3. ¿Sirena, travesti o detergente?

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Después de reclutar nuevos miembros para nuestra mafia, contra la cara de ratón alias Ashley, tocaron para ir a la clase de literatura.

—¡AAH! ¡ESTÁ TEMBLANDO!—gritó exagerando la situación Cody.

—Cody —Riley le pegó una bofetada—, es la timbre y los alumnos corriendo a sus salas, calmate.

—Parecen elefantes. —Murmuró.

—¿Qué les toca? —preguntó Ryan.

—Literatura —contestamos mis hermanos y yo al unísono.

—Nosotros también —dijeron los chicos emocionados.

—A nosotras nos toca matemática —dijo Kate, apuntándose a ella y Riley.

—Nos vemos al fín de clases, ¿Cierto?

Todos asentimos y caminamos hacia la sala de literatura o más bien guiándonos por los chicos, ya que no conocíamos nada de aquí.

—¡Ah! —exclamó Cameron el chocar con un casillero y quedándose adentro.

¿Cómo entró ahí? Nadie nunca lo sabrá.

—Bueno... adiós —dijo Amber alejándose lentamente.

—¡No sabes donde esta nuestra clase idiota! —exclamé y ella bufó volviendo con nosotros.

—¿Cómo mierda entraste ahí?—dijo Ryan.

Cameron se encogió de hombros.

Tratamos de sacarlo, pero fue inútil, su grasa chocaba con el casillero.

Sip, grasa.

—Eres un maldito gordo —le dije.

—¡No estoy gordo! —gritó ofendido—. Sólo estoy pachoncito —murmuró.

—Hermano, haremos dieta —lo reconfortó Cody.

—¡Todo por tu maldita hamburguesa Amber! ¡Por ella engorde! —sollozo.

Uh, salió su fresito interior.

—¿Qué hacen todos aquí?—preguntó una chia acercándose.

Espera, esa chica la conozco...

—¡SAMANTHA! —grité lanzandome sobre ella—. Oh Dios, ¿No estabas en Londres? ¿Y los tíos? ¿Qué haces aquí?

—Sí estaba, están bien, me echaron de mi antiguo Instituto y me mandaron aquí —contestó en orden.

Samantha era nuestra prima, pero ella vivía en Londres, con nuestros tíos.

—Sammy —la saludaron Cody y Amber.

Paso un rato, con presentaciones y bromas aburridas, hasta que Sam preguntó:—¿Y Cameron?

—¡Gracias al cielo! —Sam miró hacía todos lados—. En el casillero Sam.

Sam se acercó al casillero, y explotó en carcajadas cuando vio a Cameron ahí.

—¡Oh Dios! —sacó su celular tomandole una foto—. ¿Cómo entraste ahí?

—No lo sé.

—Por esto —agarré su panza, que antes tenía musculatura.

—¡Estúpida mi grasa, idiota!—me pegó en la mano.

Y justo tocaron el timbre.

—¡USTEDES! —gritó una chica acercándose a Ryan y Tyler—. ¡NOS DEJARON SOLOS EN LITERATURA!

Los chicos levantaron las manos en señal de inocencia frente a una chica con un chico, con el ceño fruncido.

—¿Dónde estuvieron?—Interrogó la chica.

—Pues... —Tyler apuntó al casillero.

La chica rió al ver a mi hermano ahí, y dejó de fruncir el ceño para mirarnos.

—¿Son los nuevos? —asentimos.

—¡Oh genial! Yo soy Kylie.

—Yo soy Ariel —dijo el chico.

—¿Ariel? ¿Cómo la Sirenita?—preguntó Amber con diversión.

—¿Ariel no es un nombre de mujer? —preguntó Sam.

—¡¿Te llamas como el detergente?! —exclamó Cameron aún desde el casillero.

N/A: En nuestro país hay un detergente con ese nombre:)

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El chico bufó.

—Sí, es un nombre unisex y sí—respondió en orden a las preguntas.

—Bueno, ¿Qué eres? ¿Sirenita, travesti o detergente? —pregunté  y los chicos rieron.

—¿Ninguna de las anteriores?—respondió con una sonrisa.

—Oh Dios —Amber se acercó a él, y comenzó a apretar sus mejillas.

Tiene una rara obsesión por las mejillas gordas.

—¿Qué estas haciendo exactamente? —preguntó el chico extrañado.

—Diga pollito —le dijo Amber con una voz estúpida.

Oh no.

—No.

—Di pollito —dijo nuevamente.

—¡Sueltame!

—Diga pollito.

—¡POLLITO, MIERDA POLLITO!—Amber lo soltó.

—Me caen bien —rió Kylie.

Ariel se acarició sus mejillas y finalmente sonrió.

—A mi igual.

—¿Aunque te haya apretado tus mejillas? —preguntó Amber adorablemente.

—Sí, igual me caes bien. —Dijo Ariel sonrojandose.

—¡HAY ONDA AHI! —dijo Cody burlandose.

—¿¡Me pueden sacar de aquí!? —dijo Cameron desesperandose.

—¡No! —dijimos alejándonos e el y su nueva casa/casillero.

—¡Yo sólo queria salir! —dijo Cameron tratando de hacer una lágrima falsa pero sus brazos están atascados.

—Toma. —Dijo Amber sacando un pequeño cojín y una mantita que tenía desde que se quedo donde sus tíos.

—Mh...¿Gracias? —dijo Cameron confudido—. Y ¿Para qué esto?

—Porque de aquí a mañana no sales —dije como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Que optimistas.

Luego de desanimar a Cameron tocaron, indicando que salían los demás cursos y se llenaron los pasillos, rodeando a Cameron viéndolo como un fenómeno de circo y todos corrieron la voz hasta llegar al Director que lo trató de sacar del casillero, para luego llamar a los bomberos y finalmente sacarlo.

—Y...¿Cómo se sintió estar dentro? —dijimos estallando de risa.

—¡No es gracioso! —dijo Cameron molesto—. Bueno... Sí, es gracioso y mucho.

N/A: ¡Hola! Este sensualon capítulo fue hecho con mucho lov para ustedes.

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Y les dejamos a Amber en multimedia.

Chau!

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