XVII. T.J. Loves Nikki (and Bray, just a little bit).

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Su noche había sido de las más desesperantes que alguna vez haya vivido. La pelea de Brie y Colt había durado la mayor parte de la noche. Y aunque no era que se hubiese estado gritando como dos locos, el simple hecho de saber que las cosas iban mal entre ellos, la hacía sentirse como una niña asustada.

Sus padres se habían separado hace muchos años, cuando ellas eran unas niñas y su hermano a penas aprendía a caminar. Uno de los muchos motivos por los cuales Brianna era tan dominante y seria, era porqué se podía decir que ella se había encargado de criarla a ella y a su hermano.

Aunque tuvieran la misma edad, Nicole siempre fue más noble y blanda que Brianna. Por lo tanto, Brie se había puesto los pantalones y había ayudado a sus hermanos a propresar en un hogar completamente destruido.

Brianna le había enseñado a leer a Nicole, J.J. había dado sus primeros pasos con ella y Brianna siempre era la que los ayudaba y consolaba cuando algo atípico pasaba.

Brie era dura como una piedra, porqué debió serlo. Pero dentro de ella, era tan blanda como el algodón. Y esa parte de ella muy pocas personas lo conocían, y una de ese grupo limitado de personas... era Colt.

La idea de que todo acabara entre ellos, hacía a Nicole preguntarse como sobrevivirían. Esos dos se complementaban, si uno de ellos se alejaba del otro... estarían incompletos.

Y pasó toda la noche sin poder dormir, preguntándose que demonios pasaría. Ya ellos dos habían parado de pelear y el silencio era sepulcral. Se sentía como hace años, cuando su padre dijo que se iría de casa.

Pero igual tuvo que levantarse ese día, darse un baño e ir a trabajar. Ya no podía decir que estaba enferma.

Cuando salió a la sala, dispuesta a comer algo e irse a su trabajo; vio a Colt. Estaba acostado en el sofá de la sala, en una de las posiciones más incómodas que alguna vez haya visto. Y se veía cansado, muy cansado.

Brie apareció en la escena, con un tazón entre sus manos. Se acercó a la mesita que estaba en frente del sofá donde Colt dormía, dejando el tazón sobre la misma.

Nicole y ella se miraron y se ofrecieron una sonrisita. Brie después siguió su camino a la cocina, dejando a su marido atrás. Nicole miró el tazón, el cual contenía una sopa de pollo caliente para la resaca de Colt.

Una sonrisa cálida se posó en su rostro. Dura por fuera, blanda por dentro.

—Hey, perdedor. —Le despertó, moviendo levemente el hombro de su cuñado. Colt gruñó ante el acto y se despertó, mirando a Nicole con su cansasa mirada— Tu mujer te trajo el desayuno.

Colt miró la sopa y sonrió un poco.

—Pensé que me odiaba después de lo de anoche. —dijo él.

—Tú y yo sabemos que no es así. —dijo ella— Adiós, Cabana. Ten un lindo día.

***

— ¿Qué demonios hace un vagabundo en mi oficina?

—Él no es un vagabundo... ¡es un artista!

—Él podrá ser el mismísimo Dios, pero que salga de mi oficina.

Perkins, uno de los chicos de pasantía, rodó los ojos ante el comentario de Nicole. La compañía donde trabajaba la castaña era de publicidad, así que probablemente era algún escritor esperando que publicitaran su libro.

Eso explicaría su raro atuendo.

— ¿Artista? Dios santo —Nicole rodó los ojos y empezó a caminar en dirección a su oficina, con el pelinegro siguiéndole—, ¿por qué todos parecen unos muertos de hambre?

—No todos tenemos el honor de ser tan hermosos como usted, señorita Colace.

—Gracias por el halago pero soy muy mayor para ti, Perkins.

—La edad es solo un número, señorita Colace.

—Mejor dime como se llama este imbécil.

—Bray Wyatt. Escritor, se encarga del área de terror psicológico y horror. Sin embargo, esta vez escribió un libro para ayudar a los chicos raros a encontrar pareja sin dejar de ser ellos mismos.

— ¿Cómo se llama?

Perkins se posó en frente de ella, mostrando el libro que llevaba en sus manos.

Cómo conquistar a una chica y no morir en el intento. —citó él.

—Woah. Esto será interesante.

Nicole pasó por el lado de Perkins, entrando a su oficina. Vio al excéntrico escritor sentado en su silla y dando vueltas en la misma.

—Hola señor Wyatt. Mi nombre es Nicole y soy la secretaria del señor Levesque. Déjeme despacharlo a su oficina. —informó Nicole, sonriéndole al hombre de extraña apariencia.

—Es un placer conocerla, señorita Nicole. —dijo él, sonriendo tímidamente hacia ella.

—Venga conmigo. —Nicole empezó a avanzar con el escritor hacia la oficina de su jefe.

—Por cierto —Habló nuevamente Perkins, posándose al lado de Nicole—, están estrenando muchas películas últimamente y sería un poco triste ir a verlas solo, ¿quieres venir conmigo a ver alguna?

—Lo siento, Perkins. Pero soy demasiado vieja para ti. Además, tengo novio. —dijo ella.

—Oh, vamos, Nicole...

—Perkins —Nicole volteó bruscamente hacia el pelinegro, haciendo que este brincara levemente por el susto—, soy una mujer ocupada. Paso el 85% de mi tiempo estresada, el otro 15% lo pasó confundida, tengo que lidiar con imbeciles todos los días, había un vagabundo en mi oficina, mi relación está basada en mentiras y estoy pasando por un divorcio. y además, tengo gas pimienta. —dijo, complemente desesperada— No me molestes.

La castaña empezó a avanzar, dejando a los dos homnres atrás. El joven pelinegro estaba plasmada y además, avergonzado; por su parte, el barbudo tenía una sonrisita.

—Tengo un libro que podría ayudarte amigo. —Se burló el excéntrico escritor, empezando a caminar y dejando atrás al boquiabierto pelinegro.

Boys Loves Nikki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora