La noche del sábado y el domingo trabaje en el restaurante, y por aquel entonces se me había olvidado totalmente que hoy lunes, Lucas vendría a recogerme. No fue hasta que lo tuve delante de mi casa, que no me hice a la idea, de que aquello era real y que no lo había soñado.
Lo mire mientras bajaba los pequeños escalones del porche y salude con una pequeña sonrisa.
-¿Lista para un nuevo comienzo de semana?. - me pregunta una vez llego hasta el y en repuesta únicamente me encogí de hombros y empecé a caminar.
Al principio del camino íbamos en total y absoluto silencio, hasta que el castaño no pudo resistir más y me saco de mis pensamientos.
-Oye Claire, quería saber, por qué te daba, o bueno más bien, ¿Por qué te da tanto miedo que seamos amigos? - Aquello me hizo detenerme de golpe y mirarle un tanto impactada. Realmente no me esperaba que me preguntará aquello. Este me miro un tanto confundido y como tratando de desvelar algo que no llegaba a entender. Rápidamente aparte mi mirada y suspire.
-Es algo, que todavía te tocará descubrir. Los misterios se desvelan después de una infructuosa búsqueda. - murmuré y pasé por su lado para retomar el camino. Hasta el instituto, no volvimos a cruzar palabra y una vez estábamos frente a la puerta simplemente levanté mi mano y me despedí.
-Oye, espera. - Rápidamente Lucas me detuvo sosteniendo mi mano. En ese instante, una sensación abrumadora me arropo, como si miles de chispas eléctricas se tratará. Voltee mi cuerpo hacia él, y sus ojos marrones me absorbieron. - Sólo quiero que sepas, que sea lo que sea, te prometo que desvelaré tu misterio, y descubriré tu historia. - No se porque, pero mi corazón se acelero y mi respiración por un momento cesó.
No se que tenía Lucas, trataba de descifrar lo que sus ojos, su rostro y sus gestos transmitían, pero no llegaba a alcanzar en sí lo que era. Atisbe cierta intriga, un poco de pena y quizás cierto desconcierto.
-Te veo en el almuerzo. - iba a decir que siempre comía sola pero este me detuvo.
-No aceptaré un no por respuesta. - Y así, dejándome allí con miles de preguntas rodando por mi cabeza, desapareció entre la multitud de estudiantes, adentrándose en el instituto.
Sinceramente, no importaba si aceptaba o no un no por respuesta, pues nadie más que yo conocía mi lugar secreto. Así que, solo tengo que irme directamente allá y asunto resuelto.
El timbre suena indicando el fin de la clase de Literatura, y recojo mis cosas a toda velocidad, con el objetivo de poder camuflarme entre los estudiantes y salir del lugar sin que Lucas tuviera la oportunidad de localizarme.
Pero lean bien, ¡NUNCA CREAN QUE TODO SALE ASÍ TAN FÁCIL COMO LO PIENSAN!
Justo cuando ya tenía mi sonrisa de la victoria, e iba camino hacia la parte de atrás del instituto, apareció en mi campo de visión los ojos marrones y la sonrisa burlona de Lucas. ¿Cómo coño ha podido encontrarme?
-Voy a empezar a creer que eres un acosador, barra psicópata, que lleva acosándome desde hace un largo tiempo. ¿Era verdad eso de que viniste este año? - Digo en tono un poco burlón, mientras camino hacia él.
Lucas se encoge de hombros y me regala una sonrisa de lado. Por un momento me quedo embobada, admirando su rostro, tan relajado, pero a la vez tan expresivo.
-Es algo que nunca sabrás. Aunque sabía que intentarías escapar de mí y me asegure de encontrarte, ¿a dónde ibas? - Y fue tras esa pregunta que rápidamente me vino a la mente la siguiente pregunta: ¿Podía confiar en Lucas?.
Para mí aquel lugar escondido entre árboles, era mi rincón. Un lugar en el que me sentía aliviada, y donde podía simplemente respirar. ¿Debía llevar a Lucas allá?, y tal vez, ¿Coger el riesgo de que mi lugar fuera pervertido?
-Prométeme, que nunca, óyeme bien, nunca, pase lo que pase hablarás o llevarás a alguien a donde voy a enseñarte. - tomaba con tanta fuerza su mano, que un pequeño signo de miedo atravesó sus ojos. Pero aquella sensación de pronto se esfumo, y se plasmo en sus ojos una marcada firmeza.
-Te lo prometo Claire.- Su voz sonó tan convincente, que simplemente asentí y comencé a caminar.
Nos fuimos adentrando en el bosque hasta que me detuve. Lucas llego a mi lado y miro maravillado el lugar; los arboles poseían un intenso color verde en sus hojas, y miles de flores adornaban la grama. En medio, había una pequeña mesa de picnic, camine hacía allí y tome asiento, a la vez que dejaba mis cosas.
-Bienvenido al rincón de Claire. - dije con una amplia sonrisa. Este dirigió su mirada hacia mi sonriendo y totalmente asombrado.
-Es increíble. Quién diría que detrás de un instituto se esconde un lugar tan hermoso. - Dice mientras camina hacía la mesa y se sienta frente a mí.
Ambos sacamos nuestro almuerzo y comimos por unos minutos en silencio. Después nos recostamos en la hierba, y mirábamos las nubes tratando de descubrir formas y figuras.
-¿Cómo descubriste este lugar? - En seguida me puse tensa al recordarme corriendo sin parar entre lágrimas, hasta llegar aquí.
-De pequeña, hubo un episodio que simplemente me hizo correr y correr, sin mirar atrás. Así que, lo hice, y encontré este lugar. Aquí pude evadirme de todo, y desde entonces, siempre vengo aquí, no solo en la hora del almuerzo, sino siempre y cuando lo necesito. - susurro y volteo mi cabeza hacia él, encontrándome con unos ojos levemente preocupados y unas cejas fruncidas.
-No se que paso, pero quiero que sepas, que puedes contar conmigo Claire. - Una sonrisa irónica se escapo de mis labios y negué con mi cabeza.
-Todo el mundo dice eso cuando siente lástima y desea quedar bien. - solté de manera fría.
-Yo no soy todo el mundo, así que déjame demostrarte que las generalidades nunca son la norma. - Quería creerle, de verdad que sí. Pero a pesar de que mis oídos oyeran aquellas convincentes palabras, no terminaba de escucharlas.
Sinceramente dentro de mí, no existía la mínima idea de que yo era digna de ser amada, había recibido ya tantos golpes, que mi corazón se acabo encerrando por completo a fin de poder sobrevivir. Me habían rechazado tantas veces por como soy, que se me había metido en la cabeza que a no ser que cambiará, o fuera alguien totalmente distinto, siempre seré odiada y motivo de burla.
Aleje aquellos pensamientos de mi mente, y al ver la hora, sabía que ya teníamos que volver. Nos levantamos y regresamos al instituto, cada quien a sus respectivas clases.
Al acabarse el día, sabía que Lucas me esperaría en la entrada, así que espere un largo rato, con la idea de que al ver que no salía se acabaría hartando y yendo a casa. Aquello funciono, y camine hacia a casa totalmente absorta en mis pensamientos.
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Inseguridades
RomanceLas palabras son como cuchillos que cuando penetran en lo más profundo, te dejan heridas de muerte. No hablo de muerte física, sino espiritual, pues sientes que todo tu interior se desvanece sumiendose en una profunda oscuridad. Perdí aquello que al...