Capitulo 10: Novios.

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Nota: Antes que nada, la portada (Muy buena, de echo) esta hecha por cecilianadia. Todo el crédito para ella.

Me levanto de la cama con energías renovadas. Me meto en la ducha y dejo que las burbujas naranjas me bañen el cuerpo. La cálida agua que cae de la regadera me relaja por completo.

Salgo, cepillo mis dientes, rizo mi cabello y salgo para el armario. Agarro un vestido color amarillo opaco y me pongo las Converse negras. Vacilo un poco, pero opto por no hacerlo, el maquillaje nunca ha sido lo mio.

Salgo a la cocina y me encuentro con el desayuno: Waffles en mantequilla, miel y chocolate derretido. Tostadas con crema. Diferentes panes con relleno y zumo de naranja.

Tomo un poco de todo y me lo como en un parpadeo.

Mis padres hoy no estarán en casa. Agarro mi mochila y me despido de todos con un gesto amable de inclinación de cabeza.

Como la nieve ha desaparecido, y en su lugar, ha dejado al brillante sol, no corro el riesgo de enfriar me hasta los huesos.

Mientras camino, me encuentro a Maria. Viene con un vestido color blanco sin tirantes, unos zapatos color rosa pálido y la sonrisa que la caracteriza.

-Hola Maggie. ¿Vamos juntas?-.

-Hola. Claro-.

Charlamos muy poco en el viaje. Seguro ya le caigo mal como al resto de la clase. Claro, he oído que no les agradan las personas muy "adineradas". Según he escuchado, dicen que la gente con dinero resulta ser la más detestable.

Como estamos prácticamente en la entrada de la Universidad, ella se despide y se va a su casillero.

Me pongo los audífonos, activo la musica de mi celular y camino hasta mi respectivo aula.

Unos brazos cruzan mi cintura y se plantan en mis ojos. Alcanzo a quitarme los audífonos antes de que me susurré al oído:

-¿Quién soy?-. Ni siquiera intenta fingir la voz para que me sea más difícil. Obviamente, es David.

-Hola-. Digo con una sonrisa.

-¿Como estas, preciosa?-.

-Muy bien.- me abraza de la cintura y planta su cabeza en mi cabello. -¿Y tú?-.

-Bien, ahora que te he visto-.

Me giro y le abrazo el cuello. Recuerdo como, justamente hace dos semanas, que evitaba a toda costa enamorarme de el, y ahora, ¿Qué he conseguido?, justamente lo contrario.

Le doy un besito en la mejilla y sigo la camino, ahora de la mano de David, quien se acaba de despedir de su grupo (de ahora no tan retrasados) de amigos.

Nos encontramos a Clemm en el camino, quien va acompañada de Clove, su mejor amiga y cómplice de todas las estupideces que hace la Barbie de su compañera. Nos miran con odio, odio de verdad. Ha David parece no importarle, es más, creo que lo disfruta.

-¡Qué ridículos se ven juntos!-. Susurra la chica Glamour de Clemm.

-Si...- Dice en aprobación Clove. Bien podría sorprender a todos lo menor que es. Tiene 15 años, es baja y tiene pecas en sus mejillas. Realmente es muy inteligente, ocupa los primeros puestos en toda la universidad.

Volteo a David y le planto un beso en sus labios.

-¿Y eso por qué, preciosa?-.

-Porqué te quiero.-

Entramos a la clase.

Más escritos, más trabajos, más estrés. No pensaba que la Universidad fuera así de aburrida. Pensé que cuando estudiara lo que yo quería, iba a ser mejor. Claro, me gusta, pero las clases no siempre se basan en escribir, leer, dictar y demás.

-Bueno chicos, guarden todo. Examen sorpresa-.

¡Oh, genial! Después de escribir como burra todo esto, hay examen sorpresa. ¡Excelente!

Las notas se califican de 1 a 5. El mínimo para pasar es de 3.0, entonces tengo que estudiar lo básico y paso. El que me preocupa es David. Si bien, es el mejor en los deportes, me arriesgaría a decir que es el peor en el estudio. Se acerca sigilosamente, de puesto en puesto, y le pide el favor a alguna de las hermanas gemelas, (No distingo muy bien quien es Nikki o Brie) que esta a un lado de mi puesto y ella le hace el favor.

-Solo copia te-. Le digo justo a tiempo, ya que tenemos al profesor arrugado entregándonos la prueba.

Milagrosamente, entiendo este tema a la perfección, bueno, no tan a la perfección, pero de seguro que paso dos o tres preguntas. Empiezo escribiendo lo que se, y por cada punto resuelto, inclino un poco la hoja para que el vea lo que apunto, procurando vigilar que el profesor no nos vea.

Vale, último punto. Oh no... No entiendo esto. Me rebano los recuerdos en busca de este tema, pero simplemente, no se que es. Quizá David... Lo observo, esperando a que le muestre, pero, esta vez, no inclino la hoja. Se me agota el tiempo. Vuelvo a mirar la hoja y recuerdo y recuerdo. Suena el timbre.

¡Y lo he echado a perder! El profesor empieza a recoger cuando recuerdo la respuesta. Lo escribo como puedo en la hoja y agarró la de David.

El profesor llega, le doy mi hoja y David entrega la suya. Esta preocupado.

-Tranquilo...- Le tomo de la cara tiernamente. -Si pierdes sera mi culpa-.

-No digas eso-. Me abraza.

Le planto un beso largo y lleno de sentimientos. Nuestras lenguas luchan y danzan mientras nuestros labios se dejan llevar como las olas. Esto es perfecto, él es perfecto. Por primera vez en mi vida, me siento completa.

Es casi como un Amor Rebelde.


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