Estúpida Amnesia {Riker Lynch}

Capítulo #22

- Gracias por traerme, Rockoso. -le dije mientras llevábamos mis maletas.

-No es nada, cuando gustes. Ya sabes. -sonreí.

Entramos a mi casa, él dejó las maletas junto a la escalera.

-Skyler. -me llamó y yo lo miré.

-¿Qué pasó? -le pregunté.

-lo pensó unos segundos-No nada, olvidalo. -Asentí confusa.-Ya me voy, nos vemos pronto. -dijo caminando a la puerta.

Yo lo seguí.

- Gracias por todo. -le dije, él sonrió y comenzó a caminar a su auto pero antes de la mitad se detuvo.

Yo lo miré raro, de un momento a otro se giró y comenzó a caminar rápidamente hacia mí.

No pude reaccionar pues todo ocurrió rápido, cuando lo hice Rocky ya me había besado en los labios y había salido corriendo a su auto rápidamente.

***

-Dime. -le dije a Saura que me había citado en una cafetería.

-Buenos días para ti también, Skyler. -dijo ella despegando la vista de su celular.

-¿Para qué me querías ver con tanta urgencia? -le pregunté.

-Tenemos que comenzar a hacer los preparativos para la gira. -dijo ella.-Así que vamos.

Pagó su café y salimos del café, ella se fue conmigo en mi auto y nos dirigimos a el estudio.

-Ya era hora, chicas. -dijo William caminando hacia nosotras. Nos saludo con un beso.-Bueno, Skyler quiero que comiences a calentar tu voz y vayas con los bailarines para que se comiencen a coordinar. -Asentí y lo dejé con Saura.

Caminé por los pasillos, todos me saludaban y yo a ellos. Fui a mi camerino, abrí la puerta y enseguida me encontré con Dayanne.

-Oh Dios -dije emocionada.-¿Qué haces aquí? -dije mientras nos abrazabamos.

-Seguiré siendo tu estilista también en la gira. - dijo ella igual de emocionada.

-Que emoción. -dije yo.- Sólo nos haría falta Dari...-no terminé pues una voz del pasillo me interrumpió.

-¡Ash! Quitense. -Dayanne y yo pudimos reconocer su voz y comenzamos a reír. Entró a mi camerino como toda una diva, nos vió y se quitó su bufanda y sus lentes negros.- ¡Chicas! -nos abrazó y dió un beso en la mejilla.

-Darien. -dije emocionada también.

-Sí, querida el único. -reímos.

-¿Tú también seguirás siendo mi maquillador? -pregunté.

-Claro... -dijo él.-Que tal si te ponían a alguien que te maltratara ese bello cutis que YO, te he sabido cuidar. -volvimos a reír.

-Sería una desgracia. -dije riendo. Los miré a los dos.- No saben lo mucho que me alegra saber que conviviré con ustedes estos meses. -Sonreimos.