Capítulo 20

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¿Quién diría que tendríamos que jugar contra la secundaria en la que estudiaba Goenji? ...

Nos encontrábamos en la cancha practicando cuando Natsumi llegó con los resultados de las finales del bloque A. La secundaria ganadora, como era de esperarse, fue la Secundaria Zeus. A veces me pregunto, cómo sería enfrentarse a ellos. Muchos han sido los equipos del torneo que han quedado mal heridos tras jugar contra Zeus.

Luego de la escuela, Kazemaru, Aki, Domon, Ichinose y yo íbamos a entrar a una heladería cuando Shido apareció muy preocupado. Luego de recuperar el aliento, nos informó que Endo, Goenji y Kido tendrían una pelea con unos chicos de otra secundaria en la rivera del río. Todos nos preocupamos pero, conociendo a Endo no se tratará de algo tan serio.

Llegamos al lugar del enfrentamiento. Los chicos de la otra secundaria se preparaban para realizar una técnica en conjunto cuando Kazemaru gritó que se detuvieran.

Al fin y al cabo solo era un desafío de fútbol, sabía que no se trataba de algo serio como una pelea callejera. Los chicos de la otra secundaria eran los hermanos Bunkata, los tres delanteros de la Secundaria Kidokawa Seishu. Unos trillizos de los más pesados, quienes suplieron a Goenji en el Torneo de Fútbol Frontera del año pasado.

Todos le echamos una bronca a Shido por hacernos preocupar. Luego de eso llegaron un señor, al parecer era el entrenador del equipo, y otro jugador, era de piel morena, el cabello en rastas simétricas de color verde olivo claro, la cara algo cuadrada y ojos marrones. Lo que más me sorprendió fue la reacción de mi primo Ichinose, quien se aproximó corriendo hasta él. Mishigaki, si, ese era su nombre. Eran amigos en norte América al igual que Aki y Domon.

-Tomoyo, ¿vienes con nosotros?- me preguntó Ichinose quien junto a Aki, Domon y Mishigaki iban a una colina a hablar sobre su pasado y cosas por el estilo. Pero no quería ir ya que debía saber porqué surgió lo del desafío.
-No gracias. Nos vemos en casa-
-Esta bien- y se fue con sus amigos.
-Y en cuanto a ti...- me volteé repentinamente hacia Endo. Saqué una toalla que usaría para después del entrenamiento y lo golpeé con ella en la cara.
-¡Ay! ¡Tomoyo! ¿Por qué me pegas?- dijo pasándose la mano izquierda por su mejilla.
- ¡¿Eres idiota o te haces?!- le respondí algo enojada por el alboroto causado,y mientras le halaba las mejillas.
-¡Eso duele Tomoyo!- se quejaba el castaño-¡Suéltame!-
-Creo que ya es suficiente tortura de tu parte, Tomoyo- se dirigió hacia mí el rubio de ojos negros.
-Está bien- dije soltándole las mejillas a Endo.
-Gracias por la ayuda, Goenji- dijo Endo algo aliviado.
-Ahora, ¿podría alguien explicarme lo que sucedió con los Bunkata?- 
-Pues verás...- Endo volteó a ver a Goenji y luego me devolvió una sonrisa- Después te cuento-
-Ya para qué; me ilusionas para luego dejarme con la intriga.- dije algo decepcionada.- De todas maneras, ya no hace falta que me lo digan, ya me di cuenta de lo sucedido.-
-Bien, supongo que como dicen a buen entendedor pocas palabras bastan- añadió nuestro amigo Kido.
-Bien, me tengo que ir, Takashi seguramente se debe estar preguntando dónde me habré metido.-
-Adiós- se despidieron al unisono.

-Adiós- les dije mientras me alejaba de mis amigos y dirigiéndome a casa.

Al día siguiente me levanté temprano para ir a la escuela para dar una última sesión de entrenamiento antes del partido. Empecé a trotar hasta la escuela. Había llovido la noche anterior así que, todo estaba mojado. No me fijé bien en donde pisé y resbalé. Cerré los ojos esperando el impacto de mi cuerpo contra el duro concreto de la acera pero, me quedé esperando cuando mi cuerpo tocara el frío piso. Al contrario sentí como unas suaves y delicadas manos detenían mi caída. Abrí mis ojos y vi unos hermosos ojos carmesí acompañados de una larga cabellera rubia enmarcando dotado con la mismísima belleza de Afrodita, diosa griega de la belleza, mirando directamente a los míos. Era Afuro, quien me sostenía esperando a que reaccionara.

-¿Estás bien?- preguntó amablemente y con una cálida sonrisa. Al volver a mí me levanté bruscamente y algo avergonzada.
-Sumimasen.- dije haciendo una reverencia.-No me fijé bien donde pisaba y resbalé sin querer-
-No hay de que Tomoyo- me volvió a sonreír. Noté que llevaba su uniforme, una camisa blanca con corbata azul cielo, un saco gris con las mancuernas del mismo tono de azul y pantalones grises; seguro que iba camino a su secundaria. 
-¿A qué escuela asistes Afuro-kun?-
-Etto... Verás yo...- se pasó la mano por la nuca. Era obvio, estaba nervioso.
-¡Tomoyo!- alguien gritaba mi nombre y a lo lejos podía ver a Max y Handa quienes se acercaban corriendo hacia nosotros. Suspiré .
-Me tengo que ir. Un placer haberte visto.-
-El placer es todo mío. Ve con cuidado.- me dijo mientras me alejaba.

Llegué corriendo a la puerta de la escuela. No había nadie así que me detuve a tomar un poco de aire cuando sentí que alguien me tomaba del hombro derecho. Me estremecí y reaccioné de la manera menos favorable, si lo vemos desde la perspectiva de la persona o mejor dicho, personas que salieron afectadas. ¡ZAZ! Les golpeé lo más fuerte posible, sin siquiera ver quien era la persona que estaba tras de mí. Por fortuna solo eran Max y Handa.

Me disculpé con ellos y esperamos a que llegaran los demás. En el autobús me senté con Ichinose, a quien había olvidado en casa por la mañana. Íbamos hablando y haciendo bromas alegremente hasta que llegamos al estadio. Hablé con Goenji antes del partido. Me dijo que todo estaría bien. Me sentí más calmada.

Dimos inicio al partido la otra secundaria era muy buena y, la verdad era que los Bunkata casi le lesionan la mano a Endo cuando utilizaron su técnica "Triángulo Invencible Z". Creo que este partido será uno de los más difíciles que Raimon ha enfrentado...


Una más en el equipoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora