Boys Loves Nikki.

IV. Finn Loves Nikki.

—Entonces, ¿acabo todo con Randy? —Preguntó su gemela.

Nicole asintió, mientras se llevaba el tenedor con una papa horneada a la boca. Brianna apretó el ceño, mientras colocaba sus hombros contra la mesa de la cocina.

—Me dijo que no quería tener algo con una mujer aburrida como yo, así que se fue. —Nicole alzó sus hombros, indiferente—. Como sea.

— ¿Ahora qué harás? —Preguntó la mujer de delgada figura, mordiendo levemente su labio inferior—. Debemos encontrar a alguien más para...

—Brianna. —Le detuvo la castaña, haciendo que la mencionada le mirara—. Basta. No quiero seguir en esto. —Nicole dejo caer el tenedor, para después mirar a su gemela, con una mirada cansada—. No quiero estar en una relación real. Podríamos...no sé...encontrar a alguien como yo, para disfrazar nuestra homosexualidad.

— ¿Cómo tú?

—Ya sabes. Un homosexual buen mozo que se oculte en la multitud. Podríamos usarnos entre sí. —Nicole suspiro—. Aunque siéndote honesta, ya quiero acabar con toda esta farsa.

Brianna le miro, para después suspirar.

—Lo sé, hermanita. —dijo ella, misericordiosa—. Pero ya es tarde...

— ¡Nunca es tarde para levantar la bandera de arcoíris! —Brianna rodó los ojos ante el chillido varonil, mientras Nicole sonreía levemente.

—Espero que no lo hagas después de haberte casado conmigo, Colt. —Le recriminó la castaña.

—Yo tengo derecho de ser gay si así lo deseo, Brie. —Comentó el pelinegro, mirando a su esposa—. Deberías abrir tu mente.

Brianna rodó los ojos con un toque de humor, para después sonreír. Nicole le sonrió a Colt, al mismo tiempo en el que éste le guiñaba el ojo a la castaña. Colt y Brianna estaban juntos desde que Nicole era una adolescente, al igual que aquellos dos individuos. Y Colt era un hombre de mente abierta que siempre había apoyado a Nicole con el tema de ser libremente homosexual, mientras Brianna le suplicaba que se mantuviera oculta.

Podía considerar a Colt su mejor amigo.

—Nicole y Randy terminaron. —Le anunció la mujer de cabello castaño oscuro a su marido.

—Eso es bueno. Él no me agradaba. Y sospecho que tampoco a ti. —Comentó Colt, mirando a la gemela de su esposa.

—La verdad es que no. Era un poco tosco y bastante desagradable.

—Además de que tenía pene. —Agrego el pelinegro.

Nicole rió.

—Además. —Le sonrió.

—Colt, deberías presentarle a Nicole uno de tus amigos. —Aconsejó Brianna, apoyando sus codos contra la cerámica de la cocina.

—Pero mis amigos están locos. No tienen ni una pizca de gracia la mayoría de las ocasiones, no son maduros y para nada varoniles. —Comentó el pelinegro, alzando levemente sus hombros.

—No importa. Estamos desesperadas.

—No. —Intervino Nicole—. Tú lo estás, Brianna. Yo quiero estar soltera por un tiempo...lo necesito.

—No. Lo que tú necesitas es una vagina. —dijo Colt.

—Pero tengo una. —Frunció el ceño la castaña.

—Sabes de que hablo... —Le guiño el ojo el pelinegro, con una carisma indudable—. ¿Cuándo fue la última vez qué viste una vagina, si se puede preguntar?

—Esas cosas no se preguntan, Colt. —Le recrimino su mujer, codeando la costilla del mencionado.

—No, está bien, Brianna... —Sonrió la gemela, para después mirar a su cuñado—. La última vez que vi una fue en la misma noche en la que Randy y yo nos volvimos pareja. Sabía que no vería una en mucho tiempo así...fui a una fiesta de ambiente1 y me divertí con una chica. —Nikki llevo otro pedazo de papa horneada a su boca, ante la mirada atenta de la pareja—. Fue genial... —Mintió, con la boca llena.

La verdad era que Nikki no había tenido muy buen sexo desde nunca. Con los hombres —con los cuales había estado por la curiosidad con respecto a su sexualidad—, no había sentido nada por obvias razones y había fingido un sinfín de orgasmos.

Y con las mujeres, nunca había sentido nada más allá de la química sexual. Nunca había mirado a alguna mujer durante el coito y había visto esa chispa. Nunca. Y Nicole era demasiado sentimental en ese aspecto.

Iba a morir sola si seguía en esta farsa y más si seguía sin intentar salir.

—Bueno... —Hablo de repente Colt, llamando la atención de su mujer y de la apática Nicole—. De hecho, sí tengo un amigo.

***

Nicole le sonrió entonces al hombre de traje, mientras el cielo nocturno alumbraba con esperanza. La luz de la luna aclaraba y perfeccionaba los rasgos físicos de su pareja.

Finn Bálor, si mal no recordaba, era el nombre del susodicho. Colt le había dicho que era un hombre elegante, agradable y amable. Y aunque sonará bonito a Nicole no dejaba de darle lo mismo.

—Entonces... —Murmuró él, haciendo que Nicole le sonriera con un toque de sensualidad—. ¿Qué haremos ahora?

—Tal vez sea momento de desplazarnos a mi departamento. —Mascullo ella—. Tengo una linda botella de vino tinto esperando allá. —Él le sonrió, con aquella avaricia disfrazada que se dibujaba siempre en la cara de sus múltiples amantes. Y sintió algo quebrarse dentro de ella. Una vez más, la depresión con respecto a lo que era la atacaron. Una vez más, tuvo ganas de manifestar sus verdaderos gustos—. ¿Sabes qué? Esto no va a funcionar.

— ¿De qué hablas?

—Esta no es mi idea de una relación...yo tengo gustos que no nos ayudaran a progresar... —Ella le dio la espalda al hombre de mirada confundida, mientras empezaba a desplazarse por el lugar. Sabía que Brianna la mataría. Pero le daba igual.

Escuchó como el tal Finn suspiro.

—Ya veo... —Mascullo él—, entiendo de que hablas.

—Oh, ¿en serio? Pues dime que sucede...

—Tengo dos opciones. La primera es que te gusta alguien más... —Nicole rodó los ojos—. Y la segunda es que te gustan otro tipo de personas.

Nicole apretó el ceño. Para después, darse vuelta lentamente y mirar al hombre.

— ¿Te refieres a...?

— ¿Eres lesbiana, no es así? —Preguntó él. Nicole apretó sus labios entre sí—. Oh vamos, puedes responder. No eres la única escondiendo sus homosexualidad latente acá.

Nicole frunció el ceño, para después observar aquel mohín juguetón que se dibujo en la cara del castaño. Para después sonreír al entenderlo todo.

1Fiesta de ambiente: Fiesta de temática lésbico-gay.