Blood Lines ➳ _NamKyu

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OTP: SooHun (Kyungsoo y Sehun)

Género: Terror :v ¿? Histórico, Gore.

Advertencias: Violencia y...¿no puedo escribir algo normal por una vez? :v yo quiero escribir fluff :c

Hungría, 1578.

El viento soplaba fuertemente y su cabello se arremolinaba impetuoso, se detuvo momentáneamente para apreciar la vista del castillo. Quedaban sólo unos metros para llegar a su destino, las nubes se proclamaban grises y el viento no parecía estar en paz, respiró hondo antes de seguir caminando, movió su pequeño costal donde llevaba las únicas pocas pertenecías que poseía, intentando acomodarlo mejor sin ayuda de sus manos.

En eso tiraron de él con fuerza, jalaron sus manos engrilletadas para que siguiera caminando, levantó la vista para ver al hombre que lo estaba llevando a donde estaba su nuevo dueño. Lo estaba observando con cierto desdén y no pudo más que bajar la vista para no ser regañado, movió sus cansados pies llenos de cortes y algo ensangrentados, en todo el camino había caminado sin usar zapatos, sentía que su cuerpo poco a poco estaba suplicando un alto.

Los últimos metros fueron como recorrer una hilera de vidrios, cada paso era un dolor que le agonizaba desde el interior. Al llegar las puertas se abrieron para el hombre que iba en el caballo y tiraba del pobre esclavo, la ropa se le pegaba, se notaban las manchas de sudor y la mugre que obtuvo en el camino, sus pies dejaban pequeñas manchas de sangre.

Las antorchas iluminaban el ya oscuro castillo, podía ver algunos sirvientes que lo observaban pasar lentamente, sonrisas se dibujaban en la oscuridad, anticipando el destino del joven. Lo sorprendente era que con toda esa riqueza que parecía poseer el Conde, no tuviera tanta servidumbre a su disposición.

—Hasta aquí, el Conde ha ordenado que no puedo pasar más que de este punto — un hombre moreno, casi de la misma estatura que él detuvo a su verdugo.

Escupió en señal de molestia, soltó las cadenas para dárselas al sirviente y extendió la mano para recibir su dinero. Al hacerlo giró con su caballo, pasó a lado del joven lleno de mugre, le dio una sonrisa maliciosa y dijo:

—Suerte

Las grandes puertas del castillo se cerraron y justo al golpe se desmayó, ese era el límite para su cansado cuerpo.

***

Sentía el agua a su lado, corriendo, como si nadara en un río y luego fuese envuelto en sábanas tan suaves como los brazos de su muerta madre. Unas manos transitaban por su cuerpo vistiéndolo ultrajosamente, su rostro mostraba una paz que pronto se turbaría. Los sirvientes dejaron al joven de piel pálida entre sábanas rojas para que su amo llegara a verlo.

Con el sonido de las puertas abriéndose volvió a despertar como si se tratase de un encanto, sus ojos adormilados miraron la silueta de un hombre acercarse hasta donde estaba, poco a poco la visión fue mejorando hasta poder verlo nítidamente. El traje lleno de conmemorativos que le decían que había puesto mucho honor en ese castillo le decía a gritos que él era el conde. Intentó moverse, sin embargo sus músculos no respondían a las órdenes que enviaba su cerebro, algo estaba mal.

— ¿Quién es usted? — a duras penas pudo pronunciar la pregunta porque todo su cuerpo estaba entumecido, ni su boca podía mover para articular sonido alguno.

—Eso no importa ahora — se inclinó hacia él y sujetó su barbilla para examinar más de cerca el bello rostro que le habían prometido — Parece que no me mintieron sobre ti, Sehun

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