Ya hace tres días que ocurrió aquel extraño incidente en el cual David me sorprendió declarando de que le gusta mi carácter. Siento algo extraño desde ese momento. Me di cuenta de que él, el revoltoso, guapo y popular de David Holmes, me pone nerviosa.
-¿Me estás escuchando?-. Me dice Dhamar, la chica con la cual he estado hablando desde hace dos días. Es baja, pero lo suficientemente alta como para pasarme de estatura, piel blanca como la nieve, unas pocas pecas y pelo castaño, pero lo que más la diferencia del resto, son sus extraños ojos color verde azulado. A la luz del sol parecen verdes brillantes, pero en la opaca luz de la luz de la luna, son tan azules como la bufanda que trae.
-Claro-. Digo sonriendo.
-Bueno, pues me han dicho que todos estamos invitados al cumpleaños de las gemelas.
Las gemelas: Nicol y Brianna, o como todos le dicen, Nikki y Brie, las dos hermosas hermanas que encantan con sus radiantes personalidades.
-Qué bien. Una lastima que mis padres no me dejen-. Digo algo desinteresada.
-Yo podría hablarles.- Dice Dhamar.
Me echo unas carcajadas.
-¿Enserio crees que podrás convencerlos?-. Pregunto más burlona que nunca.
-Claro-. Dice ella desafiante.
-No conoces a mis padres. Ellos no son de fiestas y esas cosas. Prefieren reuniones y actos elegantes-. Digo negando con la cabeza.
Luego de unos minutos, nos dan la indicación de irnos a casa. Dhamar me acompaña todo el recorrido hasta llegar a la mansión. Ella se queda en el portón.
-¿Qué no piensas entrar?-.
Traga saliva y pasa. Recorremos el extenso camino de piedras preciosas y llegamos finalmente a la casa. Greg, el mayordomo, abre la puerta.
-Hola Greg-.
-Señoritas-. Dice inclinándose un poco.
-¡Mamá, papa, volví!-.
Luego de unos minutos de una presentación, ocurre lo inevitable; Dhamar logra hacer que mis padres accedan a dejarme ir, pero solo 3 horas, son las 9 de la noche y tendremos que salir ya. Nos vamos a mi cuarto a tiro y empiezo a cambiarme.
-Tengo que irme a cambiar-. Dice Dhamar.
-No seas tonta-. Digo tirándole un vestido. -Eres de mi misma talla, coge algo y vámonos-.
Y así pasamos los siguientes 20 minutos, cepillando el pelo de la otra, maquillando un poco y arreglándolos. Yo escogí una blusa manga larga gris con un estampado de calavera, pantalones cortos y ajustados color azul oscuro, botas grandes Converse y mi pelo rubio, rizado y caído en mis hombros. Dhamar escogió un vestido más arriba de las rodillas color marrón claro, zapatos color plateado y un poco de maquillaje. Ambas nos vamos, y cuando llegamos al garaje, escojo un auto deportivo color rojo opaco. Salimos pitando.
-¡Esta sera la mejor fiesta!-. Grita Dhamar mientras el viento nos sacude el pelo.
Llegamos en unos cuantos minutos, la casa es grande, con una piscina y un gran pastizal verde que recorre a la casa. Entramos, nos recibe Brie.
-Ustedes no están invitadas-. Dice poniendo el brazo para no dejarnos pasar. La miramos, incrédulas, pero después se parte a reír y suelta -¡Es broma!, pasen.-
Musica a todo volumen, bebidas por todas partes, adolescentes con hormonas alborotadas, bailes sexys y demás cosas que hacen de esta fiesta, una inolvidable.
Llegamos al puesto de bebidas y empezamos a tomar. Es la primera vez que pruebo alcohol, es ardiente y quema como el fuego, me gusta.
Es impresionante lo rápido que hace efecto esta bebida, me mareo y una extraña felicidad me invade. Dejo atrás a Dhamar y empiezo a beber y bailar con cuanta gente vea.
Luego de lo que yo creo, estar bailando con un chico por varios minutos, me empiezo a ir, pero este chico me agarra y me restriega su cuerpo contra el mio, por instinto, me alejo. Pero tiene fuerza, y me mantiene hay. Cuando me susurra, me da escalofríos:
-¿Como estas ruda?-.
Aunque mi cuerpo esta repleto de alcohol, reconozco a David. ¿Como pude bailar con él?
Mientras me maldigo por dentro, el se acerca a mis labios, mi respiración se agita y siento su aliento.
-¡Hola chicos!-. Saluda una borracha Dhamar.
Como mi maldad no es tanta, la ayudo a mantenerse en equilibrio, empieza a jadear, David la sujeta del otro lado y nos vamos al patio a esperar a que vomite.
No tardamos mucho en llegar, no hay nadie aquí, solo se escucha la musica a lo lejos y como cae el vomito de Dhamar al suelo. Cuando el alcohol desaparece de su cuerpo, aún sigue muy ebria, nos guía hasta unas bancas y se acuesta hay. En pocos segundos, ya esta roncando.
-¿Viste como vomitaba?-. Dice David. Yo asiento riendo a carcajadas. -Parecía que se le iban a salir los órganos-. Aumentan las carcajadas. - El mira su reloj. -Dios mío, es muy tarde. Tengo que irme.-
-¡Espera! No me puedes dejar con ella. Esta borracha. No puedo cargarla.- Digo con furia.
Lo que sigue a continuación es tan rápido que no me da tiempo de reaccionar. David se acerca y me da un gran beso en los labios.
-No te enojes conmigo...- Y se va.
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Amor Rebelde.
Teen Fiction-¿Sabes por qué no te puedo dejar?-. -¡¿Por qué?!-. Grito. -¡Porque te amo Maggie!-. Grita él. Suspira y en unos segundos, estoy en sus brazos, uniendo nuestros labios en un beso tan cargado de emociones.