13.Capitulo Corregido

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Parecía que el tiempo se había detenido a nuestro alrededor, y al separarnos todo volvió a la normalidad. Ambos abrimos nuestros ojos y nuestras frentes quedaron juntadas. La respiración era acelerada y podía incluso escuchar mis propios latidos. Nuestras miradas se encontraron y trataban de descifrar las emociones de la otra.

El sonido de la lluvia de fondo, las respiraciones entrecortadas y los pequeños suspiros eran la melodía más perfecta que jamás había escuchado. Realmente no quería que aquel momento terminase, se sentía tan malditamente bien que solo deseaba encerrarlo en mi memoria para nunca perderlo.

Pero, como no, mis dudas e inseguridades no podían permitir que sintiera aquella calma. En seguida me separe de él, dándome cuenta de lo que acababa de pasar. Miles de pensamientos atravesaron mi cabeza en aquel instante.

Ahora, ¿qué?

Había caído en que esto cambiaría todo, de que ya nada podría seguir igual, de que ya no nos veríamos de la misma manera y que aquel maldito, pero increíble beso, estaría rondando nuestra cabeza una y otra vez hasta que ambos fuéramos lo suficientemente valientes de aceptar que debía de ocurrir, pues así lo sentíamos. No obstante, no podía evitar que la idea me resultase aterradora.

¿Acaso sería suficiente? Joder, tan solo mírenme. Dudo de todo y no creo que me merezca nada bueno en esta vida, y cada vez que siento que algo bueno roza mis dedos y siento que lo estoy atrapando, de la nada se me escapa y desaparece.

-Clai...- La voz de Lucas me lleva de vuelta a la realidad y cuando trata de acariciar mi mejilla, instintivamente me aparto y niego con mi cabeza.

-No, no. Esto no debería de haber ocurrido, solo... olvídalo. - Una vez más este trata de acercarse, pero rápidamente salgo corriendo hacia el interior de la casa. Detrás de mí escucho como me llama, pero no me detengo. Una vez he subido hasta el cuarto de arriba, cierro la puerta asegurándola.

Me dejo caer en el suelo y abrazo mis rodillas. Simplemente me quedo allí, en silencio, tratando de asimilar lo ocurrido. Sabía que aquello simplemente fue un arranque disparatado, a lo cual nunca debí de hacer caso, pues ahora todo lo que tenía con Lucas se había ido a la mierda. Unas pequeñas lagrimas caían por mi rostro, ¿es tristeza lo que siento? No, realmente no; es mas bien rabia, impotencia, ya que odiaba no poder disfrutar de aquello como cualquier adolescente, no soportaba estar tan llena de mierda, la cual me impedía ser normal, más bien, vivir y dejar que todo fluya.

Narra Lucas

Trate de detenerla, de acercarme y hacerle ver que realmente deseaba aquello, que estaba bien. Pero, también sabía que aquello marcaría un antes y después. Yo tenía claro que aquello me había encantado, que Claire me gusta y estaría dispuesto a lo que sea con tal de verla feliz.

Sin embargo, pude ver en sus ojos aquel debate interno de sus sentimientos, en como trataba de luchar y reprimir lo que sentía.

No quería perderla, más bien perder lo que teníamos, pero los sentimientos siempre juegan mil pasos más por delante de la razón, y por mucho que quisiéramos hacer como si nada, aquello se iba a quedar en nuestra mente.

Mire hacia la puerta de la habitación en la que se que se encontraba y contuve las ganas de llamar y pedir que me dejara entrar. Necesitábamos estar solos y alejados el uno del otro. Demasiadas emociones que aclarar. Entre en el cuarto de al frente, saqué mi ropa sucia por el barro y me di una ducha. Bajo el agua, logre relajarme y despejar mi mente.

Una vez tumbado en la cama, me quede mirando el techo como si en este estuviesen las respuestas y soluciones a todo lo que rondaba por mi cabeza.

¿Por qué coño es tan malditamente complicado?

Sé que Claire sintió lo mismo que yo con ese beso. Tenía más que claro que no fui el único a quien se le disparo el pulso.

Entonces, ¿Por qué me pidió que lo olvidará?

Suspiré exasperado y tras varias vueltas en la cama terminé quedándome dormido.

Narra Claire

Tras una larga ducha, me tumbe en la cama y sin darle tiempo a mi mente de ponerse a pensar, busque el sueño hasta quedarme completamente dormida.

A la mañana siguiente, los rayos de sol que se colaban por la ventana me dieron los buenos días. Me estire y al segundo caí en cuenta de que tendría que salir de la habitación, y por consiguiente me encontraría con Lucas.

-Mierda. - Susurre. -Esta bien Claire, simplemente, te vistes, bajas a la cocina y dices que lo mejor es que nos vayamos porque no te sientes bien. - Parecía un plan perfecto, al menos eso creía.

Después de vestirme con la ropa que encontré en el cuarto y peinar mi cabello, me miré en el espejo y respirando hondo me animé a abrir la puerta y salir. Y si el día no podía empezar peor, al hacerlo justo un Lucas recién levantado y con solo una toalla cubriendo su cuerpo hizo acto de presencia.

Puta madre, que bueno esta. ¡Oh por Dios Claire, contrólate!

Mis ojos miraban su torso desnudo y lo recorrieron hasta llegar a sus ojos.

-Oh lo siento, es que iba a buscar algo de ropa en otra habitación y no sabía que ya estabas despierta...- Empezó a decir mientras despeinaba su cabello húmedo de manera nerviosa.

-No tranquilo, yo iba a... - Mierda Claire ahora no te vayas a quedar trabada, ¡reacciona! - A la cocina, sí eso mismo. - La situación era un tanto divertida si te parabas a pensarlo. Lo que un maldito beso puede causar entre dos personas que creían que simplemente tendrían una amistad es sorprendente; pues allí estábamos, como dos tarados evitando la mirada del otro.

-Bueno, ¿te veo abajo? iré preparando algo para desayunar. - Lucas simplemente asintió y rápidamente baje las escaleras y cuando llegue a la cocina solté todo el aire retenido.

¿En que momento deje de respirar? Me pregunté a mi misma.

Mmm déjame que lo piense, ¿oh sí tal vez cuando te quedaste embobada observando su cuerpo desnudo?

He de admitir que mi mente no mentía, pero vamos, no me digan que ninguna chica, si tuviera de frente al chico que le gusta envuelto únicamente en una toalla, no echaría un vistazo. Pero claro, en mi caso, sería únicamente eso, suficiente tenía con mis mierdas como para ahora querer que mis ganas por un chico fluyan, cuando claramente no puedo gustarle y está totalmente fuera de mi alcance.

Echando a un lado aquellos pensamientos, me dispuse a mirar por la cocina haber que ingredientes encontraba. Con lo que hallé, me dispuse a hacer unas tortitas, huevos y beicon. Al menos aquello me mantendría la cabeza ocupada.

InseguridadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora