Lo contrario a la mitad

El sueño

¿Ya te había dicho que la historia comenzaba con un sueño? 

No tenía mucho sentido. No tenía mucha razón. Estaba lleno de colores, lleno de agua, y lleno de números. Como el todo. Creé mis propios elementos en mi sueño, porque era mío y yo podía controlarlo. Porque la vida y el sueño se juntaron, y cambiaron. Lo contrario. 

Llevé mi vida a mi sueño, y me traje la vida de vuelta cuando me la inventé. Perdí la letra G. 

No recuerdo si había más cosas importantes en mi sueño, porque sólo me importaba ella. No me dio su nombre, ni su color de ojos, ni su color de piel; porque podía ser cualquiera o ninguno. Tampoco me dio números, porque yo no los necesitaba. Bueno, yo no lo sabía. Creo que se los pedí. Creo que yo misma creé ese puente, y esas escaleras, y todo el sueño en general. Siempre intentaba conectarlo todo, y ellos no lo entendían. Nadie lo entendía, en realidad. 

Realidad. Todo era un sueño. Al despertar, yo hablaba de ella como si existiera. Me quedaba poco tiempo, y lo sabía. Por eso la buscaba. La busqué demasiado, con desesperación. Seguía sus sonidos, sus aromas, incluso sus colores (Porque tenía dos colores: Rosa y morado). Ambos colores compuestos, mezclados. "Bien revueltas" 

Tenía los recuerdos mezclados, porque lo había mezclado todo. Lo dejé caer todo. 

Ellos me definieron. Bueno, intentaron definirme. Porque lo intentan definir todo. ¿Por qué lo intentan definir todo? Dijeron que yo tenía un vacío. Entonces me hicieron confundir. Me hicieron perder. Me hicieron, y yo no quería ser. Porque no quería definirme. 

¿Existe algo que deba llenar?¿Existe algo que deba?¿Existe algo?¿Existe?¿Existo?

Y me confundí.