Alianzas

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Me encojo nada más darme cuenta, que este es el mejor canal para matar a alguien. Carlos esta cabreado y nos quiere hacer sufrir, de manera, que el destino debió de hacerlo a posta. Me balanceo adelante y atrás con la cabeza entre las rodillas, no esto no me lo puedo permitir a mi misma. Me levanto y voy al baño, sin quitarme la ropa me meto en la ducha y activo el agua fría. Salgo al momento chirriada y con la cabeza despierta. Aunque congelándome hasta que noto el aire del secador.

-Estoy preparada- me digo en voz alta- ahora ya puedes con todo, nada te puede detener.

Me seco con el secador del suelo y me escojo una ropa para ir a desayunar con todos. Voy al salón, me encuentro con una acompañante, que lleva el pelo en tirabuzones azules metálico y grises que mira un espejo de mano, una mentora  que tiene el pelo cobrizo recogido en una coleta de unos 20 años con ojos verdes y fríos y una sonrisa amable que la hace un poco extraña cuando me la dedica al entrar. Por último una chica de pelo castaño con ojos azules que tendrá unos 13 años, se deduce otra mentora y un tributo que reconozco, Marvel que come una tostada con algo parecido a la mermelada. Me siento a su lado y decido en ese momento que voy a ser una profesional fría, inteligente y un poco sádica, pero sin pasarse; no mataré a nadie pero intentaré parecer capaz de ello.

-Hola- dice Marvel con una sonrisa boba, cuando me siento a su lado- ¿Qué tal?

-Bien- digo un poco cortante, aunque él me sonríe como si nada-

-¿Tenéis ganas?- nos pregunta la mentora amable, aunque eso no quita que la pregunta que ha hecho-

-Sí,- dice Marvel sin quitarse esa sonrisa de bobo de la cara- estoy deseando matar a alguien, aunque se que mataré a muchos.

-¿Y tú?- me dice la mentora pequeña mientras mordisquea otra tostada-

-Tengo ganas, sí- digo, aunque hago una pausa para coger un pastelito con glaseados para probar un poco- Va a ser divertido.

En  ese momento veo por la ventana el Capitolio. Siento algo en el estomago con solo verlo, pero lo reprimo y decido que no van a poder conmigo. Me concentro en la explosión de sabor del pastelito en mi boca, dulce muy dulce, cojo otro y sonrió segura de mi misma.  Me levanto y me dirijo al avox de la puerta.

-Perdona...- me corrijo eso no encaja con mi nuevo yo- ¿Algo de música?

Asiente y me da unos auriculares que tenía en su bolsillo, aunque no tienen cables, encuentro un pequeño botón en uno y los pruebo, suenan bien. Le sonrío brevemente y me siento en el sofá cruzando las piernas, pongo la música más "motiveision" como la llamo yo y me relajo.

Al poco ya estoy con la bata de limpieza de tributos y espero a mi estilista. Me pregunto cómo será, normal o extrafalirio. La puerta se abre y en un principio no veo nadie al otro lado, me quedo mirando la puerta y cuando me incorporo intrigada; aparece una mujer alta envuelta en plumas de los colores. Ahí se acaba lo raro, parece estar cuerda y muy feliz.

-Hola- me saluda con una voz de pito y cantarina, parecida al canto de un pájaro- Soy tu estilista, Allegra.

-Hola- digo mirando como sus plumas cambian de color según las mires-

-Voy ha hacer que destaques entre todos los tributos- dice sonriendo haciendo un gesto con las manos, en ese momento me fijo en que sus dientes tienen unas piedras preciosas incrustadas. No me haría nunca algo así-  Vamos a que te vistan y eso. 

La ropa no me encantaba precisamente. Se nota que esta diseñada por Allegra, mis plumas son rosas y tengo más en la cabeza. Mientras esperamos a subir a los carros, veo a Carlos y a Sky, son del distrito 4. Llevan sus túnicas azules simulando burbujas marinas, les sonrío pero parece que no me han visto; aunque no se si eso es malo o bueno. Niall  esta un poco más allá, lleva un sombrero extraño y viste plateado.

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