Mariposa dorada ➡ viridixnx

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Pareja: KaiLu
Género: Fantasía
Número de palabras: 1.7k aproximadamente
Advertencias: Muerte de un personaje







La noche es fría, los cielos están pintados en un tonos púrpuras que contrastan con las estrellas blancas tan brillantes que ellas solas alumbran la penumbra.


Los pies descalzos, la suave hierva se cuela por los dedos de sus pies, no le causan cosquillas solo se siente como una ligera brisa, su pecho quedando al aire mostrando sus hermosas formas doradas, él no siente frío, su cuerpo es cálido, no tiene porque ocultarlo.


La zona que recorre es la más profunda de todo el lugar, nunca ha visitado esas tierras pero quiere conocer, saciar esa sed curiosidad y poder encontrar la verdad. Él ha recorrido muchas tierras, ha viajado, ha conocido paisajes preciosos y criaturas extraordinarias pero aquello aún estaba haciendo eco en su cabeza.


Lo había escuchado un día mientras caminaba por el bosque, las pequeñas criaturas que caminaban por debajo de sus pies hablaban acerca de una criatura hermosa que vivía en lo mas profundo del bosque negro. Aquellas criaturas verdes eran de poco confiar, siempre andaban de aquí para haya hablando detrás de los duendes y las hadas pero Jongin los escuchaba atentamente, su curiosidad por esa famosa criatura del bosque negro era infinita.


Había oído claramente que aquel lugar solo era visible de noche, que la supuesta criatura gozaba del crepúsculo y su belleza iluminaba cada parte de las tinieblas. Todos lo describían como algo precioso que conquista con solo verlo, sin embargo aquellas vocecillas también hablaban acerca de que esa hermosura era solo una fachada, que aquella criatura era mala, un engaño perfecto rodeado de belleza.


No había testigos, se decía que todo aquel que lo llegaba a ver nunca regresaba, su alma quedaba regada en hermosas partículas tintadas de colores amarillos, la áurea que se creaba era el alma destruida, esa bella criatura se alimentaba y subsistía de la claridad del del alma expuesta, del brillo y esplendor.


Jongin no escuchó demasiado, él era un elfo único entre tantos, su piel era la primera característica que lo diferenciaba, no era nívea como todos los elfos que conocía, tenía un color caramelo, su pelo eran hermosas y sedosas hebras de plata que contrastaban con sus orbes cafés, su piel tenía destellos dorados, brillantes y finos trazos recorrían su cuerpo, creaban hermosas figuras abstractas, era un tatuaje que resplandecía con centelleo inigualable, marcas que realzaban su belleza natural.

Nunca había permanecido mucho tiempo en un solo lugar, le gustaba descubrir sitios nuevos, conocer criaturas, recorrer bosques, ríos y fortalezas. A pesar de ser un viajero de tierras desconocidas siempre contaba con alguien que lo acompañaba, desde un hada hasta criaturas que él nunca creyó conocer. Jongin era un elfo amable de alma buena y pura, amante de la naturaleza y sus cualidades mágicas, un alma libre de color dorado.


Siempre le gustó ver a las hadas volar, tocar esa estela multicolor mientras ellas aletean alegres canturreando alguna canción. Para su dicha ellas lo siguen siempre en sus aventuras, eran sus fieles compañeras de viaje y aventuras pero estas volaron asustadas cuando les dijo que iría al bosque negro, lo dejaron seguir solo en su camino entre los árboles oscuros.

La penumbra era aún más espesa en esa zona pero poco a poco del suelo comenzaron a brotar pequeñas flores amarillas que brillaban con intensidad creando un camino directo hacia un claro. Jongin quedó fascinado, era precioso, etéreo, sus pupilas no podían guardar la bella imagen que apreciaba.


Proyecto Kizuna 絆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora