Querida Hermana.

Promesa.

08 de Octubre, 2016.

1 semana después de la dolorosa partida de Paige.

Leigh se encontraba en la habitación del hospital donde antes se encontraba Paige desalojando sus últimas pertenencias.

Se sentó en la camilla y voto un gran suspiro que le llego al alma. En esa camilla donde estaba sentada antes estaba el cuerpo de su hermana. Como la extrañaba.

Reviso la mesa de noche que estaba al lado de la camilla asegurándose de que estuviera vacía. Pero dentro de ella había una libreta azul, con las iniciales de Paige gravadas y junto a ella un sobre sellado. Las tomó en sus manos y las colocó dentro de su chaqueta. Recogió las últimas pertenencias de Paige y bajo hasta la sala de espera.

Allí les entregó el equipaje a su padre y salió del hospital directo a casa.

~*~

Se encontraba en su habitación. Tomó la libreta entre sus manos y leyó cada página que había en ella.

Cada palabra le había llegado al alma. Se sentía culpable por el daño que le había echó a su hermana. No fue físicamente, si no emocional. La culpa y la irá invadió su cuerpo. Se estaba empezando odiar a si misma. Con saber que su hermana la había disculpado no le bastaba.

¿Por qué no pude haber sido una mejor hermana para ella? Se preguntaba una y otra vez.

Continuó leyendo las notas y su ira comenzó a calmarse. Al leer aquellas palabras se sentía protegida por un hermoso ángel guardián.

Finalizó leyendo la nota más reciente que había sido escrita el mismo día cuando se vieron.

Cerró la libreta y la apretó fuertemente contra su pecho. Lágrimas comenzaron a caer por su rostro. Y pequeños sollozos de dolor.

Era el recuerdo más bonito que le había dejado su hermana. No se podía sentir más orgullosa de ella.

Continuó abriendo el sobre como bien decía las indicaciones en su última nota y al tener las cartas en sus manos sintió el deseo de entregarlas al instante.

Salió de casa y la primera nota que debía de entregar era en casa de su padre y la madre de Paige.

Tomó un taxi el cual la dejo en frente de la casa de su padre. Pago el taxi y bajo de el acercándose a la casa. Tocó el timbre dos veces hasta que alguien salió.

– Hola Leigh que sorpresa ¿que haces por aquí? – dijo la madre de Paige.

– Vine a entregar esto – extendió su mano entregándole la nota – Encontré un sobre en la mesa de noche del hospital y Paige me dejó unas indicaciones en él, donde debía de entregarle estas notas a las personas correspondientes. La primera en la lista, fueron ustedes, sus padres – sonrió, mientras veía la cara de felicidad que tenía la madre de Paige.

– ¡Dios mio! – sollozo con lágrimas en los ojos – Gracias Leigh – la jalo del brazo dándole un abrazo.

– De nada – sonrió – Bueno. Debo seguir mi recorrido. Saludos a papá –

Se retiró de la casa y prosiguió a entregar su próxima nota.