۞ Capítulo 7. Reencuentro

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El sonido del picaporte al abrir le puerta, hizo despertar a Kougyoku del estupor y el pánico, sin perder más tiempo, se escondió bajo la cama y espero lo peor sujeta a las dagas de su cinturón.

-Sin, descansa llevas dos días sin dormir, mañana sigue con las negociaciones con los exportadores, te dejare un horario a primera hora, si no duermes te pateare el trasero y sí que... ¡ve a dormir maldición!- dijo Ja Far al cerrar la puerta de golpe. Dejando a Sinbad con la puerta en la cara.

Había tenido un día agotador, bueno, como todos los días, pero tenía que dormir, si quería hacer un buen trabajo mañana, pero como podía descansar o concentrarse en el trabajo si aún no se sacaba a la chica de la noche anterior de su cabeza, ¿volvería hoy?, Se preguntó mientras se dirigía a la gran cama con dosel y se dejaba caer en ella. Anoche había hecho un inventario en la biblioteca en la que ella había estado buscando, en vez de disfrutar de la exquisita morena de ojos verdes que llego al rato después ofreciendo su grata compañía, en cambio, le pidió que lo ayudara con el inventario de documentos y como había supuesto la chica salvaje no se llevó más que información cultural que encontraría en cualquier biblioteca pública del reino, con excepción de un plano antiguo de ese viejo edificio, el cual no le serviría mucho, ¿Qué estará buscando?, ese edificio es prácticamente suyo, nadie iba desde que se construyó la gran torre y se instalaron todas las oficinas nuevas, era sencillo y tranquilo, perfecto para cuando quería estar solo, reflexionar o descansar, de alguna forma lo llenaba de gratos recuerdos ese lugar. ¿De que le serviría ir ahí?

Las dudas no lo dejaban dormir, cuando ya más relajado miraba la luna por ventana de su habitación, empezó a dormitar un poco hasta que se percató que había un agradable aroma desde que entro a la habitación, de alguna forma se la hacía familiar... será que... sin hacer mucho ruido se levantó despacio y reviso su armario... nada... entonces solo quedaba la cama... ya seguro de que alguien, o quizás ella se encontraba debajo de su cama, por lo que la levanta de una patada, las almohadas y sabanas salen volando, dejando a la vista una mujer tapada en velos y una mirada penetrante, que a una velocidad increíble abre un pergamino el cual nuevamente lanza una luz y antes que Sinbad pudiera acerarse a ella, nuevamente desaparece de sus manos. –Maldición.- dice Sinbad mientras se despeina el pelo, ¡¡¡era ella!! Con un demonio, de nuevo la perdió, para cuando se calmó, entonces recordó al mirar todas las sabanas tiradas, lo que tenía guardado bajo las almohadas. La delgada ceda negra se asomaba a un lado de la cabecera, los velos que se le habían caído la última vez, aún tenían su olor. - tsubaki.- (camelias).

Kougyoku de vuelta a su habitación se encontraba sola, por suerte, de haber estado las hermanas, no la hubieran dejado partir de nuevo, le queda otro pergamino más, y sí que volvería a intentarlo, tan idiota y confiada, -se me olvido que el círculo mágico, es inestable con respecto a su ubicación-pensó mientras que con prisas Kougyoku destapo el círculo mágico, se posiciono en medio una vez más, inspiro profundo para relajarse y reflejo en su mente a Vinea, entonces volvió a viajar una vez más.

La ubicación de ahora era en una sala de espera o una oficina vacía, bien podía relajarse acá un segundo, entonces tomó asiento en una de las butacas de espera y se desato un poco el velo. Nuevamente casi la atrapa Sinbad, había sido descuidada, como es posible que se encuentre con una persona así de importante 2 veces, si se supone que esta todo el día ocupado, ¿cómo es posible eso?, pareciera que era inevitable un encuentro con él. Que cruel es el destino en ocasiones, quizás no tendría tanta suerte esta vez, lo mejor era terminar con esta noche rápido.-

-¡Ha! Eres la chica de anoche, ¿Qué tal te fue ayer?- dijo Pipirica apareciendo de improvisto en la oficina y provocando un salto al corazón de Kougyoku.

-¡Ha! no me fue muy bien, no logre hallarlo.- dijo Kougyoku alterada por la nueva sorpresa, Pipirica no sabe de ella y sí que no tenía por qué asustarse, lo que le recuerda que lo último que se dijeron ayer, era que ella buscaba un trabajo.

Magi - Mi Adorable OdaliscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora