CAPÍTULO 30

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16 de junio 2015

—¿Puedes dejar de calentarte la cabeza? — Víctor da un gran bostezo. —podrías pensar en mí.... Es mucho más halagador...

Se acerca, besa mi nuca y me abraza por detrás, mientras sigo preparando el café.

—Desconecta la radio... —digo inocentemente, él ríe por lo bajo mientras se centra en sobarme el culo.

—El que sí que va a acabar loco soy yo....

—Exagerado. Tú sí que tienes suerte, puedes saber qué es lo que quiero, pienso, sueño, deseo...

—Eso me gusta. — me gira cara a él, su mirada está llena de deseo — ¿Y que deseas ahora?

A ti.

—Acabar de preparar el café —digo rápidamente antes de que pueda escucharme.

—Sabes que me estás mintiendo —sus manos juegan con mi torso llegando hasta los senos.

—Vamos a llegar tarde al rio... — rodeo su cuello con mis brazos con una sonrisa picaresca en mi rostro.

—Pueden esperar un rato...

Baja sus brazos hasta mis muslos y de un impulso me alza hasta sentarme en la pequeña isla que separa el comedor.

De un tirón quita mi camiseta, dejando los senos expuestos para atacar de nuevo mis labios salvajemente mientras acaricia mis pezones. Poco después casi sin enterarme introduce su miembro en lentas penetraciones haciéndome arder en deseo.

¡Oh! Adoro su polla, es perfecta.

¡Mandy, espabila que te oye! Mi subconsciente me hace volver a la realidad cuando siento como su miembro crece más dentro de mí.

¡Joder! Pero si ha crecido, es como cuando dices cosas guarras en voz alta pero con el poder de hacerlo íntimamente entre nosotros . Que guay.

¡No pienses más que te oye! Céntrate.

Víctor sale lentamente para volver a entrar con más fuerza haciendo que jadee tras su envite.

—¡Cállate por dios! — susurra exasperado en mi oído.

La carcajada es inmediata. No puedo evitar descojonarme de la risa. Lágrimas caen en cascada con mis mejillas, haciendo que me retuerza sin poder parar de reír. Cuando consigo tranquilizarme un poco, seco mi rostro con el brazo y al observar a Víctor tan serio, de brazos cruzados y con la polla aún dentro de mí, otro estallido de risa vuelve a atacarme.

—Lo... sss...sssien.... Sssiennnto... —digo como puedo entre risotadas.

El recuerdo de la frase de Víctor hace vuelva otro ataque de risa en mí.

Noto como me falta el aire, tanto que empieza a dolerme el estomago.

Respira. Tranquila.

1.

2.

¡No puedo! Otra carcajada se apodera de mí.

Es que esta situación tan inverosímil de nuestra telepatía me supera. No puedo ni pensar cosas guarras tranquilamente porque lo va a escuchar.

¡Oh Dios! Casi no puedo respirar, me duele mucho la mandíbula.

Cálmate.

Inspira.

1.

Expira.

2.

—Eso princesa respira... — susurra Víctor.

Consigo tranquilizarme  pasados unos segundos.

—Es que esto es tan... — hago un ademán con el brazo al no tener palabras para descifrar esta rara situación.

—Lo sé... — sonríe abiertamente.

—Lo siento... —digo apenada, ya que quería acabar lo que habíamos empezado.

Dentro de mí empiezo a notar las pequeñas pulsaciones del miembro de Víctor haciéndolo crecer.

—Tranquila — da pequeños besos por mi hombro — podemos continuar...









Una hora más tarde, y tras habernos duchado y recogido los trastos del picnic rápidamente, salimos en dirección al Río Asenjo en busca de un día agradable y apacible junto a nuestros amigos del Club de La Muzzarella.

— ¡Qué bien, ya estamos todos! —exclama Katia.

En cuanto bajamos Emma corre a los brazos del tío Titor.

—¡Emma, pequeña! — le da muchos besos repartidos por toda la cara, haciendo que la niña ría divertida y la vuelve a dejar al suelo para coger las bolsas.

Por lo que veo Emma adora a Víctor. Y viceversa. Se ven muy tiernos y se quieren.

—Ya lo sé princesa. —me guiña el ojo divertido.

¡Uy señor! De verdad que no me puedo acostumbrar a esto.

—¡Es injusto! Es violación de pensamientos. No tengo intimidad. Si ahora pensara... ohhhh, mira qué bonito se ve con un niño en brazos...—imito irónicamente a mis pensamientos en voz alta gesticulando exageradamente — ooohhh que tierno... me acaba de venir la llamada de la naturaleza a ser madre... y mira... tu eres un semental perfecto ante mi campo de visión.

—Eres única princesa — Víctor ríe sin poder contenerse.

—Entiéndeme son MIS pensamientos. Son cosas que luego tengo que asimilar tranquilamente sin que ningún oyente de Radio Pensamientos Mandy esté escuchando. Son cosas íntimas y personales y tú no deberías saber eso. No me parece nada bien. ¡Vaya... — recuerdo que Emma está junto a nosotros y me abstengo a decir palabrotas —...pepino!.







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Hola Wattpanianos!!!

Espero os guste mi novela♥

Muchas gracias por vuestros comentarios y ánimos me alegran muchísimo el dia a dia y me animan a  seguir.


Un beso enorme y disfrutad.

. • * '¨ '* • ♥ • STEFFY • ♥ • *' ¨' * •.

Conectada a ti.    \#wattys2016/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora