CAPÍTULO 1

200 22 2
                                    

-En multimedia: Amanda López / Mandy


14 de Marzo de 2015

Abro el sobre, que lleva el matasellos de Campillo, con un nudo en el estomago increíble. Espero que no sean más malas noticias, parece que últimamente se han adueñado de mí. Se me ocurre que igual es una fiesta de antiguos alumnos de la escuela, pero instintivamente sé que no es así, porque no tienen mi dirección.

"Sra. Amanda López Sánchez. Me complace hacerle llegar esta notificación que desde el día 11 de Marzo, dispone de dos meses para la lectura del testamento de la Señora Laura Sánchez..."

— ¿Qué te pasa?— me pregunta Paula— Estás blanca... ¿Qué es lo pone en esa carta?

— La tía Laura me ha dejado algo en herencia, que tengo que ir a hablar con el abogado para abrir el sobre delante de mí y leer mi parte de testamento—contesto, aún aturdida por la noticia.

— ¡Yo también he recibido esa carta! — exclama Paula, mientras me observa con cuidado— Tranquila hermanita, ya no creo que vengan más malas noticias a esta casa. Acuérdate por lo que hemos brindado este inicio de año "año nuevo, oportunidades nuevas". Seguramente la tía Laura nos ha dejado dinero. ¿Quieres que vayamos juntas haber que es lo que dice el testamento?

—Está bien, iremos juntas— le indico a Paula.

Desde que nuestros padres murieron hace dos años en un trágico accidente de coche, Paula y yo nos hemos quedado solas, pero gracias al depósito que habían dejado, no nos ha faltado de nada, Paula está acabando sus estudios en la universidad y yo tras acabar la carrera de enfermería empecé a trabajar en el hospital de la cuidad, pero poco me duro, porque el médico que tenia adjudicado no paraba de acosarme psicológicamente y acabe saliendo de allí.

Aun me entristece recordar cómo nos enteramos de la muerte de nuestra tía, cuando nos llamaron por teléfono hace menos de un mes, comunicándonos que le había dado un ataque al corazón y no se pudo hacer nada más por ella. Ese mismo día tras 4 horas conduciendo, fuimos al entierro, allí solo estábamos Paula y yo y una señora más amiga Laura, que se había enterado a última hora, ya que nosotras no avisamos a nadie del pueblo. Tras el entierro con un gran pesar encima de nosotras volvimos a conducir otras 4 horas más de camino a casa en absoluto silencio.



30 de marzo de 2015

Llegamos al despacho del abogado, que a accedido a abrir el testamento aquí en la capital, dándonos fecha para hoy.Tras saludarnos nos sentamos y empieza con la lectura del testamento. Estoy algo nerviosa, presiento que lo que tenga que decirnos va a cambiar nuestras vidas...

Una hora más tarde y tras firmar todo el papeleo, estoy con Paula sentada en una terraza tomando unos refrescos.

— ¡No me digas que no vas a ir! — exclama Paula — ¡te ha dejado la casa! ¡En Campillo!

—Paula te estás emocionando...— digo, aún asimilando todo lo que el abogado nos ha dicho. No me lo puedo creer.

— Pero es que es emocionante te ha dejado la casa de Campillo, puedes volver allí y empezar desde cero, olvidándote de todo lo malo que ha sucedido desde que nos mudamos a la capital.

—¿Quién te ha dicho que quiero volver? — le contesto agresivamente.

— Enserio....- me dice Paula con cara de no creérselo — Lo dices cada vez que me hablas de tus amigos de allí y de lo que te gustaría saber de ellos, lo dices cada vez que hablamos de Asenjo, de los veranos estando allí, cada vez que hablas de Víctor o cada vez que echas de menos sus besos...

— ¡Pero si yo no he dicho nada de los besos de Víctor! ¡Y fue uno! — le interrumpo rápidamente, sintiendo como me sonrojo — Además no te puedo dejar sola aquí, y tu técnicamente no tienes nada de herencia.

—Técnicamente cuando cumpla los 24 años y acabe mi carrera voy a heredar una cuantiosa cantidad de dinero, que voy a emplear muy bien— veo que me sonríe enigmáticamente, y eso viniendo de Paula no me gusta —además sabes que no me va a faltar nada, así que hermanita querida, si a ti te toca la casa, haces lo que dice el testamento, la reformas y hasta que no pase un año desde la adjudicación de la casa no puedes venderla, o ambas perderemos el dinero.

—Lo sé, lo sé. He entendido perfectamente esa parte de que tengo que estar un año viviendo allí, antes de decidirme a quedarme a vivir allí, o venderla. Si no perderemos todo— Repito con malestar, suspiro profundamente ya que no me gusta la idea— pero no quería volver a Campillo...

—Hermanita, si que quieres— afirma – ¡Lo que tienes miedo de encontrarte con Víctor!

— ¡Pues si! —Le contesto ya un bastante nerviosa con ese tema de conversación— desde aquel día  no volvimos a hablar, y cuando entré en casa papa nos dio la noticia de que nos mudábamos a la capital y en menos de 5 días nos fuimos, no me despedí de ninguno de ellos, solo de Rebecca... y no sé qué pensarán de mi, mucho menos Víctor después de aquel beso. Así que Paulita, tienes razón tengo miedo de lo que pase cuando nos volvamos a encontrar—indico exasperada.

—Eres drástica hermanita, igual cuando lo vuelvas a encontrar se alegra de verte y ni tan siquiera te tiene rencor por no darle ninguna explicación, erais jóvenes...han pasado 10 años Mandy, la gente madura... y tu eres guapísima, no se va a poder resistir a tus encantos— asegura Paula.

—Incluso igual está casado o con familia...— sigo replicándole, ya que aun no me hago a la idea de que tenga que volver a verlos.

—Hermanita si se hubiera casado te enterarías seguro, sé que siempre buscas en las noticias del periódico información de esa familia y ambas sabemos que no se ha casado. Así que fuera rodeos que en menos de un mes estarás de camino a Campillo.- Exclama Paula emocionada.

—Estaré en Campillo otra vez.... — susurro no muy convencida — Después de aquel derrumbe de la pared, Víctor se comportó muy raramente conmigo durante la cena, y cuando llegamos a casa me dijo que eran imaginaciones mías. Pero como iban a ser imaginaciones mías si se perfectamente cuál es su voz, y después nos estábamos besando. Fue algo mágico y dulce, un beso que los conectó de una manera muy profunda. ¡Debo de estar loca!

—Ves como es súper bonito — murmura con voz infantil — el primer amor nunca se olvida Mandy.

—Paula, que he tenido novios aquí en la ciudad — apunto enfadada — además ese día papa nos avisó de que lo trasladaban aquí, y que en unos días dejaríamos Campillo. Me entristeció tanto dejar aquello que no tuve el valor de decírselo a los chicos. Y mucho menos a Víctor.

— Si, estuviste llorando toda la noche, y reñiste con los papas porque no te querías ir—sonríe Paula tras aquel recuerdo— Pero por lo menos avisaste a Rebecca. ¿Te imaginas que no les dices nada y desapareces? Se pensarían que fue por culpa de la casa encantada — ríe con esa ocurrencia, haciéndome reír a mí.

— Paula, tú misma sabes que casi me vuelvo loca— lamento ante aquel recuerdo — cuando vinimos a la ciudad a veces escuchaba a Víctor preguntar a Rebecca por mí. Eso no es normal.

— Algo fuera de lo normal os pasó en esa casa. Si. Pero mira desde otro punto: ahora podrás investigar que pasó— asegura Paula.

— ¿Y si seguimos con esta especie de telepatía? — pregunto preocupada, ya que no tengo ganas de volver a revivir todo aquello otra vez.

— Bueno, hasta que no vayas allí no lo sabrás — apunta Paula.

Conectada a ti.    \#wattys2016/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora