Capitulo 21: ¡¿Embarazo?!

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-Hola...- Logro decir.

-Cariño, supimos que David volvía y te quisimos dar una sorpresa-. Dice mi madre.

Esperen. ¿Mis padres y David? ¿Juntos?

Como mi cerebro no ha procesado todo lo que he vivido en los últimos 5 minutos, agarro a David del brazo y me lo llevo a mi cuarto.

-Wow, preciosa. Acabó de llegar y ya quieres...- Se acerca a mí.

-No es eso, tarado-. Digo mirando por la ventana. No hay rastro de Alex.

-¿No estás feliz de verme?-. Dice sentándose en mi cama.

-¿Feliz?, estoy muy contenta-. Digo relajándome. Le doy un largo beso en la boca. -Lindo traje-.

Lleva un traje con corbata muy elegante. Su pelo esta peinado. Me imagino que les contó a mis padres que está relacionado con los negocios y estos, al ver que ya tiene un futuro asegurado, le habran permitido estar conmigo.

-¿Vamos a comer?-.

Terminamos de comer y salimos del restaurante.

David me mira mientras caminamos a su auto. De repente, me llega la conversación que tuve con Alex rumbo a la heladería.

«-¿Quién lo asegura?-»

-David...-

-Dime-. Dice rápidamente.

-Tú...- Vacilo. No puedo decirlo.

-¿Sí?-. Nos subimos al auto.

-¿Por qué...?-. Simplemente, no puedo.

-Porque... ¿Qué?-.

La valentía me llena la sangre.

-¿Por qué me engañaste con Clove?-.

Se queda callado. Está paralizado.

-Digo, pensé que eras feliz conmigo. Y...-

-No se que paso-. Dice. -Recuerdo que llegue, te busque y... No se como acabe en esa habitación. Pero Clove estaba desnuda y... No lo se...-

Hasta que no noto la lágrima salir de mis ojos, no veo que ha David se le parte la voz y echa a llorar. Nunca habíamos tocado el tema. Las nauseas se apoderan de mí y, sin poder evitarlo, vomito el lindo traje de David.

Mareada, con dolor, llorosa.

-¿Estás bien?-. Sigue diciendo David. Las arcadas no me dejan responder, pero no estoy bien. Vomito todo lo que tengo fuera de su auto hasta que no queda nada más que echar. Creo que haber comido como cerda, el que me relataran cómo fue que me engaño mi novio y haber llorado, sirvió para que no quedara ningún alimento en mi estomago.

-¿Quieres ir al hospital?-.

-¡No!-. Grito. -¡Estoy bien! ¿Qué no vez?-. Las arcadas continúan.

Estoy tumbada en cama, el sueño me invade y en un parpadeo, estoy roncando.

Despierto con más sueño del que cuando me dormí. En una bandeja de plata está mi desayuno. Me acabó todo y bebo mucha agua. Me ducho y me pongo una pijama calentita. Justo cuando voy a la cama, suena mi teléfono. Contesto sin saber quién es.

-¿Diga?-.

-¿Maggie?-. Es Alex.

-¿Qué quieres?-. Digo cansada.

-Llamaba para saber como estabas-.

-De lo mejor-. Digo sarcástica.

-Oh, me alegró...-

Silencio incómodo.

-Maggie ¿Me perdonas?-.

Las nauseas no me dejan hablar y corro al baño. «Y ahí se fue mi desayuno»

Cuando termino, me entra el pánico. ¿Por qué tanto vomito? ¿Estoy enferma? Me siento enferma.

Llego al teléfono pero ya ha colgado. Me meto en las mantas y me duermo.

-Pequeña...- Me despierta mi padre.

Hago un extraño ruido entre bufido y suspiro, que significa «¿Qué quieres?»

-¿Quieres ir con un doctor?-.

-¡No!-.

-Esta bien... Pero si sigues enferma, sera mejor ir-. Dice, me da un besito en la frente y se va.

Me levanto, me visto y salgo con dinero. Voy a una farmacia y compró varias drogas. Llego a casa y me encierro en mi cuarto. Busco primero una pasta fuerte para evitar nauseas y me la tragó.

Un par de horas y sigo con nauseas. Busco otras pastillas, pero antes de tomarme otra, veo una prueba de embarazo. No recuerdo haberla comprado.

Me meto en el baño y orino. Espero y espero. Debo admitir que estoy preocupada.

Vale, dos lineas. ¿Qué significa?

Busco en la caja con manos temblorosas. Una linea significa que tienes que volver a intentarlo. Dos significa que debes alistar pañales, porque se viene un bebe.

Un bebe... ¡¿Un Bebe?!

Mi respiración se agita. No puede ser. ¡Un bebe! O mejor dicho ¡Mi bebe!

No, no puedo confiar en estas cosas. No siempre son reales. ¿Verdad?

Llego nuevamente a casa con 50 pruebas de embarazo más. Las pruebo una por una, viendo como las dos lineas aparecen en todas. ¡En todas!

«Calma, Maggie» Me digo antes de desmayarme.

Amor Rebelde. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora