Lapislázulis ➡_crystxllization

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Pareja: KrisHan.

Género: Fantasía.

Número de palabras: 1k

Advertencias:  Corto. Muerte de un personaje. Lo escribí a las cuatro de la mañana escuchando canciones de Inuyasha... no necesito decir más. ¡La canción es importante! :'v

Lapislázulis: gema de característico color azul.

❁  ❁  ❁

El viento golpea la fría noche, la oscuridad se arremolina al rededor de ellos mientras se envuelven en el manto de refulgentes estrellas, las delgadas gotas de llovizna mezclándose con el sudor y recorriéndoles la piel como esbeltos dedos eróticos. Los luceros se reflejan en sus orbes, la luna brilla en sus sonrisas, sus dedos hacen los dibujos más delicados sobre el lienzo puro de sus pieles ardientes y sus bocas los remarcan entre suspiros de cerúleo firmamento y lluvia tibia.


La melodía de un te amo y la armonía de un no te vayas nunca danzan en el aire por entre las finas hierbas, por los contornos de los delicados pétalos de los nomeolvides y se enredan en las almas azules mientras mezclan sus cuerpos bajo la atenta mirada del cielo nocturno, un cielo oscuro que les pertenece y les abraza de la más cálida de las formas, un cielo que es único testigo.


Siempre es de esa forma, siempre es así; bajo el pálido resplandor de la luna. Cuando el ardiente sol se asoma por el horizonte, es momento de decir adiós.


A Luhan nunca le ha molestado decir adiós... Así es la vida, después de todo. Despedidas continuas. Personas que entran sin más, para luego salirse sin si quiera avisar. A Luhan no le duele despedirse ya, no le tiembla ni un sólo músculo; no después de descubrir los cuerpos inertes sobre los aposentos donde sus padres solían descansar. Había sido lo mejor... lo único molesto fue deshacerse de ellos, arrastrarlos en aquellos sacos oscuros a mitad de la noche, por entre los frondosos árboles de apariencia enfadada, con sus oscuras hojas meciéndose en desacuerdo.


Odia tanto eso de Kris, no lo ayuda nunca a deshacerse de ellos.


Y odia tanto decirle adiós...


Varias han sido las veces que se han visto, pero no las suficientes. Bueno, sólo Luhan cuenta esas veces. Según Kris, él siempre está observándolo, cuidándolo. Luhan dice creerle, pero a veces se siente tan solo que le es imposible imaginarse que él realmente esté ahí en esos momentos tan fríos y desesperantes. No obstante, nunca diría aquello en voz alta, jamás cuestionaría la palabra de ese precioso ser bendito que apareció en su vida para exterminar lo que sea que le hiciese sentir pesaroso.


Exterminar no es la palabra correcta, no es eso lo que él hace...


Los vacía como si fuesen muñecos y sólo deja la cáscara atrofiada para que Luhan se deshaga de ésta.


Hay algo más, hay algo que el humano siempre quiere preguntar pero jamás se ha atrevido a hacer.


¿Qué es esa hermosa nube teñida de azules lapislázulis que Kris arranca entre sonrisas y guarda satisfecho cuando cree que Luhan no está viendo? ¿Por qué a Luhan le duele el pecho al ver ese celaje? Él no debería ser mal agradecido con Kris, quien le da atención a una existencia tan irrelevante como la suya...


No quiere ver más cuerpos sin vida. No se siente mal por ellos, sólo no le gusta la expresión en el rostro de su ángel cuando los despoja de la vida. Esa expresión oscura no debería asustarle, pero el terror que genera en su interior, ese que lo obliga a voltear el rostro lejos, cada vez crece más. Al principio, cuando se deshizo del viejo hombre que cobraba la renta a su familia, se había sentido tan aliviado, ya no tendría que dejarse tocar por las ásperas manos de aquél bastardo para que les perdonara el mes. Pero entonces, Kris había comenzado a murmurar en sus oídos por las noches sin si quiera aparecerse físicamente, asegurándole que si se liberaba de su padre, ellos, su madre y él, ya no sufrirían hambre ni frío, ya no habrían deudas ni hombres golpeando la puerta por la madrugada para cobrar lo que habían prestado.


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