Cuál es nuestro futuro.
Quiero quedarme aquí, con Víctor y con el club de la muzzarella. No sé que haría sin él. Esta tarde casi lo pierdo y mi corazón dejó de latir momentáneamente.
— Dime. — sus ojos centellean — Dímelo en voz alta, sé que quieres quedarte.
Me tiene acorralada contra el coche. Sus brazos a ambos lados de mi cara y su cuerpo pegado al mío, esperan una respuesta.
— Voy a estar a tu lado, siempre que tú así lo desees — respiro profundamente— Porque te quiero.
Contesto rápidamente sin pensarlo y sin meditarlo. Para que no lo escuche y lo malinterprete.
Sus ojos parecen aliviados tras mi confesión.
—Yo también te quiero princesa. — apoya su frente en la mía a la vez que lo oigo respirar profundamente. Parecía que había estado conteniendo la respiración expectante.
Una ola de placer recorre mi cuerpo tras sus palabras. Se siente tranquilidad. Quiero estar junto a Víctor, él es mi primer amor. No veo una vida sin él.
— Claro que deseo estar contigo — me mira directo a los ojos — Siempre. Hasta que la muerte nos separe.
Sonrío embelesada por sus palabras. Siempre, eso es una gran promesa.
Su boca busca la mía en un beso ardiente y húmedo.
Poco después se separa de mí y una sonrisa aparece en su rostro.
— ¿ Qué te parece si vamos a dar un paseo? — entrecruza sus dedos con los míos cuando acepto con una sonrisa. — Vamos.
Caminamos por un sendero que poco a poco deja detrás el hotel. Cada vez adentrándonos en la frondosidad de los árboles.
— ¿ Vamos a algún sitio en concreto? — pregunto curiosa, ya que parece que Víctor sabe dónde nos dirigimos— ¿O vamos sin rumbo?
— Ya casi estamos — susurra.
Pues si, parece que sabe dónde vamos. En un principio tan sólo íbamos a dar un paseo.... Es bastante de noche y gracias a la luz de la luna llena y de los millones de estrellas que hay en el cielo podemos ver bastante bien. Cuando una explanada sin árboles aparece delante nuestro.
— He escuchado que hoy es noche de estrellas... — me mira de reojo con una sonrisa picarona.
Guau. Hoy es noche de lluvia de estrellas. Hacía años que no veía un acontecimiento así. Realmente, desde que me fui de aquí. En la gran ciudad debido a tanta luminosidad casi ni se veían estrellas.
Víctor se sienta tumbado boca arriba, yo hago lo mismo a su lado poniendo mi cabeza cerca de la suya.
Observamos la noche en silencio. A lo lejos se oyen búhos y el sonido de las hojas de los árboles moverse por la brisa.
Viendo tantas estrellas brillar en el cielo me hacen sentir pequeña en este gran universo. Pienso en lo que me dijeron de pequeña mis padres cuando murió mi abuela.
"—¿Vés aquella estrella que está junto a esa tan brillante?— La voz de mi padre suena claramente en mis recuerdos.— Pues allí está la abuela cuidándonos desde el cielo"
Busco la estrella e inmediatamente la encuentro, deseando que allí también estén mis padres cuidando de nosotras.
Un ruido extraño a lo lejos me saca de mis pensamientos. ¿Y si hay algún oso?
— Princesa, aquí no hay osos. Lo sabes.
Pues será un ciervo o un jabalí, que podría rondar cerca.
— No te preocupes, como mucho encontrarás alguna ardilla.
Una luz brillante atraviesa el cielo. ¡Una estrella! Inconscientemente pido un deseo, "ser feliz junto a Víctor".
— Yo también he pedido un deseo. —Mierda. A veces se me olvida que escucha mis pensamientos. — ¡Mira otra por allí!
— Ahora allí — señalo divertida otra zona del cielo mientras veo como cae la estrella.
Pasamos un buen rato intentando que no se nos escape ninguna. Reímos y jugamos a ver quién es el que consigue localizar más.
Perdemos la cuenta, ya que por todos lados aparecen estrellas con su halo de luz por detrás. Poco después volvemos al hotel.
—¿ Sabes qué he pedido de deseo? — Víctor me mira por el rabillo del ojo.
— Mmmmm, ¿pilotar el Halcón Milenario? —Bromeo sobre pilotar la nave más rápida de la guerra de las galaxias, haciendo estallar de risa a Víctor.
—¡ Eso no es así! — me da un breve empujón juguetón.
— Seguro que lo has deseado...
—No más que a tí— sus ojos arden de deseo fijos en mí.
— ¡Mentiroso! —le doy una palmada en el hombro, apeteciéndome jugar — ¡Tú la llevas!
Salgo corriendo en grandes carcajadas al ver su cara descompuesta.
Oigo sus pasos acercarse rápidamente por detrás e intento correr a más velocidad. Casi estamos cerca de la entrada del hotel.
Sus brazos rodean mi cintura haciendo que ambos perdamos el equilibrio y caigamos. Me levanto velozmente pero Víctor es más rápido y me alza como un saco de patatas.
— Ahora tu la llevas hasta que lleguemos a la cama del hotel. — intento dar patadas en su estómago tiene mis piernas bien agarradas.
— ¡Bájame! — apuñalo su trasero sin cesar — ¡Estoy tragándome tu culo!
— ¡Si sigues pegándome ahí, me tiraré un pedo para dejarte inconsciente!
— ¡Serás bestia! — le grito indignada a la vez que oigo su risa. — Bájame que estamos cerca del hotel.
— No, te he dicho que tu la llevas hasta la cama del hotel, así que no voy a perder la oportunidad...
— ¿La oportunidad de que?
— De pedir algo a cambio — aún cuando estoy viendo su trasero puedo imaginarme su pícara sonrisa en este momento.
— Víctor, ni se te ocurra entrar por la puerta principal conmigo así...
—¿Y si lo hago qué?
— Me vengaré — intento sonar muy amenazante pero sé que no es así.
— Princesa, te recuerdo que oigo tus pensamientos, me puedo anticipar a tu venganza.
Estamos cerca de la puerta principal del hotel y paso mis manos por la parte delantera de su pantalón, buscando la hebilla del su cinturón desabrochándolo.
— ¿Qué haces?
—¿ No dices que lees mis pensamientos? Pues anticípate a esto...
—Ni se te ocurra...— Sonrío divertidamente.
— Si cruzamos esa puerta te desabrocho los pantalones y los bajo...— Víctor frena en seco y yo sonrío pícaramente — Amor, entonces tendrás que soltarme si quieres subirlos sin tener que cruzar recepción en calzoncillos....
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Hola!!
Espero os guste ❤
Gracias por los votos y comentarios.
Steffy
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Conectada a ti. \#wattys2016/
Romance¿Qué pasa cuando el chico que te gusta es capaz de escuchar tu mente? Esa pregunta me la hago todos los días. Lo peor de mi situación, es que se comunica conmigo telepáticamente. Ya sé, no es algo normal. Pero no estoy dispuesta a que pueda indagar...