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Min Yoongi mira alrededor de la sala de espera. En su mano derecha sostiene el boleto de avión junto con el pasaporte el cual ya tiene bastantes sellos impresos. Es un chico con veintitrés años, originario de Corea del Sur y con una vida un poco diferente en comparación con otros chicos de su edad.
Desde pequeño Yoongi había soñado con viajar alrededor del mundo. Su gran sueño se fue creando poco a poco desde que su abuelo le contaba historias de lugares que él había recorrido cuando era joven. Historias que lo hacían viajar a esos sitios que su imaginación creaba de acuerdo con lo que su abuelo relataba.
Ciudades, pueblos, países, lugares con historias propias. El pequeño Yoongi comenzó a construir un sueño, él en su futuro se veía al igual que su abuelo, recorriendo lugares, conociendo culturas, guardando memorias y fotografías. Un chico que no estuviera en un solo sitio, efímero y curioso.
Cuando fue adolescente pegó en la pared de su habitación un gran mapa del mundo, pequeñas tachuelas invadieron el papel marcando los sitos que deseaba conocer. China, Australia, París, Nueva York, Londres, Latinoamérica, Egipto. Demasiados lugares, demasiados sueños.
Como buen soñador comenzó a ahorrar dinero, era un chiquillo con altas expectativas de la vida así que no le importó comenzar a guardar ahorros en un frasco y seguir sus sueños.
Cuando cumplió veintiún años realizó su primer travesía. Junto con algunos de sus amigos reunieron lo necesario para poner viajar a Japón. El primer viaje para Yoongi fue una experiencia que quiso repetir una y otra vez. Esa sensación de conocer lugares desconocidos, recorrer calles, usar mapas virtuales y de papel, tener que usar una mochila y la cámara todo el tiempo, esas cosas hacían feliz a Min Yoongi. El chico que se propuso seguir cumpliendo su objetivo de vida, viajar alrededor del mundo.
De un lugar a otro, tomando viajes, viajando en autobuses, autos, aviones, teniendo incluso que recurrir a esos aventones en autos de desconocidos, durmiendo en hoteles, posadas o incluso acampando, así era su vida pero todo estaba bien, en eso consistía la vida de un aventurero como él, las experiencias eran nuevas y le agradaban.
Durante uno de sus viajes mas largos en donde recorrido gran parte de China conoció a NamJoon y SeokJin, dos coreanos que al igual que él eran un par de viajeros. Los tres congeniaron bien y se unieron en una travesía. Para Yoongi fue una experiencia agradable conocer a gente que compartía las mismos gustos, ese amor por explorar y descubrir lugares nuevos.
Pero precisamente aquel día las cosas habían salido diferente. NamJoon consiguió tres boletos de avión económicos, el problema era que uno de ellos era para un destino diferente. Paris.
