CAPÍTULO UNO
El sol se colaba por la ventana de la habitación, golpeando justo sobre el rostro de la rubia que se encontraba durmiendo. El reloj marcaba las seis cincuenta y ocho de la mañana, se giró para cubrirse de la luz, pero dos minutos más tarde sonó la alarma del celular, suspirando y aún adormilada estiró su brazo y lo apagó. Clarke Griffin era una joven mujer de tez pálida, ojos azules y cabello rubio, a sus veinticinco años medía 1.65 metros. Se deshizo de sus sábanas y salió de la cama, tomó su ropa y se dirigió al baño para una ducha.
Su habitación era amplia, el respaldo de la cama daba justo contra el centro de una de las paredes, frente a esta había un mueble con el televisor, su música y películas preferidas, en la esquina de esta misma pared estaba la puerta hacia el baño. En la pared continua había un librero, a su lado un escritorio y la ventana que iluminaba la habitación, frente a esta el ropero y la puerta que daba a la habitación. A pesar del orden, hojas y lápices se encontraban distribuidos sobre el suelo de madera, dibujos colgaban de las paredes, la mayoría trataban de paisajes. Clarke era una excelente dibujante, y lo amaba.
Cuarenta y cinco minutos después, Clarke bajaba al comedor para desayunar con sus padres. Abigail Griffin era una mujer de tez blanca, cabello y ojos marrones, mientras que Jake Griffin era un hombre corpulento de tez clara, cabello castaño y ojos color avellana. Él se encontraba ya dispuesto a desayunar, la señora Griffin colocaba la última taza de café en el momento en que su hija aparecía por la puerta con una sonrisa.
-Buenos días.- Saludó mientras tomaba asiento en su habitual lugar.
-Buenos días.- Respondieron al unísono la pareja.
Abigail era una médica respetada, integrante de la junta comitiva del hospital en el que trabajaba, Jake era un ingeniero-arquitecto muy conocido, Clarke trabajaba en la misma empresa que su padre, de la cual él era uno de los socios fundadores. Cada año se aceptaba a un estudiante graduado en aquella carrera, pero ella no trabajaba allí sólo por ser la hija de uno de los socios, sino que se había ganado su puesto por el empeño y dedicación que le había dado a su trabajo, además de que había escalado posiciones en muy poco tiempo por ser una de las mejores arquitectas que tenía la empresa.
Hacía unos meses atrás, corría el rumor de un posible cambio en la empresa, pero no fue hasta esa misma semana que anunciaron que el socio del señor Griffin, el señor Blake, se retiraría dejándole su lugar a uno de sus sobrinos. Esa misma noche se llevaría a cabo un evento tanto de despedida como de bienvenida, por lo que toda la familia Griffin debía presentarse.
-¿Vamos juntos? – Preguntó Jake terminando su desayuno.
-Hoy no.- Respondía la rubia mientras se ponía de pie y levantaba su taza.- Voy a ayudar a Raven con unas cosas. –Junto con su madre limpiaron todo lo utilizado en ese momento.
-Bueno, pero no olvides que hoy llegará el nuevo socio, por favor te necesito en la empresa.
-No te preocupes, que ahí estaré. –Saludó a su madre, tomó sus cosas, su llave y salió de la casa rumbo al trabajo.
Sólo unos segundos de diferencia había entre su llegada y la de su padre, ambos tomaron juntos el ascensor y una vez llegaron a su piso correspondiente se dirigieron cada uno a su oficina. La oficina de Clarke era perfecta para ella, un escritorio con sus cosas del trabajo y alguna que otra cosa personal, como fotos, cuadros de edificios colgaban en sus paredes, edificios en los que ella había realizado planos y maquetas. Detrás de su escritorio una estantería, no sólo con libros sino con muchas planos enrollados. En el medio de su oficina un sofá con forma de semicírculo ocupaba el lugar, delante de este una mesita ratona de vidrio. Una vez allí se puso en marcha para hacer sus trabajos.
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Cábala (AU Clexa)
FanfictionLa cábala era realizada por un grupo de amigos de la infancia, ninguno de ellos imaginó que pronto crecería y con ella, nacería el amor.