X. Brie Doesn't Love Nikki.

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— ¡Nicole, escúchame, joder!

—Brianna, te he oído gritarme toda la mañana, déjame en paz.

—Cierto, Brianna. Deja a Nicole en paz.

Nicole y Colt mantuvieron su mirada sobre la mujer de delgada figura, la cual caminaba por la sala completamente furiosa. Nicole simplemente apretaba su labio inferior con sus dientes, tratando de digerir el cereal con leche que estaba comiendo en ese momento.

— ¡Es que no entiendo qué demonios pasa por tu cabeza! ¡Se besaron enfrente de todo el mundo! ¿Tienes una idea de lo feo qué fue todo eso?

—Brie —gruño su marido, mirando a su esposa con el ceño fruncido—, ¡basta!

—No te metas en esto, Cabana. —Exclamó su mujer— Esto en estre Nikki y yo. —Brianna se acercó a la mesa, para así encarar a su hermana gemela. Nicole le miró con sus grandes ojos cafés, tratando de mantenerse calmada sentado en el asiento de madera— ¿Eres idiota, acaso? ¡Hemos trabajado tanto en tu reputación! ¿Vas a echarla a la basura por esa perra?

— ¡Paige no es una perra! ¡Tú sí lo eres! —Se levantó la tímida mujer, afincando sus manos contra la mesa de madera para así mantener la mirada con su hermana gemela— ¡No has hecho nada más que criticarme y molestarme con respecto a mi situación! ¡Yo solo quiero una maldita vida normal donde no tengas que fingir ser algo que no soy! —Gritó— Paige es mi amiga. Me ha apoyado cuando nadie lo ha hecho y me ha sacado de muchos incómoda situaciones, en poco tiempo se ha vuelto mucho más importante y beneficiosa para mí que tú.

Brianna mantuvo la mirada, completamente herida, pensando en que decir.

—Pues si tanto te importa... —Comenzó a murmurar la delgada mujer, apretando la mandíbula— vete con ella y que ella te apoye del maldito que—dirán como yo lo he hecho por tantos años, maldita malagradecida.

Brie separo su rostro del de su hermana abruptamente, caminando con dirección hacia su habitación; dejando a Colt y Nicole completamente atónitos ante lo que ella había dicho.

Nicole sentía la desesperación, la ira, la angustia y la tristeza nadando por todo su ser. Ni siquiera sabía cómo controlar la fuga de emociones que la carcomían. Colt, por su parte, no sabía qué hacer. No sabía si perseguir a su esposa y decirle que se disculpara o consolar a su cuñada, la cual estaba apunto de llorar.

El pelinegro se decidió por la segunda opción y levanto su mano, para colocarla en el hombro de la castaña y así poder llamar su atención. Sin embargo, la castaña retiro la mano de Colt para después mirarlo con los ojos llenos de lágrimas.

—Yo...me iré, debo ir a trabajar. —mumuró Nicole, con un nudo en la garganta que no le falicitaba el habla.

—Nicole...

—Estoy bien, Colt. Estoy bien.

Su cuñado apretó los labios entre sí, brindándole una mueca lineal. El pelinegro asintió, dándole permiso de irse; por lo tanto, la castaña no tardó en huir de la escena.

Apenas salió de la casa, el frío de la ciudad impactó contra sus mejillas. Sus lágrimas empezaron a caer desesperadas por sus mejillas aunque ella tratará exhaustivamente por controlarlas.

Sus zapatos negros empezaron a impactar fuertemente contra la acera cuando empezó a caminar, llamando la atención de las personas que caminaban a su lado. No sabía si por el hecho de que se veía como un desastre o porqué sollozaba como una niña asustada.

Eran las seis de la mañana y era viernes. Naturalmente, los viernes no entraba tan temprano a trabajar. Por lo tanto, le había mentido a su cuñado; simplemente, quería salir de ese lugar.

Revisó su teléfono y marcó el número de Finn. Posiblemente el irlandés estuviera haciendo algo, pero necesitaba a alguien con quien hablar.

Alguien que la entendiera.

— ¿Hola?

— ¿Finn? —Sollozó ella— ¿Estás ocupado ahora?

—No... —El se mantuvo en silencio— Nicole, te oyes muy mal, ¿pasa algo, cariño?

— ¿Puedo ir a tu departamento?

—Claro, nena. Siempre eres bienvenida.

***

Nicole levantó su puño y golpeó desesperadamente con este la puerta, mientras seguía sintiendo como las lágrimas caían por sus mejillas. Finn le abrió la puerta después de un rato.

El irlandés se veía destruído y además se veía que no había dormido mucho. Pero apenas la vio llorando, sus sentidos parecieron activarse nuevamente.

— ¿Nicole? —Exclamó el irlandés, con un tono preocupado.

— ¿Puedo pasar? —Preguntó ella, aún sollozando.

Finn le miró con pena durante varios segundos, hasta que abrió sus brazos. La castaña entendió el llamado y no tardó en acercarse hacia él y abrazarlo fuertemente, llorando contra su pecho.

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sé que esa es una dinámica un poco diferente, pero creo que es momento de que los chicos dejen de perseguir a Nikki por un momento:) aunque volveremos pronto a eso, promise.

besitos y hasta el viernes <3

Amor eterno, Evelyn.

Boys Loves Nikki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora