۞ Capítulo 23. Diversión

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―Cierra la boca, Sinbad, ¿quieres? ―ordenó Ja'Far cuando encontraron a Sinbad esperándolos en el vestíbulo de la habitación de invitados, a la noche siguiente.

Éste no lo hizo, y tampoco pudo dejar de mirarla. Kougyoku comenzó a sonrojarse. Tuvo la sensación de que Sinbad ni siquiera había oído la reprensión de su asistente. Pero, en el fondo, se sentía tan complacida que apenas podía disimularlo.

Él también estaba espléndido, con un estilo igual al traje de etiqueta blanco que suele usar. Llevaba la chaqueta desabrochada como siempre, lo cual le confería un aspecto relajado y libertino. Se había peinado el pelo negro hacia atrás, pero no se le mantenía en su sitio sino que le caía sobre las sienes y el cuello. Su expresión la hizo estremecerse.

No había duda de que estaba estupefacto al verla. También a ella le había ocurrido lo mismo al mirarse al espejo, llevaba puesto un sencillo vestido de cuello alto, terciopelo burdeo que sujetaba la ligera seda color rosa palo que caía en cascada por su busto acentuando las curvas de su cuerpo sujeto a una delicada cadena de plata que la acentuaba, de hombros descubiertos y ligeramente entre abierto en la pierna derecha. Comprendía que fuera incapaz de hacer nada más que contemplarla, ni ella misma se había reconocido ase unos momentos. Ja'Far tuvo que dar varios codazos a Sinbad. Cuando finalmente logró que le prestara atención, él se mantuvo inmóvil y dijo, categórico:

―No va a salir de esta habitación con este aspecto.

― ¿Y qué tiene de malo su aspecto? Has de saber...

―Es demasiado hermosa y tú lo sabes, Ja'Far. Él lo miró con los ojos como platos.

―Bueno, de eso se trataba, Sin. ― Trato de explicar el confundido asistente. Jamás había visto a Sinbad de esta forma, solía adular a las jovencitas pero nunca había actuado de manera tan violente y posesiva, se preguntó si esto era bueno para él.

―Ni por asomo. No me esperaba que tuviera este aspecto. Causará una sensación como no se ha visto en esta ciudad. Se queda en la habitación, y no se hable más. Ja'Far chasqueó la lengua, molesto.

―No, escucha Sin. Ahora este asunto ya no está en tus manos. Voy a salvarte a pesar de ti. Vámonos. ―Y ahora estaba seguro que podía salvarlo, y no solo por lo que pasaría esta noche, sino también del vacío que estaba creciendo en él y que alimentaba Arba cada vez que estaba con Sinbad. A él ya lo estaba dejando de lado, pero quizás esta chica podía ayudarlo en más de una forma. Él se encargaría de que así fuera.

Unos momentos después, estaban frente a la gran puerta que daba al enorme salón de recepción de invitados, donde se había programado que Sinbad saludaría a gran parte de ellos. Para luego pasar al anfiteatro a la exposición de proyectos.

― ¿Y si le ocultamos la cara mejor? Y decimos que es de alguna tribu extraña. Dijo Sinbad, haciendo en un intento desesperado, por detener lo que había planeado el mismo. Kougyoku lo miro estupefacta ¡Quería usar el mismo pretexto que había usado ella!

―Ahora no Sinbad. Los guardias abrieron las puertas con gesto solemne y los dejaron pasar. Kougyoku se volvió a mirar la recepción. En efecto, la música seguía sonando, pero todos los invitados se habían parado y miraban hacia ella. Su rubor se intensificó, al igual que el refunfuñar de Sinbad.

―Te advertí que causaría sensación ―dijo Sinbad a su asistente con desaprobación.

―Y yo me alegro de que tuvieras razón. Por si no te has dado cuenta, la joven de la última vez está aquí, y en este preciso momento está fulminando con la mirada a nuestra Kugyou.

Magi - Mi Adorable OdaliscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora