Diferencia de Edades. [Larry Stylinson]

Capítulo Diecisiete

Bienvenido.

-¿En qué vamos?- Le pregunté a Harry en cuanto cerró la puerta de su casa.

-En bus.- Me respondió guardando la llave en su bolsillo y acercándose a mí.

-Pero... Yo no tengo tarjeta.- Le dije.

Hace tiempo que dejé de usarla, desde que compré mi auto. Cuando lo compré, creo que me sentí la persona más feliz del mundo, al fin tenía mi propio auto y lo amaba... Es una lástima que ahora esté embargado, pero mañana mismo voy a recuperarlo.

-Yo te pago el pasaje, así que no te preocupes- Tomó mi mano y empezó a caminar, llevándome con él -. Vamos a tener que caminar unas cuadras para llegar a una parada. ¿No te molesta?

-No. No me molesta.

-¿No querías que te preste una campera? Tu mano esta fría.

-No, ya tengo una tuya en mi casa y me siento un poco mal por no habértela traído.

-No te preocupes por eso, me haces imaginar que duermes abrazada a ella.

-No es cierto.- Le dije mirando a otro lado.

-Oh, creo que tu nariz creció un centímetro más, deberías tener cuidado con las mentiras. No creo que quieras parecerte al tucán de tu secretaria.

-Bien, sí dormí con tu campera.- Lo miré.

-Que lindo.- Me sonrió.

-No soy lindo.

-Que lo niegues solo te hace parecer más lindo y tierno.

-Soy mayor que tú, ¿acaso lo olvidaste? No puedo ser lindo ni tierno.

-Vamos, ¿a quién le importa que seas mayor que yo? ¿Y quién dice que no puedes ser lindo ni tierno? ¿Por qué no podrías serlo?- Se soltó de mi mano y me abrazo con fuerza por detrás -Eres tan hermoso, aún no me puedo creer que seas mi novio.- Entrelazo nuestras manos.

-Y dejaré de serlo si sigues tratándome así.

-Si te estoy mimando.

-No lo hagas, me siento raro- Miré a nuestro alrededor -. Un hombre de mi edad siendo mimado por un crío de diecisiete años que tiene una actitud de siete.

-¿Cómo que una actitud de siete? ¿Me estás diciendo pequeño?

-No, claro que no- Le dije con voz seria -. Si eres re grande.- Me reí un poco ante lo último.

-Eh, que si soy grande, en todo sentido- Me abrazo más fuerte, mientras yo me reía más alto -. Amo cuando ríes. Quiero que rías por siempre.

-¿Y quién va a ser él qué me haga dejar de reír?

-Nadie. No lo permitiré. Merece morir quien te haga llorar- Apoyo su mentón en mi hombro -. La verdad, jamás quisiera verte derramar una sola lágrima de tristeza- Suspiro -, pero supongo que hay cosas que no podemos evitar. Sin embargo, no te preocupes, golpéare a quien se atreva a hacerte llorar.- Sonreí ante eso.

-Gracias, pero creo que yo podría golpearlo solo, no necesitó que me defiendas, además ya estoy muy grandecito para enfrentar mis problemas.

-Louis, no tiene nada de malo que haya alguien que quiera defenderte, cuidarte o protegerte y yo quiero ser ese alguien. Quiero que me dejes defenderte, cuidarte, protegerte y amarte.