Capítulo 14

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CAPÍTULO CATORCE

-¡Ay! –Clarke soltó lo que tenía entre las manos, Niylah vio correr sangre entre los dedos de la rubia y rápidamente corrió hacia el baño. Cuando regresó, la rubia tenía una servilleta envuelta tapando su herida.- Es tu culpa –Dijo Clarke mientras Niylah hacia que tomara asiento en la silla.

-¿Por qué mi culpa? –Clarke la miró seria, haciendo que la chica sonriera.- No es mi culpa que te cortes cuando te dicen que eres deseada. –Clarke bufó mientras se dejaba atender por la ojiverde.- Al menos aprendiste a tener un botiquín de primeros auxilios.

-Entre mi madre y tú, no me quedó de otra. –Respondió Clarke resignada.- Hasta llevo uno en el auto

-Es lo correcto –Comentó Niylah mientras limpiaba la herida de Clarke.- ¿Con qué te cortaste? –Preguntó tomando las gasas y colocándolas con cuidado en el corte.

-Creo que con la cuchilla –Respondió avergonzada.- Sigue siendo tu culpa –Niylah soltó una leve carcajada y negó con la cabeza.- Al menos no fue la izquierda –Susurró la rubia, sentía que no podía cerrar la mano porque le ardía. Niylah sonrió al escucharla, y una vez terminó de vendar su mano, guardó las cosas en el botiquín.

-Gracias a Dios que fue la derecha. –Comentó mientras se ponía de pie.- Sino, no sé cómo habríamos hecho esta noche –Un calor recorrió el cuerpo de Clarke, seguido de un escalofrío en cuanto sintió la caricia de Niylah sobre su nuca. Mordió su labio inferior, estaba segura que si en esos momentos se veía en un espejo, estaría completamente colorada. Se puso de pie justo en el momento en que escuchaba que la rubia regresaba.- Imagino que esta noche no me dejarás dormir en el sofá

-De acuerdo –Dijo Clarke después de soltar una leve carcajada.- Pero mi lado es el derecho –Aclaró mientras comenzaba a caminar hacia la habitación.

Ambas chicas se cambiaron de ropa, y tal como Clarke lo había dicho su lado era el derecho, por lo que Niylah se había recostado en el izquierdo. En cuanto apagaron las luces de los veladores, Clarke se quedó boca arriba, mientras que la otra rubia se giró hacia el lado derecho, podía ver la silueta del rostro de Clarke, pero no podía saber si tenía los ojos cerrados o abiertos, estuvo tentada a decir algo, pero quizás la rubia estaba demasiado cansada como para hacer algo, por lo que se removió en la cama, dándole la espalda a Clarke. Clarke había estado despierta, esperando que Niylah hiciera algún movimiento, pero cuando fue su turno de hacerlo, no lo hizo. Y fue ahí cuando supo que eso era lo que Niylah había esperado, pero por alguna extraña razón, que ni ella entendía, no fue así.


Lexa había estado toda la semana de mal humor, la castaña sabía que todos lo habían notado, en especial sus dos hermanos, pero no podía controlar aquello. Sin que golpearan a la puerta, ésta se abrió de repente, dejando entrar a una Octavia que se la notaba apresurada.

-¡Vamos! –Le dijo a Lexa, quien la miraba sorprendida.

-¿A dónde? –Preguntó sin entender lo que sucedía.

-En primero lugar, nuestro horario laboral terminó. –Respondió la morena como si fuera lo más obvio del mundo.- Y en segundo, tenemos que ir a un lugar. –Se acercó a su hermana, la tomó del brazo y la hizo poner de pie.

Lexa a regañadientes le hizo caso, acomodó rápidamente las cosas, tomó lo que era suyo y juntas salieron de la oficina. A pesar de que la castaña preguntaba a donde irían, la morena no le respondía, o sólo se limitaba a decir que tenía que ser paciente. Después de preguntar tres veces, desistió, por lo que fue todo el camino sin decir palabra alguna. Fijó su vista en el camino, intentando adivinar hacia dónde se dirigían, pero le fue imposible, ya que no conocía ningún lugar por el que pasaban.

Cábala (AU Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora