CAPÍTULO 21

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— Permíteme un momento — le indico a Víctor, ya en el salón de mi casa —voy a cambiarme. Yo también me he manchado mucho.

—Claro.

He vuelto a casa con el uniforme de enfermera, ya que yo también llevaba la ropa manchada de sopa.

Dejo la camisa en la lavadora y me voy a la habitación a cambiarme. Podría ponerme algo sexy, pienso, mientras observo la ropa del armario.

Me decido por una camisa abotonada negra y unos vaqueros que me marcan bien el trasero. Dejo intencionadamente bastantes botones abiertos de la camisa.

— Vamos a jugar nosotras también —canturreo en mi habitación, mientras me coloco bien los pechos. Haber quien gana si la silicona de coralina o yo.

Con una gran sonrisa salgo de la habitación, Víctor que está sentado en el sofá al verme se pone de pie enseguida y me da un repaso de arriba abajo. Centrándose en la zona de mi pecho. Mi yo interior está dando saltos de alegría.

Punto uno para mí.

Vamos a por el segundo punto.

Me giro hacia la cocina dándole la espalda, contoneando bien el culo por el camino. Abro la nevera y me agacho dejando las rodillas rectas y poniendo mi culo bien en pompa.

—¿Quieres algo para beber? Yo estoy deshidratada. —me giro inocentemente.

Le pillo de pleno observando mi culo, traga saliva e intenta centrarse en mí.

Punto dos para mí.

Mi yo interior ahora está tirando cohetes.

—Sí. — aclara su garganta —Un refresco si tienes por favor.

Me siento con los refrescos en el sofá.

—Que calor hace hoy ¿No? —comenta pícaramente.

—¿Quieres que abra la ventana para que haya corriente? —mi voz suena inocente.

—Estaría bien —una leve sonrisa aparece en su cara.

Me levanto intencionalmente y vuelvo a contonear el culo, sé que me está observando. Abro la ventana.

— Abriré también la puerta de atrás. — sueno pícara —Así se estará mejor.

Vuelvo a pasar por su lado y le toco el hombro intencionadamente mientras voy hacia la parte trasera. Abro la puerta y vuelvo al comedor.

Ahora ya no se le ve tan conmocionado, es más, parece que está disfrutando de las vistas.

¡Será desgraciado!

¡Lo ha hecho aposta!

Y yo he caído.

— Bueno de qué querías hablar —ahora sí que sueno bien tajante.

Decido cortar por lo sano. Ha sido mala idea.

—¡Vaya! — una sonrisa maliciosa aparece en su rostro —prefiero a la Mandy de antes. ¿Puedes volver a traerla?

— Es que he perdido su número de teléfono.

La risa aguda de Víctor inunda la habitación. Me ha pillado en toda regla. Que poco sensual soy.

Sus manos van a mi cara y cuello y rápidamente me veo envuelta en un húmedo y caliente beso.

Intento separarme de él. Pero enseguida caigo en el embrujo de sus besos. Una mano baja por mi espalda apretándome más a él. Su boca se mueve con energía y pasión contenida.

Conectada a ti.    \#wattys2016/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora