Querida Hermana.

Lo siento.

Después de que Leigh abandonó la habitación. Paige sacó su libreta y escribió su última nota.

1:00AM

El momento había llegado para ella. Sentía una mala vibra dentro de su cuerpo.

Mientras escribía en su libreta, el electrocardiograma comenzó a medir bajos sus latidos, ondas pequeñas se veían en él.

La desesperación entro a su cuerpo y comenzó a arrojar todo lo que había a su alcance. Tomó las sabanas que habían en la camilla y las arrojó al suelo, al igual que las almohadas. Tiro todos los medicamentos de vidrio que habían en la estantería. Tiro los cajones al suelo y uno lo arrojo por la ventana haciendo que el fuerte ruido se escuchara en la parte de abajo del hospital. Las cortinas las arrojó, había entrado en un estado de irá, es una de las reacciones de la leucemia.

Los doctores, las enfermeras y sus padres entraron en la habitación y la encontraron sentada en el suelo en posición fetal, viendo todas las cosas destruidas a su alrededor.

– Levantenla, ¡rápido! – ordenó él doctor angustiado.

Su padre la tomó entre sus brazos colocándola en la camilla que las enfermeras habían acomodado.

Conectaron nuevamente el electrocardiograma en su corazón, lo encendieron y vieron lo lento que iban las ondas, más lentas que las anteriores.

Su madre se sentó a un lado de ella y se acostó en su regazo. Paige tenía los párpados entre cerrados. Su madre comenzó a llorar fuertemente, sus lágrimas parecían grandes gotas de lluvia. Su padre estaba a un lado de ellas junto a los doctores, llamando a Mateo, Scarlett y Leigh.

– Hija, por el amor de Dios, no nos dejes. Nosotros te amamos mucho hijita. No nos puedes hacer esto – dijo entre sollozos su madre.

Ella aun seguía con los ojos entre cerrados. Escuchaba y entendía todo lo que decían a su alrededor. Sólo, que tenía dificultades para moverse. Había entrado en un estado de coma. La última reacción de la leucemia.

3:00AM

Mateo había llegado al hospital, al igual que Scarlett. Se les había dificultado tomar un taxi a las 2:00AM.

Mateo se encontraba a un lado de Paige. Tenía entrelazada su mano con la de ella. La sostenía con todas sus fuerzas. Desde que entro no se ha querido despegar de su lado. Le dolía ver a su novia de esa manera. Su corazón se había echó trizas.

Scarlett estaba sentada en el sofá de la habitación a unos cuantos centímetros de ella. La veía fijamente. Su mirada estaba concentrada en ella. Su mejor amiga estaba muriendo, y como verdadera amiga que era estaba con ella. "En las buenas y en las malas" fue su primera promesa cuando tenían 6 años.

Aun no habían rastros de Leigh. Ella vivía retirada del hospital, aún más que Scarlett y Mateo.

– Lo-los am-o – habló Paige tartamudeando.

– Querida no hables, mantente calmada, todo saldrá bien. Nosotros también te amamos – dijo su madre.

– Y más de lo que te imaginas – dijeron Scarlett y Mateo.

– ¿Y Leigh? – preguntó en voz baja.

– Ya viene encaminó hija, no te preocupes – dijo su padre desde la puerta.

Volvió a quedarse en silencio. Sus latidos eran más bajos cada vez.

Ian permanecía afuera de la habitación esperando a su hija. En cualquier momento llegaría.

Pero el tiempo estaba medido para Paige.

Primer paro cardíaco. Su respiración era agitada cada vez más. Gemidos provoco cuando el dolor invadió su cuerpo. Sus ojos como platos se abrieron. Su respiración se entre cortaba. Se notaba que se ahogaba.

Todos se alejaron de la camilla dejando hacer su trabajo a los profesionales. Su madre comenzó a llorar, al igual que Scarlett y Mateo.

Los doctores conectaron el desfibrilador e hicieron varias sesiones intentando de impulsar la corriente continúa al corazón.

Segundo golpe, hubo un segundo paro cardíaco.

Tercer golpe, tercer y último paro cardíaco.

Y ella entró desesperada por la entrada. Era Leigh. Había llegado tarde, nuevamente. "maldito tráfico, maldita lluvia, maldito mundo" comenzó a maldecir en voz alta.

Todos se acercaron a Paige. Y vieron como sus párpados aun seguían entre cerrados. El electrocardiograma medía sus últimos latidos.

– Gracias por venir, querida hermana – susurró y al finalizar sus últimas palabras una semi sonrisa se hizo en su rostro.

Pi...pi...piiii.........

El lugar se volvió gris, la depresión invadió los corazones de cada uno de ellos. Comenzaron a llorar al rededor de Paige. Unos se abrasaban entre otros. Mientras que Leigh se quedó estática mirando la sonrisa de felicidad que tenia su hermana. Lágrimas comenzó a derramar. Eran de tristeza mezcladas con felicidad, justo como Paige lo deseo.

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Lloró😢, no puedo creer que ya esta hermosa historia este llegando a su final.

Espero que les este gustando los últimos capítulos de Querida Hermana.

No saben lo importante que es para mi esta historia. A medida que el tiempo va pasando más cariño les he agarrado a ustedes y a la historia.

Los amoleo pronto💕.