Capitulo 23: FIN.

116 8 2
                                        

4 AÑOS DESPUÉS.

Juega en la guardería. Sinceramente, (y no es por presumida) que tengo un hijo realmente hermoso. Cabello rubio dorado, ojos azules como el cielo.

-¡Cody!-. Lo llamó. -Mami tiene que irse-.

Me abraza por ma cintura y me llena de recuerdos. Como su nacimiento.

¿Dolía? Por dios, dolor es una palabra pequeña para describir el atroz hecho.

Flashback:

Lo primero que pensé sobre el liquido que derramaba fue que era por agua de la ducha, ya que salía de ella escasos segundos después. Llego la contracción. Me asuste. Mucho. Llame a mis padres, pero no llegarían a tiempo. Vivía en otra ciudad.

Agarre mi auto y fui respirando muy lentamente. No quería chocar, pues tenía un bebe abordo. Pero iba tan veloz, que no recordé cuantos semáforos en rojo me pase. No sabía lo difícil que era conducir.

Llegue pitando y gritando. Me atendieron con sólo verme.

Luego de las horas y horas que pase. Llegaba el momento. Me acomodaron y fue cuando empecé a pujar.

De sólo recordar, me venía el dolor. ¡Dios! Era cómo si no quisiese salir de mí. Mis lágrimas caían. Hasta que, cuando lo escuche llorar, suspire tan fuerte como mi cuerpo me lo permitía. Era un niño.

Lo agarre en mis brazos, y recuerdo muy bien mis palabras. Que quizá, nunca olvide.

-Hola Cody. Soy mami-. Se calló al escuchar mi voz. -Eres tan... Tan hermoso-.

Fin del Flashback.

Me despedí, ya que tenía que volver a mi trabajo. Diseñadora de modas. ¿Quién lo diría?

La sin estilo de Maggie, como diseñadora. Cuando me dieron el empleo, (De echo, mis padres y su dinero intervinieron en la decisión. Me entere cuando ya llevaba dos años allí) pensé que sería sólo tela, tela y tela. Y algo así fue. Pero, me di cuenta qué me entretenía. Qué derramaba imaginación. En poco tiempo, mis vestidos eran los más vendidos.

La empresa en la que trabajaba, era visitada a diario por ejecutivos importantes. Promocionaban las prendas. O simplemente, para comprarle un lindo vestido a sus esposas.

Al llegar, digo.

-¿Y el terciopelo?-.

-Llegó el paquete hace dos horas-. Dice mi asistente, Dana. Firmo para la entrega y me pongo a trabajar. La portada de la revista es uno de mis clásicos vestidos largos color marrón obscuro, con mangas en vela que llegan hasta el suelo.

A última hora de la tarde. Llegan los ejecutivos. Alistó una de mis prendas y voy a la reunión a esperar a que la promocionen.

Charla y charla. Uno de esos ejecutivos me llama la atención. Su cara... Sé me es tan familiar.

El parece notar mi mirada. Se me queda viendo justamente cómo yo lo hago...

Susurra unas palabras y se queda pálido. Yo rápidamente dejo de mirarlo y me concentró.

Salgo de mi trabajo y recojo a Cody. Cuando voy a salir, el hombre ejecutivo acaba de estacionar su auto atrás del mío.

-¿Maggie?-. Dice cuando paso a su lado. -¿Eres tú?-.

-Si-. Digo extrañada. -¿Se te ofrece algo?-. Es un echo, esa cara la conozco.

-Soy David-. ¿Quién demonios es David? -David Holmes-.

-¿Mami?-. Dice Cody. Debo haber empezado a desmayarme.

-David...-

-¿Él es...?-.

-Mi hijo-. Digo segura.

Lo mira. Algo se prende en él.

-Se parece mucho...- Está a punto de decir que a él, pero Cody avanza hacía él por algún motivo.

David se agacha a su altura. No se que les pasa.

-¿Quién es su padre?-. Dice serio David.

-David...-

-¡¿Quién es su padre?!-. Grita David. Lo que hace que Cody pegue un pequeño grito.

Las lágrimas no tardan en salir de mis ojos.

-¿Es...?-. Se lo que va a decir. -¿Es mío?-. Se le rompe la voz. Yo asiento. No puedo mirarlo a los ojos. Más que lágrimas, veo decepción, furia, rabia y, por último, tristeza.

-¿Cómo se llama?-. Dice con desespero.

-Cody-.

-Todo esté tiempo buscándote... Para encontrarte. Y con mi hijo-.

La noche se hace presente. Dejo pasar a David a mi casa.

-David yo... Yo lo siento-. Digo agachando mi cabeza.

-¿Lo sientes?-. Me mira indignado. -¡Ibas a dejar que MÍ hijo creciera sin un padre!-. Grita.

-Cody ve a tú cuarto-. Digo mirando fijamente a sus ojos. Esos ojos que alguna vez me miraban con amor, ahora sólo tienen odio.

Cody se va a su cuarto.

-Yo no quería. Te lo juro-.

-¿Ah no?-. Dice con sarcasmo.

-¡No David!-. Grito.

Nos callamos unos segundos.

-Te puedo demandar, ¿Sabias?-.

-¿Qué?-.

-Por los derechos del niño-. Ahora si me entra el desespero.

-¡No! No puedes hacerlo-. Lloro. -Él es mío-.

-No, era tuyo-.

-No David. Sólo vete. Dejame-.

-¿Crees que te dejare después de saber todo esto?-.

-¡Vete! ¡Largo!-. Grito. -¡Vete de aquí!-.

Caigo de rodillas destrozada, llorando. David se acerca, pero me alejó.

-Dejame-.

-¿Sabes por qué no te puedo dejar?-.

-¡¿Por qué?!-. Grito.

-¡Porque te amo Maggie!-. Grita él. Suspira y en unos segundos, estoy en sus brazos. Uniendo nuestros labios en un beso tan cargado de emociones.

FIN.

Nota: Gracias a todos. Lectores y amantes del drama. Gracias a mis amigos y familia, que inspiraban mí mente.

Nicole: La amante de las lecturas de Wattpad y gran consejera. Gracias.

Stiven (Alba): Alguien con una imaginación tan grande y creativa. Gracias.

Sofís: La pulguita que siempre se emociona con mis capítulos, y me ayuda a desahogar mi mente. Gracias.

Maria: Mi hermana, que apoya todos y cada uno de mis Capítulos. Gracias.

Daniela: Alguien que hace poco la lee, pero que se hundió en el mar de Amor Rebelde. Gracias.

-Karen: La competencia de nuestras novelas siempre se hizo presente. Me motivó en varias ocasiones. Gracias.

Lectores: Por último, pero no menos importante, ustedes. Los que apoyaban y seguían está novela. Gracias, porque sin ustedes, esto no sería posible. Gracias.

Nota #2: Mi nueva novela, "Atrapados" será lanzada en muy poco tiempo. Y sin más...

Nos leemos pronto.










Amor Rebelde. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora