۞Capítulo 3. Conspiración

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-Kougyoku-sama, por favor, considérelo, esto es una locura. Pide de manera suplicante Sou Mei.

-Estoy cansada de esperar a que todos hagan el trabajo por mí, esta vez les seré de ayuda. Y sí que confió que este plan no saldrá de esta habitación, pero no te obligare a cooperar si no quieres Mei-chan. Pero agradezco que te preocupes por mí, me hace muy feliz. Le respondió la joven emperatriz de manera contrita, entonces se acercó a ella y le tomo las manos para tranquilizarla. La decisión ya había sido tomada y no iba a dar pie atrás. Puede que esto se considere un vil acto contra la paz que existe y que el pánico y la incertidumbre cubra de guerra el mundo. Pero el rumbo que estaba tomando, dejar a Sinbad en la cúspide del mundo. jamás se lo permitiría, que ese hombre se salga con la suya nuevamente, no volvería a pasar.

-Pero Mei tiene razón, sigue siendo peligroso, no puede exponerse. Nadie tiene que saber que se trata de Kou-chan, y sí que mientras se encuentre en la cena, prepararé el círculo mágico y buscare algún ¿disfraz? Pensaba Chie-chan en voz alta, mientras daba vueltas por la habitación.

-No, yo me ocupare del círculo mágico. Antes de servirle a kougyoku-sama, trabajaba en el estudio de magia con el príncipe koumei. Sé de qué trata esa magia, y me gustaría echarle un vistazo antes de usarlo, recuerda que está en riesgo la vida de kougyoku-sama con o sin disfraz. -Repuso Mei-chan seriamente y uniéndose de nuevo al grupo.

Kougyoku se sentía algo culpable por presionar tanto a Sou Mei a pesar de que no estaba a favor de este plan, pero el que ahora accediera de manera más entusiasta, de alguna forma la conmovía, pensar que tubo personas tan fieles y amables, tan cerca de ella y no se percató antes. Esto solo le daba más esperanzas de que resultaría.

-Mei-chan gracias por ayudarme, a pesar de estar en contra de esta idea. Le agradeció en disculpa la joven emperatriz.

-Se equivoca Kougyoku-sama, jamás me opondría a un plan que beneficie y revindique al país, aun si eso implica destruir esta paz. Soy del gran imperio Kou, un país de guerreros y yo no soy menos. Si la emperatriz, desea partir en esta secreta empresa por el bien de Kou y nuestros príncipes, aré lo que este en mi poder para protegerla, sí algo le sucediera... –Dice titubeante a la vez que cambiaba a un triste semblante. -Usted es la único que le queda a nuestro imperio... Y sí que, si llagara a pasarle algo, no me lo perdonaría nunca. ¡Yo iré en su lugar! Dijo Mei-chan con una mirada decidida mientras volvía a mostrar el saludo cordial de Kou.

-¡No!... la situación de Kou, el exilio de mis hermanos, todo fue por mi error. ¡Todo fue por mi culpa! -Grito Kougyoku antes de poder contenerse, por lo que ambas la miraron sorprendidas. - ¡Si no hubiera confiado en ese hombre! ¡Si no hubiera amado a ese hombre! ¡Si tan solo! no hubiera sido tan... tonta e ingenua...-Dijo sin poder controlar sus emociones dando lugar a sus lágrimas, pero ya poco le importaba, no dejaría que Mei-chan ni nadie más hiciera el trabajo que debería hacer ella, este plan también era parte de su redención por lo que había hecho.

-Kou-chan eso... no estaba en tu control, no te sientas culpable. Dijo conciliadoramente Chie-chan después de acercarse a Kougyoku y tratar de secar sus lágrimas.

-Gracias Chie-chan, Mei-chan. Pero yo ya no quiero lamentar lo que pude haber hecho o lo que hice, ya es tarde y tengo que cargar con esto. Es por eso que iré yo sola. Dijo mientras se terminaba de secar la cara ella misma y se incorporaba para mirarlas.

Mei-chan quien también se había levantado, la miraba con comprensiva ternura. -Entonces Alteza, la ayudare en todo lo posible, y le deseare la mejor de las suertes. -Dijo con una semi inclinación.

-Mei, ¿Porque tienes que ser tan formal? Deberías Llamar a Kou-chan por su nombre, vamos, anda. –La alegre intromisión de Sou Chie cambió el ambiente y el semblante de Mei quien quedó muy sorprendida por la interrupción, mientras que el color le subía al rostro.

Magi - Mi Adorable OdaliscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora