dejar?-. -¡¿Por qué?!-. Grito. -¡Porque te amo Maggie!-. Grita él. Suspira y en unos segundos, estoy en sus brazos, uniendo nuestros labios en un beso tan cargado de emociones.