Sucrette.
Todo parecía perfecto. Pero como sabemos muy bien, nada es perfecto, había pasado un mes desde que Debrah me amenazó en aquel callejón, por ello los preparativos de la boda ya habían comenzado, la verdad no creí que me casaría tan pronto, sin embargo, en parte me siento feliz porque me casare con el hombre que amo.
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Pasaron dos semanas desde que los preparativos comenzaron, una mañana gélida alguien comenzó a tocar el timbre como si su vida dependiera de ello, me levante adormilada, tome un abrigo, me lo puse y me dirigí a la puerta principal, justo antes de abrirla encontre un sobre en el piso, lo levante, camine hacía la sala, me sente en uno de los sillones, abri el sobre y saque un hoja doblaba, la desblobe y comencé a leer lo que decia:
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Sucrette no te cases con Castiel, alejate de él o la pagarás muy caro.
D.
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---¿Qué es eso?--Me preguntó Castiel, y sin darme tiempo a contestar me quitó la hoja. Castiel maldijo a Debrah y la hora en la cual se fijó en ella.
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Esa misma tarde fuimos al registro civil y nos casamos con mis padres de testigos, fue rápido y lo mejor, en una semana sería la ceremonia y nos podríamos ir lejos de aquí.
Debrah esta obsesionada con Castiel y es capaz de todo, así que es mejor que no la volvamos a ver nunca más.
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Al llegar a la casa, Castiel le fue a dar de comer a Demonio, mientras yo iba a guardar algunas cosas, mis padres fueron a la estación de policía a comunicarles sobre lo ocurrido.
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Una semana después nos casamos en una bella ceremonia, la verdad creía que Debrah se aparecería en la ceremonia para interponerse, pero no sucedió.
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Pasaron dos días, en este momento tengo un mar de sentimientos y emociones revoloteando en mi estomago ya que entre mis manos tengo una nueva carta de Debrah.
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Te dije que no te cases con él, y como sabes soy capaz de todo. Está no es una amenza, este es un hecho, ve a la casa de tus padres que he dejado tú regalo de bodas.
D.
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Un nudo se formó en mi garganta mientras mi cuerpo comenzaba a temblar, esas breves líneas, decían que había hecho algo, o peor les había hecho algo a mis padres.
---¡Castiel!---Lo llame, y enseguida él apareció ante mi con cara de preocupación, incapaz de articular palabra le tendi la carta, Castiel la leyó, seguido salimos de nuestra casa, rumbo a la de mis padres. Mi pulso estaba al cien, mis manos temblaban y tenía miedo, miedo a perder a mis padres por manos de esa loca, llegamos a mi casa, guíe mi mano temblorosa a la puerta y justo cuando la iba a abrir la misma se abrió ante mi. Trage saliva con dificultad, mientras mi mano izquierda ejercía más presión sobre la mano derecha de Castiel. Él tomó la iniciativa, entró a la vez que me jalaba con suavidad hacía el interior, no sé cuando, pero mis lágrimas ya caían por mis mejillas.
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A medio pasillo oímos el sonido de la televisión, por ello me tranquilice un poco. Llegamos a la sala y logramos ver como sus cabezas sobresalian del sillón.
---Mamá, papá.---Dije con la voz temblorosa. Ellos no me regresaron a ver, eso me llenó de nervios. Castiel me jaló hacía él, y yo escondi mi rostro en su pecho, con el claro objetivo de encontrar el valor necesario para afrontar lo que venga, poco después nos separamos, Castiel me obligó a sentarme en el piso, y él mismo camino hasta el frente. Juro que nunca he visto sus ojos tan grandes y aquella expresión de genuino horror.
---Cas..tiel. ¿Qué su..sucede?---Le pregunté cuando lo tuve arrodillado frente mi, me abrazo.---Están..muertos---Susurró y con claridad sentí como mi mundo se venía abajo, no sé cuando perdí la consciencia, pero cuando desperté me encontraba en una cama de hospital, caí de bruces contra la realidad, mis padres están muertos, una loca anda suelta y busca hacernos daño. Quise gritar hasta quedarme sin voz, pero las manos de Castiel sobre mis hombros me tranquilizaron.
---La han atrapado---Dijo acariciando mi mejilla derecha con una de sus manos.---Ella pagará por todo lo que ha hecho.---Mis lágrimas corrieron por mis mejillas, no podía creer lo rápido que habían pasado las cosas, de un momento a otro la vida de Castiel y la mía habían dado un giro de ciento ochenta grados.
---Tú tía a venido, luego del funeral iremos con ella y no volvemos a este infierno.--Beso mi frente.---Sucrette. Hay algo que no te he dicho---
---¿Qué es?---Pregunté.
--Te han hecho varios analices y estas embarazada.---Dijo y una sonrisa de lado surco sus labios.
---¿E..embarazada?---Él asintió y me dio un corto beso en los labios.---Seremos padres---Por lo menos una noticia buena en medio de toda esta locura. Lo abracé y me puse a llorar de tristeza y de felicidad. Tristeza por la pérdida, felicidad por mi embarazo.
---Seremos padres.---Susurre a la vez que una sonrisa se dibujaba en mis labios.
☆☆☆☆Continuará☆☆☆☆
Próximo capi es el final.
Nos leemos
Chau.
