-En multimedia: Katia y Alex-
POV AMANDA
Está lloviendo mucho y parece que no va a parar, así que después de meter las maletas dentro de la casa, corro un par de calles y entro rápidamente al restaurante con la intención de no mojarme mucho. Hay familias y parejas cenando tranquilamente en mesas que llevan manteles rojos y blancos a cuadros, oigo música ambiental de violín y cuadros de comida italiana y de ciudades importantes cuelgan de las paredes. Me quito la chaqueta y me dirijo a la barra. Un camarero joven, el cual veo en su tarjeta que se llama Izan, me indica la mesa a la que debo sentarme y me dirijo hacia allí, me tiende el menú y le pido la especialidad de la casa, una pizza de mozzarella y un refresco. Minutos más tarde viene con el pedido.
—Aquí tiene su pizza y su refresco, señorita.
—Gracias, Izan.
La pizza esta buenísima, estoy acabando los últimos trozos cuando veo salir de la cocina a Katia con un delantal y gorro blanco, hablando por teléfono animadamente. Espero a que acabe de hablar para saludarla, cuando sé el momento exacto en el que me ve.
—Ahhhhhhhh! — Grita eufóricamente Katia— ¡Mandy estás aquí!, no me lo puedo creer. Un momento cariño, luego te llamo— le dice a su interlocutor por teléfono— Viene corriendo hacia mí y de da un fuerte abrazo — Estás guapísima, cuando se lo cuente a los chicos de muzzarella que estas aquí no me van a creer...
—¡Katia! tu sí que estás estupenda, pero no digas nada a nadie de momento, por favor. Dame unos días a que me instale.
—¿Como que no se lo diga a los chicos? Pero si tienen tantas ganas de verte como yo- asegura Katia
—Bueno dame unos días a que me instale en casa de mi tía y ya quedaremos y nos veremos todos ¿vale?, pero dame un par de días solo, porfa. — Le suplico, ya que quiero instalarme bien y empezar a ver los arreglos que hagan falta en esa casa, luego ya hare vida social.
—Como quieras Mandy —me sonríe Katia y me vuelve a dar otro abrazo— estoy tan feliz de verte de nuevo... ¿Pero te vas a quedar aquí una buena temporada no?
—De momento sí, tengo para un año aquí. — le contesto a Katia, esa es la idea que llevo, después vendería la casa y volvería a irme a la cuidad, pero estos planes no se los he dicho a Paula. No estaría de acuerdo.
—Dame un momento, que como no está lleno el restaurante voy a decirle a mis trabajadores que se quedaran solos a acabar de servir, que yo me voy a sentar aquí a hablar contigo, que tenemos muchas cosas que contarnos— suelta una risita de emoción y se marcha a las cocinas.
En un par de minutos sale ya sin delantal ni gorra, con unos paninis para cenar y unos trozos de tarta cheesecake para el postre de ambas, y se sienta conmigo en la mesa.
—Lo primero Mandy, te doy el pésame por tu tía Laura, yo me entere un día después del entierro.
—Gracias Katia, siento no haberos avisado, cuando me entere de su fallecimiento, y de su entierro, no tuve tiempo de avisar a nadie, Paula estaba en la universidad con los exámenes así que vinimos y nos fuimos el mismo día— le cuento haciendo una mueca de tristeza, intento cambiar de tema y me viene a la cabeza Alex Expósito— ¿así que acabaste con Alex Expósito?
Katia se ríe mientras pega un bocado a su panini, recuerdo que no se llevaban bien, eran nuestros rivales en las competiciones de la escuela, y ese año que yo competí por última vez nos ganaron en aquel gymkana.
—Mira por donde si...— Contesta Katia con un brillo en los ojos muy especial — empezamos pues en aquellas edades tonteando y tal y acabamos de novios, y cuando acabe los estudios de cocina, cree y funde Mozzarella, hace ya 5 años. Después nos casamos, y vino nuestra hija...
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Conectada a ti. \#wattys2016/
Romance¿Qué pasa cuando el chico que te gusta es capaz de escuchar tu mente? Esa pregunta me la hago todos los días. Lo peor de mi situación, es que se comunica conmigo telepáticamente. Ya sé, no es algo normal. Pero no estoy dispuesta a que pueda indagar...