Querida Hermana.

Final.

21 de Agosto, 2040.

En el 2026 Leigh tuvo su primer hijo, el cual le dio el nombre de David Ross Parks, en el 2035 nació su segundo hijo, una hermosa princesa a la cual bautizo con el nombre de su difunta hermana menor, como Paige Ross Parks.

Era el año 2040, Leigh ya no era la típica chica demente y extrovertida de antes, ahora es más fuerte, más grande, más madura, madre de dos hermosos hijos y esposa de Dylan Ross, con un trabajo estable y un buen hogar donde sus hijos han crecido estos años.

Su madre consiguió un compañero en el 2025 y desde ese año ha estado con él, su padre todavía vive con la madre de Paige, juntos han avanzado dando lo mejor de ellos mismos así como lo deseo su difunta hija Paige.

Olivia Maslow quedo esquizofrenia, sus últimos años de condena se cumplieron pero no se libero del apartamiento, fue retirada y trasladada a la Escuela Estatal y Hospital Pennhurst un centro de acogida para enfermos mentales y epilépticos situado en la frontera entre el condado de Chester y el condado de Montgomery, en Pensilvania. Recibiendo terapias frecuentes con una nueva psiquiatra ya que nunca supero sus problemas de alucinaciones, ideas delirantes, trastornos del pensamiento, falta de energía y motivación.

Era una tarde de invierno del año 2040, Leigh estaba con su familia en el cementerio visitando a su hermana un día antes de la víspera de navidad.

- Mami ¿cuando saldrá la tía de la tierra? - dijo Paige mientras tomaba la mano de su madre.

Leigh se mantuvo en silencio por la pregunta que había hecho su pequeña hija. ¿Como le podrías explicar a una niña de cinco años que su tía jamás volverá?

- ¿Mami? -

- Paige, tu tía ahora esta en el cielo, allá arriba - dijo Dylan señalando con su dedo el cielo.

- ¿Y por qué ella esta allá arriba? - dijo inocente.

- Porque tu tía murió hace muchos años, ¿recuerdas cuando hablamos de las personas que fallecen porque su corazón deja de funcionar y van al cielo? -

- Si -

- Bueno, así paso con tu tía - la tomó en sus brazos y la alzo.

- Mamá, ¿ya podemos ir a casa? - dijo David colocando su mano sobre el hombro de Leigh.

- Si querida, es hora que volvamos a casa, ya esta oscureciendo, vendremos otro día - dijo Dylan tomando su mano.