Capítulo Veintiuno

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Rondas.





Pov’s Harry




—Harry, Harry despierta. —Podía sentir que alguien me zarandeaba el hombro, pero yo no quería despertar.



Sin embargo, eso era raro, mi padre jamás se había dignado a entrar a mi habitación para despertarme, a no ser que fuera algo súper importante. Pero, en todo caso, no me importa.



—Abre los ojos, maldición, me voy a ir de aquí sin ti —Al reconocer esa voz, me levanté rápidamente.



—Estoy despierto, estoy despierto —afirme despertando a la fuerza, pero aún sentía ganas de cerrar los ojos y volver a dormir.



—Voy a darte un cachetazo si no despertas ahora —escuchar eso me hizo levantar los brazos para buscar al dueño de esa voz y abrazarlo.



—Despértame con un besito, mejor. Las princesas también deberían rescatar a sus príncipes y despertarlos con el beso del verdadero amor —le dije sonriendo mientras cerraba los ojos y elevaba mis labios en un beso.



—Ayer me dijiste “bebé”, hoy “princesa", ¿mañana que será? ¿”Nena"? ¿Quieres tanto que te de un golpe? —Si hubiera podido, me hubiera reído de todas sus palabras.



—Quiero que me des mi besito de buenos días —hablé como pude sin separar mucho mis labios, ni abrir los ojos. Pero tuvieron que pasar otros tortuosos segundos antes de poder sentir sus labios sobre los míos en un corto beso.



—Listo, vámonos —dijo mientras yo lo soltaba y abría mis ojos para levantarme del sofá, estirando un poco mis brazos, dirigiéndome hacia la entrada del hotel—. Harry, ese no es el camino correcto. —Al oír eso me di la vuelta para ver a Louis en los ascensores del hotel.



—¿No? ¿No nos íbamos? —pregunté acercándome a él—. ¿A dónde vamos? Creí que no habían habitaciones disponibles en el hotel. —Miré como se abrían las puertas del ascensor y entrábamos al pequeño cubículo vacío.



—Y no las habían, pero sucedió un pequeño drama en una habitación. Resulta que uno de los empleados trajo a su amante al hotel, pero su esposa llegó y los descubrió. Seguro ya lo sospechaba, su esposa, que su esposo llevaría a su amante a su “viaje de negocios” y vino a descubrirlos. —comentó moviendo sus manos. Louis contaba todo como si fuera una película de drama.



—¿Cómo fue que lo supiste? —Lo atraje hacia mí para abrazarlo—. ¿No sabía que te encantaba el chisme? ¿Hablas con tus vendedoras para informarte también de todo?



—Fue pura casualidad, había ido al baño y al volver al lobby vi como dos mujeres querían matarse, pero había un hombre deteniéndolas. Creí que te levantarías al oír el alboroto, pero después se calmaron y se fueron. El hombre se acercó a recepción para decir que se iba y luego yo me acerqué a la recepcionista para hablar con ella. Ella me dijo lo primero que te conté, entonces le pedí que me diera la habitación que se liberó, me pidió tiempo para que limpiarán todo y que podía subir cuando estuviera lista, hace minutos me dijeron que ya la arreglaron para nosotros —concluyó sonriendo.



—¿Tanto querías que lo hagamos? —pregunté elevando una de mis cejas mientras le sonreía, pero inmediatamente sentí su codo impactar en mi estómago—. Era broma —Bajé la cabeza queriendo recostarme en el piso por el dolor, pero solo apoyé mi peso en Louis—. Soy hombre herido, llévame a nuestra habitación, si es posible cargando. —Sabía que no lo haría, pero quería seguir bromeando.



Diferencia de Edades. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora