-En multimedia: Víctor -
—¿Qué haces aquí? — es lo primero que me sale, tras el shock inicial. ¡Dios!, "pero qué borde he sido". Menuda primera impresión después de tantos años...
—Hola Mandy. Es un placer volver a verte. —dice, ignorando mi estúpido comentario y estrechándome la mano mientras se le forma una alegre sonrisa.
—Hola.— acierto a decir. Le devuelvo el apretón, y parece ser más largo de lo normal. Su piel es suave y caliente mientras que el roce de nuestras manos hace erizarme la piel. No sé qué decir. Me siento cohibida, no esperaba verlo, no tan pronto.
Le observo detenidamente, los años le han sentado de maravilla, está guapísimo, lleva una barba de unos 2-3 días que le queda fenomenal y va vestido de forma casual.
Sí que es verdad, se me han caído las bragas, tal y como decía Camila. Es una versión muy masculina y sexy del Víctor adolescente que recordaba.
No puedo evitar mirar de arriba abajo, lleva unos vaqueros muy apretados que le marcan el paquete, "!menudo paquete!". Veo aparecer instantáneamente una leve sonrisa en el rostro de Víctor. "Mierda, ¿y si me puede seguir escuchando ahora? Bueno yo no le oigo su mente". "!Joder!" , "No pienses nada". Mi yo interior quiere darse golpes contra la pared más cercana.
Siento que me estoy sonrojando y me arde la cara. "Tranquilízate", cierro los ojos por un segundo, los abro y le miro, veo en sus ojos azules una chispa de alegría que me están observando muy detenidamente. "Me está escuchando seguro..." Seré tonta, aquí estoy yo con mi discusión mental y sin hablar, se pensará que no le dirijo la palabra.
—He venido cambiar unas bombillas que se me han fundido del hotel. — explica de repente, alzando sus cejas con aire burlón e irónico. — Si necesitas de alguien, pásate por allí y hablamos. Conozco mucha gente que trabajaron con nosotros en las reformas del Hotel que puedan ayudarte. Además me gustaría quedar contigo después de tantos años sin vernos. Tenemos cosas pendientes de qué hablar...
— Gracias — "No pienses nada", "No pienses nada", es lo único que se repite en mi cabeza una y otra vez. —me pasaré por tu hotel y hablaremos sobre las obras. Yo... Ahora... tengo prisa. Un placer verte de nuevo Víctor. Adiós.
Le sonrío brevemente y salgo a toda prisa de allí empujando el carro, menos mal que ya tenía todo guardado dentro. Meto rápidamente las bolsas dentro del coche y me voy de allí antes de que Víctor salga.
Estoy guardando las últimas compras en la nevera cuando tocan al timbre. No sé quién puede ser, pero mi pulsación a empezado a ir a cien por hora. Espero no sea Víctor, con lo típico de que se me ha olvidado algo en la tienda con las prisas. Abro la puerta y veo a Becca con un corte de pelo por el hombro sonriéndome. Es raro verla así, siempre iba con el pelo larguísimo, hasta la cintura.
—¡Becca! — la abrazo efusivamente, devolviéndome ella esa efusividad.
—Hola Mandy, que alegría volver a verte. Me mandó un mensaje Katia diciéndome que estabas aquí, instalándote en casa de tu tía y no he podido evitar venir. A Katia le venía mal venir ahora, tenía que llevar a Emma a casa de sus suegros.
—Entra — le indico — Disculpa el desorden, pero he vuelto hace un rato de comprar y aún estaba guardando las cosas. ¿Quieres un refresco?
— Vale. — le doy un refresco y ambas nos sentamos en el sofá.
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Conectada a ti. \#wattys2016/
Romance¿Qué pasa cuando el chico que te gusta es capaz de escuchar tu mente? Esa pregunta me la hago todos los días. Lo peor de mi situación, es que se comunica conmigo telepáticamente. Ya sé, no es algo normal. Pero no estoy dispuesta a que pueda indagar...