El encantado del Exödṳ ➡ JőeΫ Ļų

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Música:  sToa-Stoa

Pareja: ChanHan

Género: Fantasía

Advertencias: Muerte

  

  ♣    


Chanyeol corría tras él por todo el bosque, Luhan se escondía tras los árboles para no ser alcanzado y su corazón bombeaba fuerte en su pecho ante la excitación que le causaba el suspenso.


No había ruido a excepción del de unas cuantas hojas moviéndose mecidas por un perezoso viento que también agitaba un poco sus cabellos rubios. Levantó su mirada y el cielo estaba de color gris, no era sorpresivo, en ese lugar el cielo siempre era de color gris durante el día y con el paso de las horas solo se hacía más oscuro, tan oscuro como los ojos de Chanyeol.


—¡Te encontré! —exclamó su compañero que salió de la nada haciéndolo saltar. Luhan sonrió antes de intentar huir, pero fue sujetado de su muñeca y recibió un tirón que lo hizo estrellarse contra el fuerte pecho de quien lo cazaba— Eres mío —susurró.


Luhan sintió la liviana caricia que resbaló en su mejilla y bajó como una tibia gota de agua deslizándose por su cuello haciéndolo entrar en una especie de trance que secó su boca. Su compañero lo aprisionó contra él y lo besó en los labios, cuando se separaron, Luhan se perdió en la mirada que le impedía moverse, unos ojos en los que no había atisbo de fin, un universo de ébano, el luto encantado.


Chanyeol era feliz extraviando su alma en el túnel misterioso de aquellos ojos. La mirada de Luhan tenía muy en el fondo el reflejo de un cielo brillante, de una energía blanca y luminosa.


Sus pechos estaban desnudos y de sus caderas colgaba una delgada tela que con sus movimientos se tornaba de mil colores. Cuando entraban al corazón de los árboles para guarecerse, sus vestimentas se transformaban en corteza natural.


El viento arreció con mayor ímpetu y algunas de las flores que adornaban las débiles astas en la cabeza de Luhan, cayeron sobre el monte fertilizándolo, así supieron que posiblemente al día siguiente ahí mismo existiría una flor.


Chanyeol acarició con mucho cuidado uno de esos frágiles cuernos. Amaba a Luhan con toda su alma y había tenido incalculables cuidados para que el joven soportara el peso de la vida en aquella tierra de miel. Pero sabía que era diferente, no como él mismo, cuyos cuernos eran más gruesos y estables, tanto que había enfrentado y atravesado con ellos a unos cuantos enemigos.


Lo tomó de la mano y caminaron sin prisa en medio de los árboles, ambos estaban descalzos como era común. Chanyeol nunca había usado zapatos, pero sus pies siempre estaban limpios y suaves.


Un rayo irrumpió el cielo de manera violenta, el trueno que lo acompañaba era agresivo ante el silencio de la tierra del Exödṳ y ambos elfos se miraron encantados cuando la lluvia vistió sus níveas pieles de brillo y humedad a la vez que aplastaba sus cabellos sobre sus frentes.

Proyecto Kizuna 絆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora