25. Compras.

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Brooke

—Tú, Camarón, pega estos carteles por allá —ordenó Amber.

Cameron tomó los carteles que Amber le ofrecía, y fue a pegarlos por ahí.

Amber estaba tan emocionada por la fiesta, que llegó a hacer carteles por la fiesta. Sip, carteles; que estaban pegados por todo el Instituto.

Ya era viernes, y nuestros padres ya se habían ido, pero por desgracia, seguíamos en el Instituto, pero ya estábamos por irnos.

—Sireno, ¿Pegaste los carteles? —preguntó Amber, a lo que el Sireno asintió—, fantástico, todo esta listo.

Y justo en ese momento, sonó el timbre indicando la salida de todos.

Amber me miró, y luego me sacó arrastrando del Instituto.

—¿Adónde se supone que vamos? —Pregunté cuando dejó de arrastrarme.

—Necesito que me ayudes a comprar algunas cosas para la fiesta. —Asentí y caminamos hasta el supermercado más cercano.

Amber tomó un carro, y caminó hasta el sector del alcohol.

Comenzó a echar cervezas, y yo la miré confundida.

—Eh, Amber, no puedes comprar esto... —Amber me hizo una seña para que me callara y buscó algo en su bolso.

—Claro que puedo. —Me mostró un carné falso.

¿Y desde cuándo que tiene esto?

—Ay Brooke, no me mires así, que tú también tienes uno. Además lo ocupabas cuando ibas con Cameron de fiesta. —Changos, tenía razón.

Suspiré.

—Si compras alcohol, compra algo bueno. —Eché una botella de vodka al carro y Amber sonrió.

Seguimos echando algunas cosas más al carro, hasta que sentimos una voz detrás de nosotras.

—Chicas, ¿Qué rayos hacen? —Nos dimos vuelta lentamente y nos encontramos con Connor.

—Eh, ¿Comprar? Duh —Contestó Amber divamente.

—¿Alcohol? Ustedes no pueden llevarse eso son... —Amber lo interrumpió.

—Somos mayores de edad. —Amber le mostró el carné falso y Connor suspiró.

—Amber, no deben comprar alcohol para todos, ellos llevarán algunas cosas. —Comentó Connor.

—Connor, esto es para nosotros. —Dije—. Ni muertas compraríamos para toda esa gente.

Connor abrió los ojos como platos.

—¿Tanto beben? —Nos quedamos en silencio—. El silencio otorga; vamos borrachitas.

La verdad, éramos buenas para beber, y la mayoría de las veces bebíamos de más.

¿La mayoría de las veces?

Bueno, todas las veces bebíamos de más.

—Se hace tarde, ya vámonos. —Dijo Amber y empujé el carrito de compras hasta la caja.

Cuando por fin fue nuestro turno para comprar, el cajero miró a Amber con duda.

—No puedes llevar eso, tengo que ver tu carné antes. —Amber sacó el carné y el cajero lo miró dudoso—, vale, ya pueden irse.

Amber pagó y apenas salimos, soltamos un suspiro de alivio.

—Misión cumplida, vámonos.

Cameron

—¡CAMAAAARÓN! —Canturreó Kylie bajando las escaleras.

Todos nuestros amigos estaban aquí, ya que estábamos organizando la fiesta. A pesar de que fuera mañana, teníamos poco tiempo. Además nuestros padres ya se habían ido, y los demás se quedarían a dormir.

—¿Qué pasa enanita? —Pregunté y Kyile me miró mal.

—Deja mi estatura en paz, idiota. Y acompañame a comprar las pinturas para la fiesta.

La fiesta sería flúor, así que necesitábamos pinturas y luz ultravioleta.

—Vale, vamos. —Tomé un poco de dinero, y abrí la puerta dejando salir a Kyile y cuando iba a salir yo, un grito nos paró.

—¡CHICOS, YO LOS ACOMPAÑO! —Gritó Nicholas, y corrió hacia nosotros.

Oh genial.

¿Celoso nuevamente, mi querido Camarón?

Oh cállate.

—Oh, Nick... Tengo que hablar algunas cosas con Cameron, creo que preferiría que te quedarás aquí. —Habló Kyile apresurada.

Nick asintió y se fue.

Emprendimos el camino hacia la tienda y no hablamos en todo el camino, el silencio era muy incómodo.

Cuando llegamos a la tienda tomamos unos carros.

—¡¿Hagamos carreras?! —preguntó Kylie emocionada.

Asentí, tomé un carrito y la miré desafiante, a lo que ella me devolvió la mirada.

—Acuérdate que debes echar la mayor cantidad de cosas posibles —agregó Kyile, a lo que yo asentí—, ¡A QUE NO ME ALCANZAS, CAMARÓN! —Gritó ya unos metros lejos de mí.

Entonces, empujé el carro con fuerza y comencé a echar cosas de las estanterías, hasta que de la nada todo se salió de control. Kyile gritó que me detuviera, aunque muy tarde, por cierto, yo ya había chocado otro carro, y caí de trasero sobre otra persona.

Ay changos.

—¡¿QUE TE PASA MALDITO ESTUPIDO?! —gritó la persona a la que había acabado de aplastar.

No distinguí si era hombre o mujer, ya que su voz era ronca.

Me levanté rápidamente, y la vi. Era una chica rubia y de ojos azules, muy linda.

¿Amor a primera vista, mi querido Camarón?

Cállate mini yo.

—Oh, lo siento mucho, en serio —me expliqué rápidamente a la chica—, ¿Estás bien? ¿No te hiciste daño?

La chica bufó y arregló su cabello.

—Sí, estoy bien, no te preocupes —contestó y sacó su celular—, oh diablos, se me hace tarde, adiós.

—¡Espera! —la tomé del brazo y ella se dio vuelta—, Soy Cameron Adams y tú...

—Zoe Jones... —La chica iba a decir algo más, pero Kyile que había estado en silencio a mi lado, la interrumpió.

—¿Eres la prima de Connor? ¿Zoe? —¿Prima de Connor? KHÉ.

—¿Connor es su amigo? —Preguntó la chica esperanzada, a lo que asentimos—. ¡Genial! Connor me dijo que harían una fiesta mañana, pero como soy nueva en la ciudad, estoy un poco perdida y...

—Ven con nosotros, vamos hacia allá. —La interrumpí y Kyile me miró mal.

—Cameron, nosotros teníamos que hablar... —Murmuró Kyile entre dientes.

—¿Puedo ir con ustedes? ¿En serio? —Preguntó la chica, a lo que yo asentí.

—Sí claro, ¿Ya tienes las cosas, Kyile? —Kyile asintió a regañadientes—, vale, vámonos.

¿Intentando sacarle celos a Kyile? Pues ya lo lograste.

¿Kyile celosa? Ay changos.

N /A: Jelou como no subimos el jueves hoy en la tarde subiremos más otro capítulo.

Ya, Chao.

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