Capítulo 26

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CAPÍTULO VEINTISÉIS

Una semana después, Clarke se había despertado, después de que la luz del sol golpeara en su rostro, sintió que un brazo rodeaba su cuerpo, y sonrió al recordar la noche anterior. Acarició con la yema de sus dedos el brazo que la rodeaba, Lexa se aferró más al cuerpo de Clarke al sentir aquella caricia, haciendo que la rubia sonriera.

-Buenos días. –Saludó mientras se colocaba de costado para ver el rostro de la castaña. Depositó un beso en sus labios, el cual fue correspondido.- Deberíamos levantarnos.

-Un rato más. –Lexa atrajo más a la rubia hacia su cuerpo, y en cuanto ambos cuerpos estaban pegados, la castaña depositó un beso en el cuello de la rubia.- Buenos días –Respondió al saludo, Clarke sonrió y abrazó a Lexa.

-Prepararé el desayuno. –Dijo Clarke mientras se alejaba de la castaña.- Si quieres puedes darte un baño

-¿Me llamas sucia? –Preguntó la castaña mientras observaba a la rubia, quien se estaba colocando su braga y una camisa para cubrir sus partes íntimas.

-No. –Dijo con una sonrisa.- Pero hueles a sexo –Lexa tomó el almohadón y se lo arrojó a la rubia, quien lo esquivó.- Fallaste. –Le sacó la lengua y salió de la habitación.

Lexa salió detrás de la rubia, y se dirigió al baño para darse una ducha, la cual no le tomó más de unos pocos minutos. Mientras tanto, Clarke había puesto la cafetera para hacer los cafés, y justo cuando estaba a punto de poner el pan en la tostadora, un golpe en la puerta llamó su atención. Se dirigió allí, no le importaba estar sólo con una camisa que la cubría hasta por debajo de los muslos, abrió la puerta y sus mejillas tomaron un color rosa al ver a la persona que estaba frente a ella.

-Hola cariño –Saludó Abby con una sonrisa, quien hasta ese momento no había reparado en lo que llevaba su hija.- Ahora entiendo porque no contestabas mis llamadas. ¿Puedo pasar? –Comentó Abby después de recorrer con la mirada a su hija. Clarke sonrió, justo cuando iba a decir algo, detrás de ella se escuchó un ruido, ambas mujeres giraron su cabeza para observar. Lexa salía del baño con una toalla anudada a su pecho, se detuvo en cuanto vio a Abby de pie en la entrada, sintió un calor recorrer todo su cuerpo.- Creo que ya puedo pasar. –Dijo la mujer entrando al departamento, sin asombrarse por la presencia de Lexa allí.

-Ma, yo... -Clarke no sabía exactamente qué decir, y parecía que la castaña se había quedado en shock.

-Así que fue Lexa quien me atendió. –Comentó con una sonrisa, la aludida reaccionó, primero miró a Abby y luego a Clarke.

-Iré a vestirme. –Y acto seguido entró a la habitación, aun sentía que tenía sus mejillas coloradas. Se vistió rápidamente, y regresó a la cocina, donde ya se encontraban las dos mujeres.- Quizás sea mejor que me vaya –Dijo viendo a la rubia, quien a pesar de lo sucedido tenía una sonrisa dibujada en su rostro.

-Lo mejor sería que llames a tu madre. –Se apresuró a decir Abby.- Vine porque Katherine nos invitó a almorzar, intenté llamarte y no respondías, imagino que Lexa tampoco respondía.- La aludida regresó a la habitación por su teléfono.

-Tengo cinco llamadas de mi mamá, y siete de Octavia. –Decía mientras regresaba de la habitación.- Van a matarme.-Dijo mirando con miedo a Clarke, quien aún no había borrado su sonrisa del rostro.- ¿Puedes dejar de sonreír tanto? –Clarke soltó una leve carcajada.

-Lo siento. –Se apresuró a decir la rubia mientras se encogía de hombros.

-Deberías darte un baño. –Abby la miró seria.- Porque nos están esperando. –La rubia asintió con la cabeza, y cuando pasó por al lado de la castaña depositó un beso en su mejilla, haciendo que volviera a ruborizarse.

Cábala (AU Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora