Brooke.
—¡NICHOLAS APURATE O ME IRÉ SIN TI! —Grité enojada.
—¡YA VOY! —Escuché sus pasos apresurados para luego verlo bajar rápidamente la escalera. O más bien, verlo rodar por la escalera—. Auch.
Caminé hacia él entre risas y lo ayudé a levantarse.
—Vamos, los chicos ya deben haber llegado a la escuela y nosotros seguimos aquí. —Nicholas asintió y emprendimos camino hacia el Instituto.
Caminamos en silencio por un rato, hasta que me decidí por hablar.
—¿Nervioso por el primer día? Porque te ves bastante tranquilo.
—¿La verdad? Estoy más nervioso de lo que aparento. —Contestó.
—Creo que ya deberías dejar los nervios de lado, porque acabamos de llegar al Instituto, mi querido Nicholas. Venga, que ya es tarde. —Lo tomé de un brazo, y lo arrastré hacia el Instituto.
Apenas entramos, todas las miradas fueron a parar en Nicholas, que ya no se veía tan nervioso como antes.
Nos reunimos con el resto de nuestro grupo de amigos, y comenzamos a charlar hasta que sonó el timbre.
—Ouh, tengo química, ¿Vienes Cameron? —Preguntó Kyile, ya que siempre les tocaba química juntos.
—Claro, vamos. —Cameron la tomó de la mano, y comenzaron a caminar hacia el salón de química.
—¡Esperen! También me toca química. —Exclamó Nicholas, y los chicos se dieron vuelta hacia él.
—Oh, ¿En serio? Pues vamos, se nos hace tarde. —Dijo Kyile, tomandolo de la mano, llevándolo hacia el salón, dejando a Cameron sólo.
—Oh genial. —Bufó Cameron rodando los ojos.
—Creo que alguien está celoso. —Canturreó Amber.
—No estoy celoso, solo... uhg. —Masculló entre dientes.
—Vamos Camarón, a mi también me toca química hoy. —Apoyé mi mano en su hombro y nos dirigimos al salón de química.
Para nuestra suerte, aún no llegaba la profesora, así que todo estaba bien.
—Eh, Nicholas yo me siento ahí.
Ay no, no todo estaba bien.
—Cameron, Kyile me dijo que me sentara aquí. —Respondió Nicholas y la cara de Cameron cambió de furia a decepción.
—¿Kyile?, ¿Tú lo dejaste sentarse aquí? —Preguntó dolido.
—Oh vamos Cameron, es sólo por hoy. —Cameron suspiró frustrado y terminó por asentir.
Nos sentamos tres puestos más atrás de ellos, y ahí comenzó mi interrogatorio.
—¿Por qué el repentino odio hacia Nicholas? —Pregunté.
—Brooke, no lo odio, es sólo que... ahg. —Bufó.
—Oh ya sé, te gusta Kyile. —Comenté divertida.
—¿Qué? No, no. No me gusta, ahg ¿O sí? Sí creo que me gusta. Ay no, no me gusta —se detuvo y tomó aire—. Me atrae Kyile, ¿Okay? Es linda, simpática, divertida, un poco nerd, es perfecta. Pero no me gusta, me atrae.
—Ojalá esa atracción no pase a algo más, porque al parecer a Kyile le gusta Nicholas. —Cameron asintió.
—Tranquila, no pasará a nada más, te lo prometo. —Yo iba a decir algo, pero justo entró la profesora.
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Los Adams
HumorEllos son los Adams. Una familia, un poco rara, divertida y loca. Porque, sí hablamos de los Adams, hablamos de desastre. Esta rara familia, llegará a revolucionar Los Ángeles. ¿Éstas preparado para acompañarlos?