۞ Capítulo 6. Optimismo

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La habitación de Kougyoku se encontraba oscura y solitaria, las hermanas no se encontraban en ninguna parte y un sentimiento de desolación empezó a invadirla, las emociones de lo vivido y el cansancio la hicieron caer de rodillas al suelo, donde el círculo de transportación había sido escondido por una alfombra y los papeles se habían desparramado por todas partes. El cuerpo de Kougyoku empezó a temblar y sin poder contenerse más, las lágrimas comenzaron a caer sin hallarse explicación de estas, había estado tan cerca de que supieran quien era ella, lo que le hubiera pasado a Kou si algo así hubiera pasado y su reencuentro con Sinbad la había dejado exhausta tanto emocional como físicamente.

El recuerdo de ese momento provocó un escalofrío por su cuerpo, no solo había sido un encuentro violento y aterrador, sino también, para fastidio de Kougyoku apasionante. Había pasado tiempo que no peleaba de esa forma y al darse cuenta que el idiota de Sinbad no se había percatado de quién era ella, no solo la había llenado de una inexplicable rabia, sino también de cierta superioridad. Pero ¿cómo es que no pudo reconocerla? Se preguntó Kougyoku, mientras se secaba el rostro y se incorporaba para enfrentarse al espejo. Pero la visión que se encontró de sí misma la dejó impactada, el cabello le caía en cascada desordenadamente tras su espalda y unos ligeros mechones rodeaban su pecho y marcaban su rostro, el cual se encontraba sonrosado. Los velos se habían perdido en la biblioteca y sí que ahora podía observar plenamente como se ceñía el corpiño burdeo a su busto, nunca se había considerado una chica con muchos atributos, pero definitivamente con esta prenda podía considerarse voluptuosa, además con el vientre descubierto y un delgado pantalón de ligera transparencia negro ajustado a la cintura por un cinturón de oro blanco. Daban una vista impresionante y poca imaginación, muy elegante también. No era de extrañar la reacción de Sinbad... Pero los recuerdos y la sensación de ese momento se habían grabado en sus labios, no pudo evitar tocarlos con las yemas de los dedos y sentir desazón, era irónico que cuanto estuvo tan enamorada de ese hombre, lo que más quería en el mundo era ese beso, pero ahora que más lo odiaba... lo había conseguido y lo único que podía sentir al respecto, era una rabia y tristeza consigo misma, por haberlo deseado tanto antes y por haber estado a punto de olvidarlo todo y dejarse llevar por sus cálidas manos, pero sin importar cuan tiernas sean su caricias jamás lo perdonaría -¡Jamás!- dijo mientras se restregaba los labios con las manos, jamás lo perdonaría, se vengaría, lo haría sufrir por lo que le hizo, le haría lamentar haber jugado con ella, pensó Kougyoku mientras volvían a brotar las lágrimas y seguía tratando de sacarse la sensación de sus labios.

A la mañana siguiente despertó al sentir que alguien sostenía sus manos, para darse cuenta que había dos miradas fijas en ella a cada lado de la cama, Mei sostenía su mano izquierda y Chie la derecha, ambas con preocupación en la mirada –Kou-chan, ¿estuviste llorando? Tiene los ojos hinchados ¿te sucedió algo?- pregunto Chie-chan.

-No, no, no te preocupes, solo me sentí... abrumada, de hecho pude conseguir algo, pero llegué tan cansada que no los revise, no sé qué traje.- dijo Kougyoku mientras trataba de sentarse en la cama, pero ambas aun la miraban preocupadas, no sabía cómo calmarlas, pero tampoco les diría que se encontró con Sinbad, puede que ambas la detuvieran de seguir con el plan y no podía arriesgarse, necesitaba la ayuda de ambas. –De verdad, no fue nada grabe, no pongan esas caras.- dijo ella con una sonrisa tranquilizadora, ambas hermanas se miraron y como no queriendo, cambiaron de tema para alivio de Kougyoku.

Entonces les contó de la primera incursión, en donde el círculo mágico la había transportado a Parthevia y lo que le había sucedido. Su encuentro con Pipirica, por lo que Mei-chan se exaltó, pero luego al convencerla de que no la descubrieron estuvo más tranquila, por el lado de Chie solo se le notaba entretenida con las anécdotas, también les contó los lugares del imponente edificio que fue a investigar y finalmente el descubrimiento de la biblioteca, luego leyeron los documentos y revisaron mapas y planos, al final todas habían llegado a la misma conclusión, Kougyoku solo trajo basura, pero basura cultural, trataba de defender Mei-chan, pero lo cierto es que poco servían lo documentos, salvo uno, que al parecer era del viejo edificio donde la noche pasada había estado Kougyoku. No pudo evitar tensarse por el recuerdo, pero trato de calmarse para que lo notaran.

Magi - Mi Adorable OdaliscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora