Al entrar en la discoteca Michael, mi jefe, me dice que entre en la oficina.
Supongo que querrá hablar de lo ocurrido la anterior noche, al fin y al cabo se tendría que enterar algún día. La cuestión ahora es si me despide o me deja seguir trabajando aquí.
Estamos en la oficina, sentados.
-¿Quiénes eran los de la otra noche?- pregunta.
-Unos conocidos.
-¿Desde cuándo los conocidos te saludan con un arma?- me interroga.
-Estos eran unos lejanos.
Me mira atentamente y al cabo de unos minutos suspira.
-Se perfectamente que no eran conocidos, dime la verdad porque si estás poniendo a mis clientes en peligro tendré que tomar medidas.
Michael sabe perfectamente que no me va a despedir, lo sé por el modo en el que me trata, es muy protector conmigo y sé que le caigo bien, mejor que las demás.
-Sabes que no serias capaz
-Lo sé, pero lo que sí podría hacer sería bajarte el sueldo.
Se enciende un cigarro y me ofrece uno, acepto.
Nos desafiamos con la mirada, cada uno hecha una calada detrás de él otro.
-Vamos Nina, dime la verdad, así podré ayudarte.
Al fin llegamos a donde quería.
-¿Ayudarme?
-Si, tan solo dime la verdad.
-Esta bien- suspiro.
Empiezo contando mi historia pero es diferente a los demás, ni se inmuta.
-De acuerdo, entonces pondremos más seguridad y tendrás a un guardaespaldas cerca de ti.
-Como quiera.
-Por cierto ¿Has traído las llaves?
Busco entre los bolsillos y se la entrego.
-¿Algo más?- niega- entonces es hora de irme a trabajar.
Salgo del despacho y empiezo a trabajar.
Al fin acabo de trabajar y salgo de la discoteca.
¡Mierda! Pensaba que iba a venir Derek a por mí y he dejado el carnet y el dinero en casa.
Miro a todos los lados y justo pasa un coche.
Hago auto stop.
-¿Me podrías llevar a....- el chico me interrumpe.
-Yo te llevo a donde quieras, si quieres hasta te hago tocar las estrellas- lo dice con una sonrisa mientras me mira de arriba a bajo.
-Lo único que tocaría sería tu cara con mi puño, tira anda- le suelto.
Con ese tío ni loca me subiría a su coche, encima olía muy mal y parecía estar borracho.
Sigo haciendo auto stop y esta vez para un camión.
-¿Me podría llevar a la avenida Roosevelt?
-Claro, sube.
El señor abre las puertas y mira detrás de mí.
-¿El también?- señala con el dedo.
Me giro y veo a Derek parado detrás de mí.
-¿Qué haces aquí?- pregunto.
-He venido a buscarte, he visto que te habías dejado todo en casa.
Dirige la mirada al camionero.
-Puede irse, yo me encargo de ella- sonríe.
-Siento haberle hecho perder el tiempo- me despido.
El camionero se va y me subo al coche de Derek.
-¿De verdad te ibas a subir al coche de ese tío?
Derek no aparta vista de la carretera pero puedo ver cómo tiene el ceño fruncido.
-Si, no tenía otra opción.
-Pues no tenía muy buena pinta.
Aparta la vista de la carretera unos segundos y me mira.
-No eres la típica chica que se subiría a un camión con un desconocido.
Tuerzo los ojos, cuando aprenderá que no soy las típica chica porque no lo soy, soy diferente.
-Es que no soy "la típica chica"- suspiro.
No dice nada más y el trayecto a la residencia es silencioso.
Al llegar a la residencia miro la hora y ya son las 6:30.
Perfecto, solo podré dormir 30 minutos.
-Hasta dentro de un rato- dicho eso me quito la ropa y me tumbo en la cama.Suena un despertador.
-Apágalo por dios, es matador- murmura Derek.
Miro la hora y son las 7 aunque ahora que pienso mi primera clase empieza a las 10. Apago el móvil y me quedo dormida.Suena de nuevo y esta vez son las 9:30.
Al despertarme Derek no está a mi lado, se ha ido.
Empiezo a vestirme y a recoger la habitación, al salir de la habitación de Derek todos los tíos que viven en esa casa se me quedan mirando como si fuese un animal raro.
-Buenos días- les digo a todos.
-Ehhhh- dicen todos.
-¿Hay alguien en el baño?- pregunto.
Todos abren un camino hacia el baño y hacen que pase por ahí.
Al cabo de 10 minutos salgo y ya no hay ningún tío en el pasillo.
Al entrar a la habitación de Derek a por mi móvil veo a Derek sentado en la cama con un par de cafés.
-Buenos días- sonríe.
-Buenos días, pensé que te había ido.
-Fui a comprar café y a hacer un par de cosas que tenía que hacer.
-Ah- me da un café- gracias.
Nos lo tomamos, mirándonos el uno al otro.
-Creo que es hora de irme o no llegaré a tiempo- sigo mientras abro la puerta.
Derek se levanta de la cama y se pone su chaqueta de cuero.
-Vamos, que yo también tengo que ir.
Salimos de su habitación y esta vez tan solo hay un par de chicos que al vernos se meten de nuevo en su habitación.
-¿Siempre reaccionan así cuando hay una tía?
-No, son peores pero ya me he encargado yo de dejarles las cosas claras- asiento.
Al subir al coche pone el aire caliente a tope ya que hace un frío que pela en Nueva York.
Al llegar a la universidad y aparcar el coche en el parking todos los alumnos que están al rededor nos miran.
-No me gusta ser el centro de atención- protesto.
-Tranquila, me ven a mi, no están acostumbrados a mi belleza- se toca el pelo.
-Serás crecido- empiezo a caminar sin el.
Llego a mi clase de filología universal, la cual me toca con Mer.
Al entrar en clase la veo donde siempre y me siento a su lado.
-Buenos días- sonríe.
-Buenos días Mer- le devuelvo la sonrisa.
-¿Estás con Derek?
-No, tan solo somos amigos, si se puede llamar de alguna manera.
-¿Y por qué venias hoy con él?
-Porque me he ido a vivir en su residencia- Mer ahoga un grito.
-¡¿Por qué?! Espera... ¿Estás embarazada?
-Nooo. Tan solo fue porque tuve que irme de mi apartamento y no tenía a donde ir, las residencias de chicas estaban llenas y solo me quedaba el. No iba a dormir en la calle- le dejo claro.
-Podrías haber venido a mi casa.
-Ya... Pero sería un tanto incómodo, nos conocemos desde hace poco.
-Lo mismo que con Derek y a él no le has puesto excusa- dice seria.
-Lo sé pero tú vives con tus padres y tu hermano- capto su atención- es un entorno familiar y no pintó nada ahí- sonrío- venga... No te enfades, además, no será por mucho tiempo tan solo hasta que encuentre otro piso cerca de aquí y del trabajo.
Al fin Mer sonríe.
-Así me gusta- digo justo cuando el profesor entra en clase.
Empezamos a dar clase y el día transcurre más rápido de lo normal.
A la hora de salir no sé si esperar a Derek o irme por mi cuenta pero pensando en lo que me sucedió la última vez con él, que me dejo plantada, prefiero no correr riesgos e irme por mi cuenta.
-¡Ey!- grita Alison
Me giro y la veo que viene corriendo hacia mi.
-Hola- espeto.
-Con que viviendo en su residencia ¿eh?
-¿Has venido solo para preguntarme eso?
-No, también he venido a decirte que Derek me ha pedido que te diga que vayas sola a casa, que se ha tenido que ir- sonríe- bueno, adiós.
Echa su melena hacia atrás y se va.
¿A dónde habrá ido Derek? Y sobre todo ¿por qué se lo ha dicho a Alison y no ha venido a decírmelo a mí? No es que me importe pero prefiero que me lo diga él.
Decido ir a la parada de metro más cercana pero antes de doblar la esquina escucho el claxon de un coche.
Es Cristian.
-Hola- sonrío.
-¿Vas a ir andando a casa?- niego.
-Voy a coger el metro, estoy muy cansada para caminar.
-Sube, que te llevo- al final cedo.
-Ya no vivo donde antes, vivo en cas...- Cristian me interrumpe.
-Lo sé, ya se ha corrido la voz por todas partes ¿Por qué con el?
No entiendo a qué se refiere
-¿Por qué el que?
-¿Porque tuviste que irte a vivir con él? ¿no había hoteles, residencias o otro piso?
Suspiro.
-los hoteles estaban muy caros, las residencias estaban llenas y otro piso que esté cerca del trabajo y de la universidad y que no salga de mi presupuesto no es fácil de encontrar. No iba a dormir en la calle y él se ofreció.
Cristian agarra el volante con fuerza y no dice nada. Noto que se ha instaurado una gran tensión en el coche.
-¿Estás enfadado?
-No, joder no. Pero es que se rumorea que estás con él porque estás embarazada ¿estás embarazada?
¿Otra vez con lo mismo? ¿En serio?
-No, porque me vaya a vivir con él no tengo que estar embarazada, él y yo no somos nada. Además, no sé porque te estoy dando explicaciones de nada.
Cristian decide dejar el tema.
Al fin, después de 5 minutos llegamos a la residencia.
-Muchas gracias- digo mientras salgo del coche.
-Tan solo espero que sepas dónde te estás metiendo, adiós- acelera y se va.
Subo a la habitación de Derek y todo está como está mal a lo habíamos dejado. Empiezo a hacer deberes y a estudiar. Y cuando acabó voy a echarme una siesta para que esta noche no se me haga tan pesada.
Cuando me estoy acostando en la cama entra Derek.
-Hola- dice sin más.
-Hola ¿A dónde habías ido?
-Tenía que hacer unos papeleos sin importancia.
-Ah.
-¿Qué vas a hacer esta tarde?
-¿No me ves?- señaló la cama uno postura de dormir.
-Quisiera que me acompañases a un sitio, es muy importante- observa mi reacción.
Dudo, pero al final cedo.
-¿A dónde?
-Es un secreto, así que debes mantenerlo en secreto- asiento.
-¿Cundo nos vamos?- pregunto.
Mira su reloj y frunce el ceño.
-Ahora mismo, de echo hasta llegamos tarde.
Me pongo una chaqueta de cuero negra y salimos de la habitación.
Derek conduce por 20 minutos, no hace ninguna pregunta, tan solo se limita a tararear una canción de camino.
-Ya estamos- es una casa abandonada pero hay varios coches aparcados fuera.
-¿Qué es esto?- digo mientras bajamos del coche.
-No seas impaciente y sígueme- asiento.
Entramos a la casa, se escuchan ruidos, creo que son gritos y aplausos. Bajamos unas escaleras y entonces da paso a un local subterráneo enrome.
Derek golpea la puerta y esta se abre.
-Bienvenido- dice un chico de negro y alto.
Entramos y la primera sala es una habitación pequeña con un ropero para los abrigos. Al cruzar otra puerta me encuentro con una grana habitación, mejor dicho, parece un almacén enorme, es un ring de lucha libre. En ella hay muchísima gente y todos están dando voces y aplaudiendo. Pasamos por una especie de pasadizo y entramos en otra habitación, esta vez es una habitación normal, ni muy grande ni muy pequeña.
-Derek ¿Eres luchador?
-Si- dice orgulloso de sí mismo.
Nunca pensé que fuese luchador, parecía hijo de papá.
-¿Desde cuando?
-Desde los 15, al principio lo hacía solo por jorobar a mis padres pero luego me empezó a gustar y decidí seguir luchando.
Entra un señor un poco mayor pero en forma, supongo que será su entrenador.
-Quedan 10 minutos para que empiece y todos hemos apostado por ti muchacho, más te vale no defraudarnos- este le pega una palmada en la espalda a Derek.
-Nunca he perdido y hoy no será el día.
-Te espero fuera- el entrenador sale.
-¿Nunca has perdido?- preguntó incrédula.
-Nunca- dice mientras se pone unos pantalones cortos negros.
-¿Quién sabes esto? Es decir, que eres luchador- siento curiosidad.
-Nadie, solo tú.
Se supone que lleva tiempo haciéndolo y Alison y el llevaban ya mucho tiempo juntos, se lo habrá dicho en algún momento o se la habrá comentado, no me lo creo.
-No te creo ¿y Alison?
-Éramos novios de paja, ella y yo nos importaba bien poco lo pasase con el otro.
-Ah.
Derek mira la hora y empieza a entrenar, a dar pequeños saltos y a dar golpes al aire.
-Espérame fuera, ponte en la mitad porque en la primera fila no es muy agradable- asiento.
Salgo de él "camerino" y me pongo en la mitad de las escaleras.
Entonces empiezan a presentar a los luchadores.
-Por este lado.....
Y luego al otro.
-Por este otro, a mí izqui....
Ese es el lado de Derek y cuando sale todos gritan y aplauden, yo también lo hago.
La lucha empieza, al principio Derek cansa a su oponente y cuando esté ya está cansado Derek ataca y le deja K.O.
Todos empiezan a aplaudir, ha ganado y ellos también, ya que habían apostado mucho dinero por él.
Entra a su camerino y yo decidí salir fuer y esperarle cerca de su coche.
Después de varios minutos sale de la casa abandonada con un fajo de billetes.
-Por hoy ya ha concluido la acción del día- sonríe y se mete en el coche.
-Muy buena estrategia- digo mientras me pongo el cinturón.
El levanta una ceja.
-Siempre me funciona, es una manera muy fácil de conseguir dinero y encima me entretiene- arranca el coche.
-¿Nunca te han dejado mal herido?- siento curiosidad.
-Solo una vez pero fue porque me descuidé y aprovechó el momento ese cabronazo- se ríe.
-¿Por qué no me dijiste a mí que no ibas a poder llevarme a casa hoy después de acabar las clases?
-Estabas en clase y no iba a interrumpir al señor Harris, da miedo cuando se enfada porque alguien interrumpe sus clases- los dos soltamos una carcajada cuando Derek lo imita.
Al fin llegamos a la residencia y subimos a su habitación.
-Pfff, que día más agotador- suspiro.
Miro la hora y son las 8:00
-Menos mal que tengo tiempo para dormir porque si no... No sabría cómo llevar esta noche, últimamente empiezo a notar la falta de sueño.
Derek me observa y no me había dado cuenta de los ojos tan bonitos que tiene.
Empiezo a quitarme la ropa y a ponerme un camisón que me llega hasta encima de los muslos.
-Esto... Tengo que ir al baño- dice Derek.
Sale de la habitación.
Espero a que vuelva durante varios minutos pero no lo hace, así que decidí ir yo a por el, no vaya a ser que le haya ocurrido algo.
Cuando voy a abrir la puerta justo Derek entra y esta vez va en calzoncillos.
-¿A dónde ibas?- me mira de pies a cabeza.
-A buscarte, no venias- le miro a los ojos.
Nos quedamos mirándonos no sé por cuánto tiempo pero nos vamos acercando poco a poco.
Como es de esperarse, al final nos estamos besándonos, Derek cierra la puerta de la habitación y hace que enrolle mis piernas en su cintura. Me lleva a la cama y me tumba en ella, empieza besándome y después baja lentamente por tos mi cuerpo, cuando llega a las bragas me las quita con un leve tirón y empieza a hacer milagros con la lengua.
-Ahhhhhh- gimo y tiro del pelo de Derek.
Cuando abro los ojos veo como tiene una leve sonrisa.
Deja de hacer movimientos con la lengua en mi clítoris y vuelve a subir, menos mal que no llevaba sujetador, se quita el bóxer y saca un preservativo de la mesilla de noche.
-¿Estas segura?- me pregunta.
-No es la primera vez que lo hacemos- le comento.
-Cierto- sonríe.
Se coloca el preservativo y una vez colocado me penetra, chillo.
Derek marca el ritmo y yo le sigo, nuestros
cuerpos son como dos piezas de un puzzle que encajan perfectamente.
Conforme pasa el tiempo las embestidas son más rápidas y fuertes.
-¿Estás ya...?- dice Derek mientras se muerde el labio.
Nada más acaba de decir la frase me dejo ir y al cabo de varios segundo después Derek lo hace también.
Nos quedamos uno de cima de otro, me quedo tumbada encima de él.
-Esto... Ha sido... Raro- dice Derek.
Suelto una carcajada.
-Un poco pero.... Puedes tomarlo como premio por haber ganado hoy.
Derek sonríe y en acaricia la espalda, sube y baja los dedos.
Derek se quita el condón y lo tira a la basura, nos quedamos dormidos así, juntos.
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Empezar de cero
Novela JuvenilDespués de que su novio David muriese por el narcotráfico, Nina decide irse a Nueva York, allí conoce a Derek, empiezan una historia de amor.... Pero su pasado vuelve a ella