6.Capitulo Corregido

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Al día siguiente, me desperté relativamente temprano, por lo que decidí enfundarme mi look deportivo junto a mis zapatillas negras. Me preparé para salir a correr un rato, para así despejarme y liberarme.

Antes de colocarme la sudadera, me acerqué al espejo, y me quedé detenida observando mi reflejo. Solo sentí asco, odio, dolor y pena hacia mi misma. Ver aquellas estrías, mi hinchada barriga y las marcas de acné en mi rostro, me hacía pensar si de verdad merecía la pena intentar salir, hacer deporte, con tal de sentirme parte de una sociedad que obviamente se había dedicado a hacerme entender que nunca sería parte de ella, mientras tuviera este aspecto.

Sin darme cuenta, lágrimas recorrían mi rostro, y sin poder evitarlo tome el cepillo y lo lance contra el espejo, lo que generó pequeñas grietas en el mismo. Mi pulso empezaba a aselarse y mi respiración era cada vez más agitada, corrí hacia el baño, tomé la cuchilla de la afeitadora, me senté en el váter y comenzaron los primeros cortes. Aquello, se había convertido en mi manera de externalizar todo lo que me guardaba; sí, para muchos será patético, quizás pensaran que estoy exagerando, que me decante por una opción fácil... Pero, era lo único que conseguía apagar los gritos de mi interior.

Tras lograr calmarme curé los leves cortes que me había hecho. Regresé a mi cuarto y terminé de vestirme colocándome la sudadera, tomé mi móvil y auriculares, y salí de casa. Caminé hasta el parque, ubicado unas calles más allá de mi casa, y empecé a correr. La voz de Demi Lovato en Sober me acompañaba, mientras dejaba que el viento golpease suavemente mi rostro.

Y fue ahí, cuando estaba totalmente sumergida en mi misma, que mi cuerpo reaccionó al haber chocado con algo duro. No caí del suelo de milagro, pues fuera lo que fuera, me estaba sujetando. Levantó mi mirada y mis ojos se abren de golpe al descubrir quien es.

-Vaya, vaya, a quién tenemos aquí. Voy a empezar a pensar que me estas siguiendo. - Abro mi boca tratando de parecer ofendida y rápidamente me recompongo, alejándome un par de centímetros de su lado.

-¿Yo? Que yo sepa tu eres el que parece que me sigue, primero en mi trabajo, ¿y ahora aquí? - Digo mientras lo señaló. Este únicamente ríe negando con su cabeza.

-Se puede saber qué te causa tanta gracia. - Murmuró notablemente molesta por su burla.

-Bueno, tu. Tu me causas gracia. Bueno, ya que nos hemos chocado seguramente por intenciones del destino, qué tal si te invito a un café, y así pues compenso nuestro casi desastroso choque. - Se encoge de hombros y yo solo lo escudriño con la mirada.

Un momento, ¿acaba de invitarme a tomar algo? No, seguro son imaginaciones mías.

-Hey, Claire, ¿Qué dices?. - Sus movimientos de manos cerca de mí cara me sacan de mis pensamiento y centro mi mirada en él.

-¿Es esto algún tipo de broma?. - Digo con tono frío. No se de donde había sacado aquel carácter, pero la verdad es que por dentro me estaba muriendo de miedo.

-No, obviamente que no, solo trato de ser amable, no pretendía demostrarte lo contrario. - Sus ojos me transmitía que se sentía apenado. Por lo que suavicé mi mirada y tomé aliento.

- Lo siento, es solo que me resulta raro... nadie del instituto suele acercárseme con buenas intenciones.- Este asiente a modo de comprensión y se encoje de hombros, y sonríe de manera de tímida.

-Al menos, dame la oportunidad de demostrarte que mis intenciones son buenas. - Debatía entre sin creerle o no. La verdad, es que no conocía lo que era intentar tener un amigo, los supuestos que tuve en su momento, lo hicieron para ganarse mi confianza, y después burlarse de mi inventando rumores. En mi cabeza empezaron a venir los insultos, los empujones, las bromas pesadas, todo aquello que he estado recibiendo desde hace un largo tiempo.

No voy a negar, que el hecho de confiar en alguien no me aterraba, la idea de darle a alguien esa oportunidad de saber como destruirme, hacia que mi cuerpo se estremeciera.

-Mira, no conozco tu historia. Pero me gustaría, apenas llevo unos meses aquí y no me vendría mal contar con una amiga. - lo mire detenidamente, tratando de encontrar algún índice de burla, o algún detalle que me hiciese ver que mentía.

Antes de juzgar a alguien, debes conocerla.

Aquella frase de mi madre vino repentinamente a mi cabeza y asentí, sabiendo que mi madre tenía bastante razón.

-Esta bien Lucas, acepto tu invitación. Pero, tampoco te vengas arriba, esto no significa que seamos amigos. - Sus ojos se iluminan ante lo que digo y estalla en risas. Sin poder evitarlo rio un poco junto a él, pero en seguida dejó de hacerlo y lo miró fijamente.

-Cómo usted diga mi Lady. Me apasionan los retos, así que estoy listo para ganarme tu amistad. Ahora si es tan amable de seguirme a una cafetería que he visto en la esquina. - Sonrío poniendo mis ojos en blanco ante el apodo de lady, y lo sigo por donde me indica.

InseguridadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora