Flashback
- Mica, veni a conocer a Lucas - Gritó mi entrenador, obviamente no notando mi shock - Seré su entrenador durante los próximos meses. Podrías ayudarlo un poco con el saque.
Si hubiese atinado a mover los labios, me habría ofrecido de todo corazón para ayudarlo a escalar el Monte Everest o para cazar ballenas blancas. Pero en lugar de ellos, me quede ahí, mda. Mientras Lucas sonreía y me miraba con interés.
- Tito me hablo mucho de vos Micaela - Me dijo con todo cordial - Me contó que sos una magnifica jugadora de tenis.
Mi cerebro trabajaba rápido buscando una buena respuesta. Deseaba tanto poder decirle algo que me hiciera parecer graciosa y segura de mi misma. Pero no se me ocurrió nada y no tuve más remedio que hacer un gesto de asentimiento con la cabeza. Sentí que un rubor intenso me cubría el rostro.
Fin del flashback.
La misma escena volvía a repetirse siempre que me encontraba a Lucas. Si él andaba cerca, mi tenis resentía- Porque cada vez que lo veía, la mano me temblaba tanto que a penas podía sostener la raqueta. No me atrevía a decirle más que una o dos palabras cuando se dirigía a mí, porque no confiaba en que mi todo fuese normal. Pero el siempre se mostró cordial.
Tal vez mi nerviosismo no era tan evidente como me parecía. La mayoría de la gente creía que yo tenía todo bajo control. Incluso, la prensa había comenzado a llamarme "La princesa de Nieve", porque siempre me mostraba tan fría como cuando esta en la cancha. La fría y calmada Micaela Viciconte, esa era yo. Ni Tito parecía creer que yo fuese capaz de tener sentimientos.
Era probable que los mismo sucediera con mis padres y Camila. Ninguno de ellos se daba cuenta que yo era buena en ocultar mis sentimientos. Cuando después de una derrota salía de la cancha con una sonrisa, en realidad estaba llorando en mi interior. Y cada vez que hablaba con Lucas, el corazón me daba saltos mortales en el pecho.
Así que no podía echarle la culpa por no darse cuenta de lo que sentía por él. Para él, yo era solo una chica más del club. Algunas veces jugábamos dobles mixtos, o venía y se sentaba conmigo en el bar para tomas alguna gaseosa. El no tenía idea del efecto que provocaba en mí cada vez que sonreía, porque yo tenía demasiado miedo de hacérselo saber.
Sabía que estaba perdiendo una oportunidad tras otra, pero no se me ocurría como hacer para que se fijara en mí. Cuando se pasan ocho años de vida, todos los días en una cancha de tenis, no queda tiempo para el resto de la educación, incluyendo cosas tales como aprender a hablar con chicos.
A menos que hablara de tenis, nunca sabía que decir. Un día, hacia un par de semanas, me había quedado a solas en una mesa con Lucas.
Flashback
- Hola Mica - Dijo con su típica sonrisa -¿Como andas?
- Bien supongo - Balbuceé - Es decir, como el abierto de Beverly Hills ya terminó, no habrá ningún torneo por unos meses y...
- No me refería solo al tenis - Me interrumpió - Si no de tu vida en general...
- Es que no creo tener demasiada vida fuera del tenis - Respondí - El tiempo no me alcanza.
- Entonces, deberías hacer que te alcanzara - Miró su reloj, saludó y salió apurado.
Fin del flashback.
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Dobles Mixtos
FanfictionIgnacio "El niño mimado" Nayar Micaela "La Princesa de Nieve" Viciconte