Stark Chronicles: Fase 1

3. El Sitio a Troya

Gregory, Arno, Tony y Arya Stark estaban en la antigua Ciudad Mandarín, actualmente llamada Troya. En una misión con los Vengadores, Tony encontró esta ciudad abandonada, era del portador de los anillos del Mandarín de hace décadas. Tony decidió reclamarla como suya, y adaptarla con tecnología, literalmente elevándola a los cielos. Fue adaptada para ser también un traje de combate monumental, llamado "Iron Metropolitan". Arno, hermano adoptado de Tony con una condición médica que lo forzaba a portar una armadura que fungía de pulmón artificial era el guardián de Troya, y se encargaba de regular todos los procesos y procedimientos de la ciudad. Buscaban a Red Skull, a la par que medían las consecuencias del "Boom" mágico que había sufrido Tony, además de otros héroes, en Genosha. Gregory era el primer hijo de Howard y Maria Stark, quien había quedado desheredado después de un pleito con su padre. Arya era su "hermana gemela".

— ¿Encuentras algo, Arno? —Preguntó Tony.

— Cada cinco minutos lo preguntas —le respondió Greg, su cabello era más claro que el de Tony, sus ojos eran verdes y tenía un ego más excesivo que el de sus hermanos.

— Hablamos de un terrorista de escala mundial, Tony, no de elegir papas en un mercado... —Arno tenía el cabello castaño, un poco más largo que el de sus hermanos, sin llegar a lo exagerado. A diferencia de Tony o Greg, Arno sólo buscaba el bien común. No le gustaba la forma de hacer las cosas "A lo Stark".

  — Ninguno de nosotros ha encontrado algo, sino te lo avisaríamos. —Tenía sus piernas cruzadas. Era una mujer de la edad de Tony, de cabello corto y rasgos muy similares a éste.  

— Yo ya lo hubiera encontrado si me dejaran buscar a mi manera... —Tony dirigió su mirada al ventanal. Se encontraban en una de las torres principales, que veía directamente a una estatua del antiguo Mandarín, como un perpetuo recuerdo irónico del origen de Troya.

— Tony, si yo hiciera las cosas a tu manera, tendría que pasar la mitad de mi vida enterrado en porquería hasta el cuello... —Revisaba los signos de Tony a la par que buscaba rastros de Red Skull.

— Claro, en cambio vives toda tu vida conectado a un pulmón de hierro. Si no fuera por Greg y por mí, estarías postrado en una cama.

Greg sonrió, afirmando con la cabeza, para luego preguntar:

— ¿Y si llamas a tu amigo, "El mejor detective del mundo"?

— No, Bruce tiene que atrapar a su mejor amigo el payaso asesino... Además, en unos días es el aniversario de la muerte de sus padres, y Alfred de verdad quiere que Bruce no esté haciendo piruetas en medio de Ciudad Gótica, ¿sabes? Por el momento, está descartado.

—De hecho sería bueno que pasara tiempo con Bruce —comentó pensativamente la mujer—, pero en lugar de eso estoy con ustedes... Aquí... Investigando algo.

Arno dejó las proyecciones de lado un momento y se acercó a Arya.

— Deberías de ir a Gótica hasta que haya pasado el aniversario de muerte de Thomas y Martha. Bruce lo apreciará... Vamos, empaca tus cosas.

— Tienes razón, Arno. Bruce necesita un poco de compañía además de su mayordomo, sin ofender a Alfred.

Se puso de pie y echó a andar fuera de su vista.

— ¿Crees que tú solo controlarás dos egos tan grandes, Arno? De verdad crees que eres fuerte...

Greg rodó los ojos y dio un vistazo a las proyecciones.

— ¿Y Jake? —Preguntó Arno.

— Encerrado en la prisión del oeste...

— ¿Después de casi veinte años no han descubierto que es un doble agente?